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Muy poca Italia

ROMA - Italia igualó por 0 a 0 de visita a República Checa, en uno de los partidos del Grupo B de la zona UEFA de las eliminatorias para el Mundial 2014.

Un resultado que en suma le cabe bien a la Azzurra, que así aumentó su ventaja en la primera posición de su zona, que conduce con 14 unidades, cuatro arriba del escolta Bulgaria y cinco más respecto al seleccionado recién enfrentado.

Sin embargo, sobre todo en vista de la Confederation Cup, que comenzará en poco más de una semana, la performance del conjunto italiano fue bastante preocupante, puesto que fue el peor partido de la Nazionale desde que llegó Prandelli, final de la EURO2012 a parte.

Esa fue mi sintética análisis de lo ocurrido en Praga, la capital checa, si bien enseguida mi querido amigo Dennis me dijo que no podía contar como un mal partido esa "maldita final" porque, cito textualmente, "hubo demasiadas cosas raras esa noche como para hablar de una mala performances de los héroes azzurri".

Cierto o no, queda el hecho de que Italia no fue sí misma ante República Checa, puesto que no mostró prácticamente nada de todo lo bueno que viene luciendo desde que Prandelli tomó el mando del seleccionado, a parte la atención defensiva y los buenos aportes de Barzagli y Buffón.

Gran parte del problema estuvo en el factor físico, porque los jugadores italianos se vieron realmente cansados, lentos, sin reactividad en las piernas y con poca lucidez mental. Algo que nos deja con dudas, porque será difícil cambiar mucho de acá a cuando comience la Confederation en Brazil.

Por no contar que el tema físico fue el punto débil de la Nazionale en la pasada Eurocopa y ya es alarmante que nuestros jugadores lleguen tan "fundidos" en junio, mes en el que se juegan todas las más importantes competiciones para selecciones. De todas maneras, puede que, en realidad, de acá al debut en la Copa cambien muchas cosas, puesto que no conocemos exactamente la preparación del conjunto.

Pero no hubo sólo eso: en efecto, Italia falló bastante sobre el plano táctico y muchísimo sobre el mental. Eso, en mi opinión, fue lo más grave, porque es la primera vez que esta Azzurra me desilusiona tanto desde ese punto de vista.

Tácticamente hablando, falló rotundamente el experimento de jugar con cuatro volantes centrales:. el resultado fue que ninguno de los cuatro logró encontrar bien la posición y lucieron incómodos y confundidos por todo el encuentro. Las cosas no cambiaron en el complemento, cuando promediando la etapa Aquilani tomó el puesto de un cansado Pirlo.

Además, El Shaarawy mostró la que fue la peor interpretación de un ataque a dos desde que yo miro fútbol: el delantero jugó casi como si hiciera parte de un tridente, parado siempre por izquierda, sin cruzarse nunca con su compañero Balotelli (quien así se vio "atrapado" en la zona centro-derecha del ataque) y sin hacer ni siquiera ese juego fundamental en vertical, parándose una vez más atrás y otra más adelante respecto al su compañero.

Sin embargo, a pesar de todos los defectos sobre ese plano, lo más molesto, como les decía, fue la actitud del conjunto. Emblemático en ese sentido lo de Balotelli, quien nunca logró enchufarse en el juego y fueron más las veces que se paró para pedir una falta, regalándole el esférico a sus adversarios, que las que logró jugar un balón inteligentemente. No me gustó tampoco toda esa "urgencia" en quererlo defender a Balo a toda costa. Realmente los jugadores hoy en día son demasiado mimados.

La falta de garra y de corazón y la ausencia de la voluntad de quererlo ganar a todas costas fueron evidentes en casi todo el equipo, que por momentos hasta se conformó con manejar el balón sólo para no concederle chances a su rival. Fueron claras también en Prandelli (pero sólo sobre el final), quien después de la injusta expulsión de SuperMario "firmó" el empate, quedando en ataque sólo con Giovinco cuando hubiera podido ponerlo a Gilardino por un volante, para intentar ganarlo.

A esa altura era muy importante no perder y, jugando con hombre menos, el director técnico no quiso arriesgar nada. Lógico. Sin embargo, nos esperábamos algo más por parte suya, no sólo para vencer el partido sino también para dar un mensaje: el mensaje que Italia debe siempre jugar para ganar.

De todas maneras, si bien no me gustó lo que vi, tener que jugar en junio un match importante y a diez días desde el inicio de un torneo no es seguramente fácil. Por eso no quiero preocuparme más de lo debido, consciente de que, en fin de cuentas, fue la primera vez que vimos una Italia "chica".

Además, no hay que olvidarse de la mentalidad italiana: a muchos de mis amigos tuve que recordarle yo que Italia jugaba y fueron realmente muchos los que no le dieron importancia al desafío contra República Checa.

Mediáticamente la cosa fue idéntica: parecía que la Azzurra debía jugar un amistoso, siempre en vista del torneo brasilero, más que un importante encuentro para conquistarse el derecho de jugar el Mundial.

Por eso quiero tomarlo más como un tropezón, que como una señal negativa. Por eso mis expectativas para la Confederation Cup siguen siendo altas. Por eso creo aún que las cosas irán bien, en Brazil.

Lo espero vivamente, porque ser protagonistas significaría sumar autoestima y consciencia de sí mismos en vista del Mundial. Un papelón, en cambio, nos dejaría muy mal parados, tal y como pasó en Sudáfrica.

Veremos que pasará. En mientras, seguiré contándoles como se prepara el equipo y como se vive este viaje en el país. Lamentablemente no podré estar cerca de la Nazionale, como en la Eurocopa, pero como muchísimos otros italianos estaré en Brazil con el corazón, haciendo fuerza para ver una "Italia Grande".