MÉXICO -- Un pasaje a Brasil incluye arena, playa, garotas, futbol y caipirinhas. Está entendido y es parte del impuesto que se paga en el boleto aéreo. Lugar mágico, lleno de colores, fiesta y calidez. Dicen que hoy es fundamental el inglés, pero yo prefiero gastar parte de la quincena en ladrar algo de portugués. Es lo de hoy, dirían los chavos. Diríamos, me incluyo en esos menores que Iker Casillas, un tipo que bien podría recibir un Balón de Oro y que me recuerda que aún estoy a tiempo para pisar una cancha. Ok, no. De comentarista, decíamos.
Copa Confederaciones, Mundial, Juegos Olímpicos. Brasil levanta el músculo y le demuestra al mundo su fuerza, su dominio. No futbolero, conocido por naturaleza. Su economía y su progreso estarán en la vitrina desde el próximo verano. Y estamos a sólo un mes de conocer rivales para México y más ilusionante aún, de saber por dónde andarán miles de mexicanos que gastarán "reales" en futbol, cerveza y havaianas.
España, Brasil, Italia, Uruguay, México, Japón, un africano por conocer y Tahití integran el selecto grupo de campeones. En ese orden de importancia, mismo orden que veremos en casas de apuestas. La Furia candidata por convicción. Brasil con un reto mayúsculo, presionado y motivado por igual, en lo deportivo y en el ensayo final de logística y trato rumbo al Mundial. La Italia renovada y atrevida de Prandelli. Los charrúas con más dudas en eliminatoria mundialista que con certeza y cabeza para la Confederaciones. México y Japón con un crecimiento sostenido y que pueden pelear de tú a tú a cualquiera. En enero conoceremos al representante del continente negro y cierra la lista Tahití, un magnífico y paradisiaco lugar para tomarse unas vacaciones después del evento. Por si faltaba arena. El equipo que los representa lo hará al revés y se paseará por Ipanema y Copacabana.
El poder, el dinero y la política al servicio del futbol. Un evento estrafalario por naturaleza, jugado en Riyadh entre camellos, jeques y arena. Las tradiciones y la historia lo han paseado por diferentes sedes hasta terminar en 2013 en otra arena, la brasileña. Una futbolera de nacimiento, donde gastan las tardes niños de distintas favelas soñando con ser Kaká, Neymar o Ronaldinho.