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Pesadilla de Mets, Chipper Jones, llegando a su final

NUEVA YORK -- Creo que estoy en la minoría, si es que existe una, de periodistas que todavía mantienen un nivel de fanatismo a cuyo equipo que han apoyado desde niños como amantes del pasatiempo americano.

Como aficionado de los Mets, he vivido la pesadilla de lo que ha sido una exitosa carrera para un tal futuro miembro del Salón de la Fama, Larry Wayne Jones, mejor conocido como Chipper Jones.

Ya en su última temporada como un big leaguer, Chipper Jones ha sido elogiado durante sus últimas apariciones en los estadios esta temporada.

Aunque iba a pocos partidos de los Mets, si tenía el lujo de asistir cada partido de la series en el antiguo Shea Stadium cada vez que los Bravos de Atlanta visitaban La Gran Manzana, debido a que un amigo de mi padre, el campocorto Rafael Belliard, jugaba para dicho equipo.

En ese tiempo se les hacía más fácil a los jugadores conseguir las entradas para los partidos.

La rutina, especialmente en el verano cuando estaba en vacaciones, era la siguiente: llamar a Belliard temprano en la mañana al hotel Grand Hyatt, pedir las entradas y dejarle saber que quería su bate y que les entregaría mis tarjetas de todos sus compañeros para que las firmaran.

Después de cada partido durante las temporadas del 1995 a 1997, tenía la suerte de poder esperar junto a las otras amistades y familias de los peloteros a como a algunos 20 pies de la entrada del camerino cargando en mi corazón lo que posiblemente era otra derrota para los Mets, un equipo que hasta este día Belliard no sabe que era mi equipo favorito aunque yo era su fiel aficionado.

No obstante, durante esa época presencié los primero cuatro jonrones que Chipper Jones sacara del Shea Stadium, especialmente el primero que le dio al dominicano Josías Manzanillo la noche del 9 de mayo del 1995 con el juego empatado 2-2 en la parte alta de la novena entrada. Irónicamente también tenía que saludarlo cuando caminaba por el pasillo mientras yo guardaba el rencor de dichos batazos.

Solo fue el comienzo para quien hoy día catalogo como 'El Papá De Los Mets' de todo tiempo. El gran Chipper Jones comenzó esa noche aterrorizando al conjunto neoyorquino y logro un total de 19 durante la existencia de Shea Stadium.

Justamente, el capítulo de su carrera en la cual aficionados de los Mets como yo tuvimos un rol, especialmente con el famoso grito de "La-rry La-rry" finalmente llego a su final este fin de semana en la ciudad de los rascacielos.

Durante su único turno en su último partido en la ciudad de Nueva York el doming, Chipper Jones fue bienvenido por fanaticada en Citi Field y recibió tres ovaciones, primero cuando llevo la alineación a los árbitros, la segunda cuando iba caminado a la caja de bateo como bateador emergente y la ultima en su regreso al dugout después de recibir un boleto.

Pero como parte de la costumbre, de nuestra relación de amor y odio con Chipper, por última vez oímos los comunes gritos de "La-rry La-rry".

Fue un placer, como dije antes, guardar el rencor y saludar a un futuro miembro del Salón de la Fama cuando apenas comenzaba a gatear esa noche del 1995 en lo que termino siendo una lujosa carrera de 19 años.