LOS ÁNGELES -- Parecen tiempos de bonanza para Gerardo Martino. Recupera la sonrisa. Recupera la vista en su ojo derecho. Recupera la calma. Y recupera un proyecto que se le escurría de entre las manos. Qatar 2022 ya no colinda con la utopía.
Pero, ¿recuperará la Selección Mexicana el nivel de futbol que alguna vez, por momentos, al menos, mostró? O, por el contrario, ¿es ésta la versión más fidedigna del Tri, ésta que asomó lastimosa y lastimeramente en el Octagonal de la Concacaf y en los cuatro bochornos ante Estados Unidos?
Al menos hay confianza, algo que, por los antecedentes inmediatos, no basta y no garantiza absolutamente nada. Confianza externada por el mismo Martino y su “presi”, como llamó a Yon de Luisa en la conferencia de prensa de este martes, al anunciarse los juegos de preparación de cara al Mundial: Guatemala, Nigeria, Uruguay, Ecuador y Paraguay. Sí, dos mundialistas y tres exiliados al limbo.
Ciertamente, Martino ha gozado y gozará de muchas bendiciones en su periplo premundialista. Ningún técnico del Tri disfrutó anteriormente de tres giras por Europa, posiblemente diez juegos de preparación en el mismísimo año mundialista, y hasta se dio el lujo de recetarse casi un “año sabático”, cuando en el año apocalíptico de la pandemia, 2020, se apoltronó en su natal Argentina, negándose a viajar a México.
A la lista de cinco amistosos, se agregan al menos dos de la Liga de las Naciones, ante Jamaica y Surinam, y en septiembre, después del juego ante Paraguay, se pretende invitar al ganador de la Repesca entre Perú y Australia.
Por otro lado, más allá de que Martino aseguró que no habrá partido de despedida mundialista en el Estadio Azteca, podría celebrarse sin europeos algún encuentro en Estados Unidos, además de que trabajan alguna encerrona ya en tierras qataríes, con lo que podría disponer de una decena de juegos de preparación en pleno año mundialista.
Sin duda, con tanta actividad por delante, Gerardo Martino dispondrá de tiempo efectivo en cancha para tratar de hacer una serie de ajustes a una Selección Mexicana que sufre de tantas anomalías, que ha permitido abaratar el concepto de que “no juega a nada”.
El listado de deficiencias del Tri lo tiene muy claro Gerardo Martino por lo expuesto en la conferencia de prensa citada. Reconoció que el equipo no responde a las expectativas propias, pero, superado el trámite obligatorio de clasificar, cree que podrá sembrar en la calma, tras las tormentas incesantes en pleno agobio del Octagonal de la Concacaf.
1.- Una defensa frágil en todos sentidos. Con desventaja en el juego aéreo, en el mano a mano, y en la coordinación en coberturas y relevos, especialmente, con sus hombres en la media cancha. Lejos de organizarse, disfrutan el caos.
2.- Una baja asombrosa de juego de los futbolistas mexicanos que militan en Europa. Los nombres han saltado a la vista: Héctor Herrera, Chucky Lozano, Raúl Jiménez, Edson Álvarez, Tecatito Corona. De estos, por cierto, Herrera se refugia en la MLS, con el Houston Dynamo, así que de los pastizales de la Champions se remitirá al fragor de la Concachampions.
3.- Una constante queja de Martino ha sido la falta de intensidad o la pérdida de intensidad, especialmente, ante los rivales más poderoso del área, como Estados Unidos y Canadá. Entre su aparente incapacidad para poder determinar si es desidia, negligencia, temor, enfado o rebeldía, El Tata deberá abocarse a despertar la asosegada testosterona de sus jugadores.
4.- Y una urgente capacidad de autocrítica. Resolver qué espera aún de jugadores como Héctor Moreno, Néstor Araujo, Jesús Gallardo. Andrés Guardado, Rodolfo Pizarro y Funes Mori, quienes, evidentemente, terminaron por convertirse en lastres del Tri en momentos clave del Octagonal. Dispone de material de recambio, pero parece obsesionado con jugadores en decadencia.
5.- Entonces, ahora, llegará además el momento de establecer el cambio generacional. Johan Vásquez, Gerardo Arteaga, Julián Araujo, Luis Chávez, Kevin Álvarez, Christian Giménez, Alan Mozo, Israel Reyes, Arturo 'Palermo' Ortiz, Víctor Guzmán y varios más. Ha sido reticente Martino a atreverse a iniciar el proceso de transición. Ante Guatemala, el 27 de abril, pretende citar a algunos de estos, e incluso a Marcelo Flores, si el Arsenal lo permite.
6.- Idea de juego. Partiendo de la comodidad del 4-3-3, pero con una extraña y extrema rigidez, la evolución y desarrollo de futbol del equipo mexicano parece enfangarse desde la salida y llega a espesarse conforme intenta arrimarse al área contraria. Más allá de la carencia de explosión, creatividad y liderazgo individual, queda la sensación de si se realiza el trabajo necesario, previo al partido, o si el jugador no entiende las indicaciones. En la cancha, durante 2021 y 2022, México ha sido una Torre de Babel, en la que todos hablan un idioma distinto y pobre de futbol.
7.- Por lo pronto, queda claro, que su lista de marginados está más propensa a engordar que a aligerarse. Del tema de Chicharito y su negativa a convocarlo, fue, tal vez, más severo y contundente que nunca. Lo dijo con la certeza de quien ya está en Qatar y ha recuperado el control del proyecto.
“Javier Hernández no está porque el entrenador en turno no lo ha elegido en estos últimos dos años y casi tres, pero dicho esto, quiero decir que no hay nada que yo tenga que compartir con los medios. Toda cuestión que sucede dentro del ámbito de la Selección Nacional se resuelve dentro de la Selección Nacional”, puntualizó Martino.
Así pues, El Tata tendrá semanas y partidos suficientes, además de la tranquilidad necesaria para dedicarse de lleno a la resurrección de un equipo que se le murió en las canchas de Concacaf entre 2021 y 2022. Ya recuperó la sonrisa, la vista, la chamba, el proyecto, entonces, ahora, deberá recuperar las bases de un supuesto equipo competitivo que prometió que sería capaz de asomarse al paraíso prohibido del Quinto Partido.