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¿Tiene Mets la nueva versión de la "Generación K?

La emoción y expectativa es una combinación que a veces no dan sus frutos. En el béisbol suele suceder con frecuencia. Cuando crees que tienes lo último en un jugador, resulta todo un fiasco. Han sido cientos los casos.

A veces se juega bien, y ese fenómeno se convierte en una superestrella. Otras veces, las cosas van mal y resulta en un paquete vacíoo.

Este año, los aficionados al juego del bate y la pelota han tenido la oportunidad de ver publicidad en su verdadera forma, gracias a la llegada a las mayores de los novatos, por mencionar algunos, como Yu Darvish, que en realidad es todo un veterano en su natal Japón y el circuito internacional, y Bryce Harper. Y con el acercamiento de la expansión de nóminas de jugadores por parte de las 30 organizaciones del Gran Circo, se verán otras cuando llegue septiembre.

Pero vamos al grano. El tema central de este escrito es acerca de los Mets de Nueva York, equipo que en un principio hizo soñar con una posible participación en la postemporada, pero cayeron a su realidad.

Pero cada club tiene su propia perspectiva exagerada, y en el caso de los Mets tienen sus esperanzas puestas en tres jóvenes lanzadores que pudieran ser, o tal vez no, la respuestas que andan buscando para ser contendores en 2013 o 2014 como mucho.

Estamos hablando de los prospectos Matt Harvey, quien ya hizo su debut -y de forma espectacular- en Grandes Ligas, Zack Wheeler y Jeurys Familia. Juntos, conforman un trío potencialmente peligroso que podría anclar en la rotación muy pronto.

Pero ojo, esa gran expectativa, esa publicidad que han generado estos mozalbetes, pudiera ser muy peligrosa. Tanto Harvey, Wheeler como Familia evocan recuerdos de un trío de lanzadores similar para los Mets. Ese tridente, que incluía a la ex primera elección general del proyecto en Paul Wilson, Bill Pulsipher, escogido en segunda ronda, y la escogencia de última ronda Jason Isringhausen, se le dio el apodo de "Generación K."

Pero quedaron en eso, en publicidad, ya que para una de la mucha mala suerte que han tenido los Mets, ese grupo, con excepción de Isringhausen, no cumplió las expectativas ni con el equipo ni en Grandes Ligas.

Wilson tuvo problemas en su estancia en el Shea Stadium y fue enviado a los entonces Devil Rays de Tampa Bay, y luego paso a los Rojos de Cincinnati, equipo con el que hizo un poco de bulla como abridor titular. Isringhausen pasó a convertirse en un cerrador de primera categoría para los Atléticos de Oakland y los Cardenales de San Luis. Mientras que Pulsipher nunca pudo establecerse a nivel grande

Quizá el apodo de "Generación K" no era el más adecuado para ellos. Quizás Harvey, Wheeler y Familia puedan convertirse en la verdadera versión de dicho trío.

Con Harvey ya en las Grandes Ligas, posiblemente por mucho tiempo, ha tenido sus éxitos hasta el momento. En su primer partido, rompió el récord de ponches para un lanzador de los Mets en su debut. Desde entonces ha sido sólido, incluso ha sido víctima de la falta de apoyo ofensivo. Pero cuando todo encaja, es peligroso y se ve como un líder de rotación.

Wheeler, quien fue promovido recientemente a los Bisons de Búfalo (Triple A), tal vez no llegue en septiembre, pero podría competir por un puesto desde el inicio de los campos de entrenamiento en febrero.

Es más, dentro de los altos mandos del equipo neoyorquino y gente ligada al equipo hay una enorme sensación de que Wheeler podría ser un ganador del Cy Young.

"Es un muchacho con una capacidad enorme. Tiene mucho talento y podría se un lanzador líder en cualquier rotación y ganar los principales premios", dijo el ex estelar cerrador John Franco.

Tenía mucho valor en la organización de los Gigantes de San Francisco antes de ser cambiado a los Mets por el estelar jardinero central boricua Carlos Beltrán a mediados de la temporada pasada. Por eso no hay duda de que él va a ser una futura estrella.

Familia también está en el buen camino y podría hacer su debut en septiembre. Tiene el repertorio para ser un sólido tercer o cuarto miembro en la rotación y podría ser el brazo derecho que propine muchos ponches.

El tiempo, siempre el tiempo, es el que va a determinar si este nuevo trío de lanzadores es la nueva versión de la fallida "Generación K", esa que finalmente lleve al equipo de Queens a la conquista del tercer título de Serie Mundial por el que se han invertido en vano cientos de millones de dólares desde 1986.