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¿Dodgers de L.A. o los Yankees del Oeste?

Clayton Kershaw y Zzack Greinke formarán un gran dúo de abridores para los Dodgers USA Today Sports

Los críticos de los Yankees, que gustan de llamar a la franquicia neoyorquina "El Imperio del Mal", seguirán distraídos en sus ataques contra el equipo de Derek Jeter y compañía y quizás no se hayan dado cuenta de que la avaricia y el gasto exagerado voló de la costa Este al Oeste.

El megacontrato que los Dodgers acaban de darle al lanzador derecho Zack Greinke así lo confirma.

Greinke, de 29 años de edad, llegó a un acuerdo con la novena angelina por seis temporadas y $147 millones, que lo convierten en el pitcher derecho mejor pagado de todos los tiempos.

Sólo el zurdo C.C Sabathia, contratado por los Yankees por $161 millones, goza de un mejor contrato que este que acaban de pactar Greinke y los Dodgers.

Estos $147 millones en seis campañas le darán un promedio de $24.5 millones anuales.

El diestro, que debutó con los Reales de Kansas City en el 2004 y también estuvo con los Cerveceros de Milwaukee y los Angelinos de Los Ángeles, se encuentra en el pico de su carrera, cuyo despegue se inició en el 2008.

En sus últimas cinco campañas (tres con Kansas City, una con Milwaukee y otra con los Angelinos) ha logrado 70 de las 91 victorias que tiene en su carrera, para un promedio de 14 triunfos por temporada entre el 2008 y el 2012.

Si miramos toda su trayectoria, hablamos de un serpentinero que promedia 10.1 victorias y 8.6 derrotas por año y que solamente en dos ocasiones llegó a su tope de 16 éxitos, aún lejos de la difícil veintena de triunfos.

Su efectividad es buena, por debajo de las cuatro carreras limpias por cada nueve innings de faena (3.77, para ser exactos), mientras su WHIP (promedio de pasaportes y hits por entrada) es de 1.25. Por otro lado, su rango de ponches por episodio es menor de uno (0.89).

Greinke es un buen pitcher, el mejor de los que estaban disponibles en el mercado de agentes libres, bastante por encima del lanzador promedio, pero lejos de ser ese superjugador que amerite semejante desembolso de dinero.

A eso súmenle sus problemas emocionales, que lo han llevado a someterse a tratamientos psicológicos, con medicamentos antidepresivos incluidos, que lo tuvieron al borde de abandonar el béisbol.

Pero los propietarios que recién adquirieron a los Dodgers parecen nuevos ricos, gastando la plata a manos llenas, sin mirar sus inversiones con luz larga.

Ahora sale un reporte de que, tras la firma de Greinke, estarían tras los pasos del venezolano Aníbal Sánchez, un buen lanzador igual, mejor que el promedio, pero tampoco ese extraclase que merezca los $90 millones que anda pidiendo.

Si los Dodgers pretenden convertirse en los Yankees del Oeste, deberían mirarse en ese espejo.

No fueron las inversiones desmedidas, a tontas y locas, las que les dieron los mejores resultados a los Yankees en los últimos años.

De hecho, aquella etapa gloriosa entre 1996 y el 2000 fue producto principalmente de un trabajo de desarrollo de jugadores desde las menores.