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El equipo camaleón

El Thunder tomó el control del Juego 1 al final del tercer periodo, tras ir atrás del Heat en la 1ra mitad Getty Images

NUEVA YORK -- Ante el poderío interno de Los Angeles Lakers, el Oklahoma City Thunder presentó su mollero y no solo desarticuló esa ventaja, sino que ganó el duelo en ese rubro. Ante Dallas Mavericks, el Thunder mostró su dominio de la jugada de pared y desmarque a la ofensiva, aprovechando las ventajas que aparecen cuando el equipo que los marca intercambia asignaciones defensivas (pan de cada día de los Mavs), además colocando a Kevin Durant en los codos (área de la cancha donde termina la línea del tiro libre) para operar.

San Antonio desplegó su juego de pases precisos, y en el tercer y cuarto partido, cuando Oklahoma City empató la serie, sumaron 20 puntos. Manu Ginobili le extrajo una falta ofensiva a un jugador del Thunder que venía desbocado para completar la transición ofensiva al ponerse enfrente a él y frenar un poco la marcha – se dispuso a que lo arollaran. Minutos después, Russell Westbrook hizo lo propio con un jugador de los Spurs.

Ahora le toca el turno al Miami Heat, equipo que se distingue por sus individualidades, capacidad atlética y sus relampagueantes contragolpes. ¿Qué equipo dominó al otro con contragolpes? Oklahoma City. El Thunder hace recordar las palabras del entrenador de futbol americano Bum Phillips, cuando se refería al también mítico entrenador en jefe Paul 'Bear' Bryant: "He can take his'n and beat your'n and take your'n and beat his'n," (que, sin acento texano se traduce así: 'puede vencer a los tuyos con los suyos, y luego tomar los tuyos y vencer a los suyos').

El director técnico Erik Spoelstra observó con tristeza tras el partido que el Thunder: "nos venció de una manera que se parece a la nuestra cuando jugamos bien."

Spoelstra tiene que considerar la observación de Kevin Durant que el Thunder cayó en una desventaja de 13 puntos en el segundo cuarto porque "estaban nervioso" y sobrecogidos en su primer partido de Finales de NBA. En la segunda mitad, señaló tras el partido Nick Collison: "nos calmamos." Sumaron 10 asistencias y solo dos pérdidas de balón.

Defensivamente, el Thunder apretó las tuercas también, como lo hicieron ante los Spurs en sus cuatro triunfos en las Finales del Oeste. "A inicios del tercer cuarto, comenzamos a implantar nuestro juego, comenzamos a ser agresivos (forzando siete pérdidas que desembocaron en nueve puntos y limitando al Heat a 40% de campo en la segunda mitad), a rebotear el balón (26 a 15 en la segunda mitad), a jugar baloncesto tipo Thunder", apuntó Durant.

Miami, diezmado por lesiones, jaquecas y la decisión de su técnico de limitar su rotación a seis jugadores, pensando que el Thunder estaría deslumbrado en el primer partido de Finales para casi todo su plantel, no aguantó. Durant, cuya rutina previa al partido es un ejemplo de superstición no reconocido, concluye su ritual con un beso a su mamá en la primera fila. Pero Doña Wanda Pratt estaba tan nerviosa que no llegó a tiempo al pabellón y se perdió la presentación de jugadores. El no recibir la bendición de su madre quizás lo sacó de ritmo. "Ahora entiendo la rutina que impone las Finales. Estaré listo el jueves".

Palabras poco alentadoras al equipo visitante. Desde que la NBA cambió su formato a 2-3-2 sólo en Finales a partir de 1985, a raíz de machacantes viajes continentales en las Finales Celtics-Lakers en años previos, el equipo anfitrión de los tres partidos medios ha ganado las Finales en sólo 7 de 27 ocasiones.

Pero un triunfo del Heat el jueves cambia el matiz de esta serie. Las Finales han estado empatadas a una victoria por bando tras dos partidos. Ante un empate tras dos cotejos, el equipo que gana el tercer partido (recordemos que se escenificará en Miami) ha ganado las Finales en 29 de 34 ocasiones (85%). El Heat saldrá a matar el jueves. Al Thunder no lo abrumará más el brillo escénico.