"Todos los días le pedía a Dios que me diera la oportunidad de ser un buen hijo, un buen hermano y me Dios me dio la oportunidad también de conseguir muchos logros en el juego de pelota." Lo dice un hombre que se forjó un camino desde la pobreza extrema en Baní, una ciudad al suroeste de Santo Domingo, en la República Dominicana.
Esos problemas y carencias económicas no impidieron tener un mundo repleto de sueños, al contrario, fueron la motivación que llevó a Miguel Tejada a imaginarse un mundo mejor, un mundo como en el que vivía Cal Ripken Jr. torpedero de los Orioles de Baltimore Orioles, a quién admiró desde joven. "Todos los días estaba en el terreno de juego, todos los días estaba jugando, tenía problemas, podría pasarle cosas en su vida, todos los días estaba ahí jugando duro, yo seguí esos pasos, no quería ser el pelotero que él fue, yo le pedí a Dios me diera la oportunidad de estar así como lo hacía él", afirmó Tejada.
A base de sacrificios y trabajo diario, su sueño de la infancia se hizo realidad al llegar a las Grandes Ligas en Estados Unidos cuando tenía 19 años de edad. Su calidad como pelotero quedó probada desde sus inicios y su constante crecimiento profesional le consiguió contrato con los Atléticos de Oakland.
Las sólidas campañas que tuvo Tejada en los siguientes años le valieron para consolidarse como el Jugador más Valioso de la Liga Americana en el 2002 y ser seleccionado 6 veces al Juego de Estrellas. Su poderío ofensivo también dio frutos y fue ganador del Festival de Cuadrangulares en el 2004 y fue el Jugador más Valioso del Juego de Estrellas en el 2005.
Durante su trayectoria en el juego de pelota, Tejada ha sido testigo de cómo los latinos cada vez son más y su influencia se deja sentir, no solo en el terreno de juego, si no también allá en la tranquilidad del camerino.
Sus propios compañeros de equipo agradecen la iniciativa que muestra, ya que ciudad que visiten durante la temporada de béisbol, ciudad en la que "Miggy" se encarga de pedir comida latina. Pareciera un simple detalle, pero algo tan sencillo como el 'asopao' (guiso criollo) o unos tostones, ponen el sabor latino a donde viajan los Reales de Kansas City, su actual equipo. "Como yo soy el más mayorcito de todos, donde quiera que llego, lo primero que pregunto es por la comida latina, eso nos pone contentos", dijo entre sonrisas Tejada.
El mundo de Hollywood puso de nuevo en el mapa a los Atléticos, equipo en el que Tejada estuvo entre los años de 1997 al 2003.
La pantalla grande revivió la hazaña del 2002 cuando el equipo ganó 20 juegos consecutivos, un equipo que no estaba en los principales titulares deportivos, pero que con muy bajo presupuesto y basado en complejas estadísticas, consiguió fichajes poco glamorosos pero muy efectivos.
"Éramos un grupo de muchas que veníamos desde ligas menores, y solo buscábamos una oportunidad de jugar, cuando llegamos a las grandes lo único que pensábamos era en ganar un juego a la vez y disfrutar del momento", recordó el dominicano.
Si hay algo que puede llenar de satisfacción a un pelotero, es poder levantar la bandera de su país y gritar "somos campeones". Miguel Tejada ha participado en tres Clásicos Mundiales de Béisbol y en la edición del 2013 se vistió de oro junto al resto del conjunto Dominicano, siendo este país el que más peloteros latinos aporta a las Grandes Ligas.
"Ha sido una de mis mejores experiencias de estar ahí en el Clásico Mundial, ver a mi país como lo gozó, como lo disfrutó fue increíble, me siento muy orgulloso de ser parte de ese equipo", finalizó diciendo Tejada.