<
>

Alfonso Soriano de vuelta a sus raíces

Soriano comenzó con los Yankees en el 1999, y fue cambiado por A-Rod a Texas en 2004. Ezra Shaw/Getty Images

Alfonso Soriano regresa al lugar donde comenzó, hace 15 años, una carrera que parecía lo llevaría hasta Cooperstown.

Entonces jugaba la segunda base que llamaba la atención sobre todo por su ofensiva, por su violento swing con el bate más pesado de todas las Grandes Ligas, a pesar de su complexión flacucha y desgarbada.

Al mismo tiempo, combinaba su fuerza con una velocidad en las bases que llevó a su entonces compañero de equipo, Jason Giambi, a pronosticar que Soriano sería el primer pelotero 50-50 de la historia (50 jonrones y 50 bases robadas).

Tan bueno era que fue la pieza de cambio que tuvieron que usar los Yankees de Nueva York para traer a Alex Rodríguez desde Texas en el 2004, cuando el hoy caído en desgracia era para muchos el mejor pelotero del mundo.

Y no llegó a los 50-50 augurados por Giambi, pero en el 2006 con los Nacionales de Washington, equipo a donde pasó tras dos años con los Vigilantes de Texas, se convirtió apenas en el cuarto pelotero 40-40, hazaña que comparte con el cubano José Canseco (1988), Barry Bonds (1996) y el propio A-Rod (1996).

De hecho, ha sido el último en lograrlo y posiblemente el único que lo hizo de manera limpia, si nos guiamos por su físico que sigue siendo estilizado, como quien no buscó ayuda adicional en químicos prohibidos.

A sus 37 años, hace mucho que dejó de jugar la segunda base y pasó a patrullar los jardines. Y aunque ya no parece que vaya a llegar a Cooperstown, todavía le queda gasolina en el tanque.

Defensivamente nunca fue excepcionalmente bueno, más bien, un jugador promedio.

Pero a pesar de su veteranía, su presencia en la alineación de los Yankees es provechosa en todo sentido para el equipo.

Desde el punto de vista financiero, los Cachorros de Chicago asumirán 17.7 millones de los 24.5 millones que le quedan de su contrato que expira en el 2014, así que Brian Cashman y compañía no tienen que preocuparse mucho en ese sentido, pues le sale a precio de ganga.

Y en el aspecto ofensivo, se trata de un bateador derecho de poder con capacidad productora, algo que le ha faltado y por mucho a estos Yankees del 2013.

Salvo Vernon Wells, que tuvo un buen inicio de temporada, aunque se ha apagado casi por completo, el peso ofensivo de Nueva York ha recaído en sus bateadores zurdos, encabezados por Robinson Canó.

Ichiro Suzuki, Brett Gardner, Travis Haffner y Lyle Overbay, todos zurdos, son quienes han secundado a Canó en el ataque.

Soriano llega a Nueva York con promedio de .254, 17 jonrones, 51 impulsadas y en medio de una gran racha de julio, en la que ha despachado 11 pelotas sobre las cercas y remolcado 16 carreras.

Nadie en los Yankees, a excepción de su compatriota Canó, suma más cuadrangulares y empujadas que el recién llegado, quien podría llegar en esta misma campaña a los 2,000 hits y los 400 bambinazos.

Sería bonito que consiguiera los 11 imparables e igual cifra de jonrones que les faltan para esas cifras redondas en el mismo lugar donde empezó todo, allá por 1999 y de paso, hace desviar un poco la atención de todo el novelón de Alex Rodríguez.