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El América: obligación, no gracia

"Afortunada o desafortunadamente,
el América debe ir por el título".
Emilio Azcárraga Jean, presidente Grupo Televisa.

En el noticiero estelar de su empresa, Emilio Azcárraga Jean dedicó algunas palabras de los planes que tiene el consorcio y precisó como dueño de las Águilas del América que ser semifinalista (como lo ha sido en los dos últimos torneos) es poca cosa para su equipo.

Dejó en claro que ser campeón es una obligación inherente de los equipos grandes, como el América. "Hoy el tema no es si (el América) es líder o llega a semifinales. Afortunada o desafortunadamente, América debe ir por el título". Y le faltó rematar la frase: "Siempre".

Este buen inicio de torneo no basta. La recuperación en los dos anteriores, tampoco. Borrar el pésimo cierre de administración de Michel Bauer como presidente, menos.

Lo que reclaman millones de americanistas diseminados por el país y en los Estados Unidos es que el equipo corresponda a su grandeza (lleva 10 títulos en la era profesional, uno menos que Chivas y los mismos que el mejor equipo de los torneos cortos, el Toluca) con otro campeonato. Dos títulos en los últimos 15 años son números menores para una organización cuyo barco insignia en el deporte fue el América, aquel equipo que en los setenta le peleó la supremacía al Cruz Azul y que impuso su dominio en los ochenta, al ganar cinco campeonatos de diez disputados.

Este América está en deuda con sus aficionados. Ha invertido decenas de millones de dólares sin poder saldar esa cuenta pendiente con su afición.

Ha cambiado presidentes, entrenadores, jugadores, empleados. Ha comprado proyectos, ha inventado los propios, ha escuchado sugerencias. Y nada funciona.

Hoy que el equipo empezó como bala en la liga y en la CopaMX, hay que recordar que el compromiso del América es con su propia grandeza de resultados. Once títulos os contemplan, pero también un pasado reciente lleno de penas. Sus números en los últimos años son los de un equipo mediano.

Por eso cuando el presidente de Televisa (el americanista número uno del país, porque además de dueño es un fan que idolatra los colores, que los lleva tatuados en el alma) dice que el América debe ir por el título en este torneo, porque las semifinales ya no le bastan, también tiene que agregar el tiempo de su aspiración: "Siempre".

Porque ese es el compromiso de los equipos grandes. No es gracia arrancar bien un torneo: es una obligación. Las buenas rachas pueden ser transitorias. Los títulos son para la posteridad.
El América se sabe querido y odiado. Representa a una buena legión de seguidores dentro y fuera del país que tienen arraigado un profundo sentimiento de pertenencia por su equipo, que lo apoyan en las buenas y en las malas y que expresan de distintas formas su agrado o rechazo ante el resultado en turno.

Además, el América también sabe que es el equipo que tiene más contras. Cada aficionado de un equipo odia a otro o no odia a ninguno. Pero a los americanistas los odian los aficionados Chivas, los Pumas, los de Cruz Azul.

Aglutina igual la pasión encendida de sus fieles, que la burla de sus detractores múltiples.
Sí, este América del "Piojo" Miguel Herrera arrancó bien, tiene un plantel capaz, un goleador implacable como Christian Benítez, un creativo en gran momento como Sambueza, un novato en proceso de consagración como Jiménez, una defensa sólida con Aquivaldo, el "Maza" Rodríguez y Diego Reyes, un refuerzo de verdad como Oswaldito Martínez y una banca con grandes figuras, además de un entrenador hambriento de títulos. Es un plantel con una gran competencia interna. Bien dicen: donde no hay competencia, hay incompetencia. Hoy los once puestos titulares del equipo son codiciados por un plantel con 20 jugadores capaces de ocuparlos.

Pero la cuesta es hacia arriba. El torneo es joven y al América le faltan todavía muchas pruebas. Esta vez no hay excusas: América necesita urgentemente un título. No es la exigencia del dueño. Es el clamor de sus millones de seguidores.