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Polémica interferencia quita empate a Astros ante Red Sox

HOUSTON -- No fue una sola jugada la que decidió el partido entre Houston Astros y Boston Red Sox, pero sí será el tema más candente durante el resto de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, donde Boston se alzó con un triunfo 8-6 la noche del miércoles para tomar una decisiva ventaja de tres victorias a una.

Como hicieron en el tercer partido de la serie y el primero en Minute Maid Park, los Medias Rojas rompieron el cero en la primera entrada. El abridor Charlie Morton arrancó con un bolazo a al estelar jardinero derecho Mookie Betts y una base por bola a J.D. Martínez. Luego un lanzamiento descontrolado de Morton colocó a ambos jugadores en posición anotadora, siendo remolcados por un sencillo de Rafael Devers para el 2-0.

Los Astros fueron al ataque en la segunda entrada, donde comenzaron a pegarles fuertemente a los lanzamientos de Rick Porcello, quien tuvo una pobre presentación, lanzando sólo dos entradas y permitiendo cuatro carreras limpias en cuatro hits. Tras un sencillo de George Springer, un tremendo batazo de José Altuve terminó casi en las gradas del jardín derecho.

Ahí comenzó la controversia.

El árbitro de cabecera, el veteranísimo Joe West, determinó que un aficionado había hecho interferencia con el guante de Betts, evitando que hiciera la atrapada, y en vez de ser cuadrangular se cantó out. Se revisó la jugada en repetición y se mantuvo como dictaminada por no haber suficiente evidencia para revertir la decisión en el terreno.

Según la regla de interferencia, las manos del aficionado no podían cruzar el plano del terreno de juego para hacer contacto con el guante de Betts. Si el contacto hubiese ocurrido del lado de la barda donde están los aficionados, entonces no se puede dictaminar interferencia. West dijo al concluir el partido que no cabía duda que había tomado la decisión correcta.

“Esta es toda la jugada”, explicó el árbitro de mayor tiempo en Grandes Ligas, con 40 años de experiencia. “(Altuve) Golpeó la pelota al jardín derecho. (Betts) Saltó para intentar atraparla. El aficionado interfirió con (Betts) en el terreno de juego. Por eso canté interferencia del espectador”.

“Iba de espaldas y di un buen salto”, dijo Betts al explicar al jugada. “Estaba bastante seguro de que iba a poder atraparla. Pero cuando salté y me acerqué, alcé la mano, y sentí que alguien estaba empujando mi guante fuera o algo así. Cuando vi un poco de la repetición, creo que estaban tratando de atrapar la pelota y movieron mi guante”.

“Nunca había sido parte de una jugada como esa”, continuó el jardinero, que se fue de 5-1 con dos carreras anotadas. “Podría decir que me sorprendió un poco que la cantara. Y al ver el video, creo que tomó la decisión correcta porque creo que hubiera entrado de seguro en mi guante”.

Los abucheos no se hicieron esperar en el Minute Maid Park, con los Astros perdiendo una oportunidad de oro de voltear de inmediato el marcador.

En adelante se convirtió en un maratónico partido que estuvo repleto de acción, donde Houston y Boston demostraron por qué fueron los mejores equipos de toda esta campaña, luciendo su defensiva y su poder ofensivo. Ambos equipos se combinaron para 24 hits y 14 carreras anotadas, aunque también dejaron una suma combinada de 24 hombres en base.

En cada una de las nueve entradas del partido se anotó por lo menos una carrera, pero por tercer juego consecutivo, el jardinero central Jackie Bradley Jr. conectó un extrabases que decidió el encuentro a favor de los Medias Rojas. Bradley ha conectado tres imparables, dos de ellos cuadrangulares, y ha remolcado nueve carreras en las tres victorias sobre los Astros.

“Creo que me salieron unas cuantas canas; es la medianoche y empezamos el juego como a las 7 y media”, dijo Bradley Jr. en referencia a la extensa duración del partido, que fue de 4 horas y 33 minutos. “Fue una experiencia que nos drenó, pero creo que en estos tipos de partidos todo el mundo da el máximo y dejas todo en el terreno. Me siento bien en el plato y estoy tratando de ser selectivo con los lanzamientos con los que hago contacto”. Ambos equipos tuvieron que acudir temprano a su bullpen, con los relevistas de los Astros lanzando seis entradas y media y los de los Medias Rojas combinándose para lanzar cinco.

Entre los múltiples momentos decisivos del partido, uno de ellos llegó en la séptima entrada, con el lanzador Lance McCullers Jr. asumiendo la lomita después que Ryan Pressly dejó las bases llenas de Medias Rojas, con dos outs. Fue entonces que McCullers dio una base por bola con las bases llenas, como lo hizo el cerrador mexicano Roberto Osuna la noche anterior, poniendo el marcador 7-5 a favor de Boston.

La última vez que se dieron dos boletos con bases llenas en una serie de postemporada fue en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 2015. Los Cardenales recibieron bases por bola con bases llenas en el tercer y quinto partido de la serie. El cerrador Craig Kimbrel hizo sufrir a los aficionados patirrojos, permitiendo una carrera en la octava entrada y llenando las bases en la novena, donde los Astros estuvieron a un extrabases de dejar a los Medias Rojas en el terreno. No obstante, Kimbrel se alzó con el primer salvamento de seis outs en sus casi 10 años de carrera gracias a una espectacular atrapada del jardinero derecho Andrew Benintendi.

El dirigente Alex Cora habló de la tensión que se vivió en el terreno entre los rivales, que disputarán el cuarto partido de la serie en Houston este jueves, con los Medias Rojas estando a una sola victoria de regresar a la Serie Mundial por primera vez desde 2013.

"Fue un juego interesante, cuando menos”, señaló el puertorriqueño. “Me alegro de que termináramos ganando. Fue un esfuerzo completo de todo el equipo, y de eso se trata. Sentimos que tenemos los mejores jardineros en Grandes Ligas. Esos tres (Betts, Bradley Jr. y Benintendi) cuando están juntos, es algo muy especial”.