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Tata Martino y el Tri...un lazarillo para dos ciegos

LOS ÁNGELES - "Por mucho que sepan de gallinas, nunca podrán poner un huevo", dicen las abuelas.

El proverbio, como ese anillo que reclama lascivamente Jennifer López, le viene al dedo a Gerardo Martino, en relación a su eventual futuro con la selección mexicana.

Un ciclo con la mejor cosecha de futbolistas de Argentina y con la mejor generación del Barcelona, en ambos planteles incluido Lionel Messi, pero Tata Martino no pudo poner un huevo.

Finalista albiceleste y una SuperCopa azulgrana, son rebaba de consuelo para dos pléyades comandadas por el mejor futbolista del mundo, más allá de que según Diego Armando Maradona, vaya 20 veces al baño antes de cada citatorio histórico.

Obviamente, a pesar de la diferencia de nidos y de gallineros, el Tata Martino sí podrá llenar el canasto en la misérrima zona de Concacaf, de cara a una eliminatoria de nivel aún más miserable que la ruta al Mundial de Rusia 2018.

Más allá del pavimentado o agreste trayecto hacia Catar 2022, ¿cabe azuzar el avispero siempre alebrestado de la desbocada ilusión del futbol mexicano? ¿Ese Quinto Partido que colinda con Utopía?

Luego de que este martes decidió no renovar contrato tras carnavalesca gestión con Atlanta United de la MLS, por motivos familiares, Tata Martino esperará a que termine su contrato el 31 de diciembre.

Y después, El Tata llegaría a dirigir al Tri. Vida nueva con los viejos vicios de un futbol que sueña trascender en las grandes ligas.

A Martino hay que hacerle la misma advertencia hecha a Juan Carlos Osorio. Se le dijo: "Profe, usted no sabe en qué Federación (Mexicana de Futbol) se vino a meter". Y: "Cuidado con el futbolista mexicano, es un animal distinto en la zoología de los futbolistas".

Osorio sonrió esa vez, en una mueca de incredulidad y desdén. Y seguro Martino también lo hará. Pero, si sus antecesores cortaron sus barbas, él debe poner la suya a remojar... desde ya.

Si fracasó con Argentina y Barcelona, con todo y Messi, ¿puede tener éxito con México, claro en las respectivas dimensiones de sus posibilidades?

Martino debe ser cauto, audaz y temerario. No permitir que le repartan cartas con imposibles en cada una de ellas. Osorio cayó en esa trampa: le dijeron que debía ser finalista de la Copa Confederaciones, ganar la Copa Oro y la Copa América Centenario. Sumiso asintió con la cabeza. Entregó el mando sin trofeo alguno.

El Tata necesita pedir ayuda. Tendrá amigos y conocidos que le cuenten la verdad detrás de la sonrisa chimuela del amo y señor de la Concacaf. Los perros de rancho sólo a los de casa muerden.

¿Por qué el encabezado de este texto: "Un lazarillo para dos ciegos"? Porque esa es la situación real en el futuro del Tri.

1.- Tata Martino llega a ciegas a un futbol que es el Rey Tuerto en Tierra de ciegos.

2.- Y la FMF da palos de ciego, porque no sabe qué quiere, por lo tanto no ha sabido dónde buscarlo. Y claro, si no sabe qué busca, nunca podrá encontrarlo.

En las pláticas decembrinas entre Martino y Guillermo Cantú, El Tata no debe treparse a ciegas a este lujoso Ferrari... de pedales.

Debe llegar asesorado correctamente. Que no le escondan la basura bajo la alfombra. Que conozca las emboscadas y los enemigos ocultos. Y que llegue con su propia lista de requisitos.

1.- Que reciba el apoyo indeclinable como ante Osorio, a menos claro que se den escandalosas advertencias como el 7-0, el 4-1 ante Alemania, y la rendición ante Jamaica en Copa Oro.

2.- Que los promotores y los patrocinadores no condicionen la actividad de la selección mexicana. Los Judas no deben sentarse a la mesa de su última Cena.

3.- ¿Quién tiene la razón? ¿Los jugadores rebeldes que reclaman mejores condiciones y beneficios como lo hacen algunos europeos o que la FMF administre como se le pegue la gana y pague como se le pegue la gana como dueña única de la empresa prostituible que es el Tri? Él deberá decidir y conciliar.

4.- Y, por ejemplo, que si necesita micro ciclos semanales con los jugadores en México, sean cedidos por encima de las exigencias de un torneo indeseable como la Copa Mx.

Y claro que hay más, pero Martino deberá ser capaz de ceder y de exigir. Sabe que tiene la sartén por el mango, porque, debe saberlo, no fue la primera opción del Tri, sino que termina siendo la última, lo cual le coloca en privilegio de negociar.

Para esta relación por consumarse, entre Tata Martino y la FMF, queda claro, es necesario un lazarillo que guíe a dos ciegos.