Y lo hace, estrictamente, por motivos comerciales… Porque es tiempo de vender, necesita vender y porque ningún dirigente saldrá a “lastimar” el producto aceptando que el futbol mexicano está en el peor o en uno de los peores momentos de su historia. La realidad es que no se necesitan más pruebas: desde las selecciones menores y hasta la mayor, el futbol se ha extraviado, el nivel competitivo ha disminuido, el jugador ha perdido confianza y el panorama rumbo al Mundial es, francamente, sombrío…
CIUDAD DE MÉXICO. – El “enfermo” suele ser el último en reconocer su “enfermedad”. El futbol mexicano sabe que esta “enfermo”, muy “enfermo”, pero orgullosamente levantará la cara, pondrá una de felicidad y enfrentará su futuro mintiendo porque el negocio (el show) debe continuar.
Nada hace reaccionar a los dirigentes del futbol mexicano. Derrotas en las finales de la Liga de las Naciones de la Concacaf, la Copa Oro, las caídas y el futbol incierto de la eliminatoria y hasta lo que sucedió el miércoles por la noche en Guatemala: México quedó fuera del Mundial Juvenil de Indonesia y de los Juegos Olímpicos de Paris 2024. Si a ello agregamos que, por primera vez, en 20 años, México no representará al área en el Mundial de Clubes de la FIFA, el cuadro es todavía más alarmante.
Pero nadie ve o quiere ver nada. Los dirigentes se hacen de la vista gorda, porque, insisto, lo suyo es cuidar el negocio a como dé lugar. Y la mayor parte de los analistas (ex jugadores, ex entrenadores, ex directivos) caen en la simpleza de afirmar que todo se trata de un partido, de un hecho aislado, de una selección, de unos futbolistas o de un entrenador que falló en el momento menos apropiado, y si no, recurren a la argucia de que el área ha crecido y que nosotros los hemos menospreciado.
El futbol mexicano está hecho un polvorín. La parte deportiva, la futbolística, ha colapsado, como resultado directo de las decisiones que han tomado los dirigentes. El futbolista mexicano ha perdido fuerza competitiva, el que está en Europa lucha por sobrevivir y el que está en México, ha “muerto” ya desde hace algún tiempo. El asunto no ha llegado a su punto más crítico porque el nivel del área de la Concacaf te permite ciertas concesiones, porque, la verdad, con el futbol que mostró la selección de Gerardo Martino, no hay argumentos para clasificarse a una Copa del Mundo.
Y ahora esperamos, con los “dedos cruzados”, a que en el Mundial ocurra una sorpresa y los futbolistas recuperen su memoria y el entrenador sea capaz de montar un equipo competitivo. Es decir, el futbol mexicano espera, casi, un milagro.
No hay capacidad de autocrítica porqué el juego está relacionado con una industria multimillonaria y nadie, ningún dirigente, aceptará que están preocupados por el nivel de nuestro futbol. El futbol mexicano esconde su “enfermedad” …
@Faitelson_ESPN