MÉXICO -- La Federación Mexicana de Futbol supo desde la semana pasada que la Agencia Mundial Anti-Dopaje (WADA) apelaría la exoneración de los 5 futbolistas que dieron positivo en el control previo a la Copa Oro.
No les tuvo que tomar por sorpresa.
Era tan seguro que la WADA actuaría de esa manera, como lo hizo en el caso de Alberto Contador (caso que aún no se resuelve). Lo que no es tan seguro, es que tan sólido es el expediente que la FEMEXFUT integró.
En las oficinas del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) descansan dos expedientes. El de la FEMEXFUT, que sustenta la decisión de su Comisión Disciplinaria en el argumento que concede a la involuntariedad, la fuerza necesaria para deslindar a los futbolistas de responsabilidad en la presencia de clembuterol en su organismo. Y el de WADA, que sostiene que la voluntad no es un elemento que influya en la decisión sobre el positivo o negativo de un exámen anti-doping.
WADA no pelea sin armas, su prestigio de agente protector del Fair Play lo protege en cada uno de los casos que presenta ante la máxima instancia de Derecho Deportivo en el mundo.
La relación entre WADA y el TAS depende sólo de esa noble aspiración; mientras que la relación TAS-FEMEXFUT-FIFA se ha desgastado desde el 2004.
WADA identificó algo que no le convence en la explicación que FEMEXUT le expuso sobre el caso. Por eso apeló ante el TAS la resolución de la Disciplinaria. Ese algo puede ser de procedimiento o de fondo y, en cualquiera de los casos, debe tener muy nerviosos a los directivos mexicanos. Ni hablar de a los 5 implicados.
Sinha, Maza, Ochoa, Hobbit y Dueñas pueden seguir su carrera normalmente hasta que no exista una resolución por parte del TAS, esperémosla para Enero del 2012. Esperemos también, que el expediente de la FEMEXFUT sea tan claro, tan detallado, tan específico, pero sobre todo, tan cierto, que a los 3 Árbitros que conozcan del asunto no les quede la menor duda de que la Federación (por una vez) hizo las cosas de acuerdo a las reglas internacionales del deporte.