Por una decisión dividida que en cierta manera premió en demasía al nuevo campeón welter de la AMB, Adrien Broner (27-0 con 22 KOs) venció a Paulie Malignaggi (32-5 con 7 KOs) en una batalla celebrada este sábado en al Barclays Center de Brooklyn, New York. Lo que dice el título es lo que pienso, fue empate y si pudo haber un ganador, por cierto que para mí no fue Broner. Y lo voy a explicar con detalle, incluso estableciendo a quien vi ganar en cada asalto.
En principio, digamos que Adrien Broner tiene buena defensa, pero cuando ataca no lanza combinaciones y su preocupación por mantener el hombro levantado, le impide ser agresivo. ¿Tiene miedo de soltarse? ¿No tiene confianza en su barbilla o aprendió tan bien a defenderse, que olvidaron enseñarle a ser mejor en ofensiva? Pero hay más, durante todo el combate él fue un concierto de golpes ilegales que por lo menos debieron restarle algún punto de un obsecuente referí Benji Estévez.
Paulie Malignaggi ya sabemos quién es. Movedizo, rápido pero con manos de manteca. Sin embargo cumple su itinerario y hasta mejoró esta vez a su última actuación frente a Pablo César Cano. Trabajó la pelea al comienzo en base al jab, tal como ante Vyacheslav Senchenko, lanzó la mayor cantidad de golpes y combinaciones, no dejó golpe recibido sin responder, se movió lateralmente con criterio y en ningún momento se vio lastimado durante la
Al final del combate, Malignaggi dijo que la pelea fue cerrada y efectivamente lo fue, por más que a su eterno show "verborragico" nadie le preste atención. En mi conteo personal yo vi a Paulie ganar los asaltos 1,2,4,9 y 10. A Broner le anoté los rounds 3,6,7,11 y 12, mientras que vi empate en los asaltos 5 y 8. En medio de todo eso, hay que recordar que en el segundo episodio Broner aplicó un rodillazo en Paulie, al igual que por dos veces el referí le llamo la atención por golpear en medio del break o en la espalda de manera ilegal.
El dibujo de la pelea fue el mismo durante los doce episodios. Broner yendo hacia delante, pero golpeando poco o nada y Paulie esperando, moviéndose lateralmente, lanzando combinaciones rápidas y esquivando con los hombros o con movimientos de cintura. No fue una batalla agradable, como todas las de Malignaggi pero si nos remitimos a quien trabajó más, quien lanzó más y lució mejores componentes técnicos, debemos elegir al perdedor. También hay que buscar algún detalle diferente en la foto final, y en la misma no quedó nada; terminaron con los rostros inmaculados.
El resumen final, quizás, dejó como saldo dos cosas importantes. La primera: es bueno que Paulie Malignaggi deje de ser campeón. Ha sido un accidente del destino que haya lucido un cinturón de monarca en la división más brillante del boxeo actual. Segundo: Adrien Broner dejó en claro que solo es un producto, una mala imitación de Floyd Mayweather Jr., que se defiende bien, pero que en este peso no noquea, no tiene volumen de golpes y solo habrá que esperar que le pongan delante algún rival con dinamita en las manos. Sea Marcos Maidana o cualquiera de los gigantes que hoy tiene el boxeo en 140 y 147 libras. Ojalá se anime a enfrentarlos, pero tengo mis dudas que ello ocurra. Broner habla mucho, pero hasta el momento no ha mostrado nada, excepto una buena defensa, y lo preocupante es que pese a todo, para la estadística, ya es campeón en tres diferentes divisiones.