Buster Olney se encuentra de vacaciones esta semana, así que por segundo año consecutivo, columnistas invitados estarán llenando dicha vacante en su ausencia. Hoy, el relevista de los D-backs Brad Ziegler comenta sobre lo que hace al líder de la unión de peloteros Michael Weiner una persona tan especial.
Este es un juego loco. Si me hubiesen dicho durante mi crianza que tendría al menos seis temporadas en las Grandes Ligas, me habría extasiado por completo. Aunque siempre tuve ese sueño, siempre me pareció fuera de mi alcance. Y aun así, aquí estoy, bendecido con tantas cosas buenas en mi vida, incluyendo una carrera que disfruto plenamente. Pero también tengo otras cosas en mi vida: una familia increíble (incluyendo los dos perros más amigables que existen), seguridad financiera y buena salud.
Buena salud -- algo que agradezco todos los días. Algo que no todo el mundo tiene en esta vida.
Una de las personas más respetadas en este deporte se encuentra en la batalla de su vida, y cualquier persona -- todo el mundo -- que lo ha conocido en el deporte está apoyándolo en dicha pelea. Jugadores, entrenadores, gerentes, managers, dueños, jugadores, escritores, árbitros. Todo el mundo.
Como muchos de ustedes saben, Michael Weiner es el director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas -- nuestra unión. Y todo el que sigue el deporte sabe también que hace un año Michael fue diagnosticado con un glioblastoma Etapa 4, un cáncer agresivo en el cerebro, y que no es operable.
Yo he sido representante de los jugadores para la union desde el inicio de la temporada 2009. En medio de esa temporada, recibí una llamada de Donald Fehr, donde me informaba que se estaba retirando como director ejecutivo. Luego de un par de reuniones telefónicas, seleccionamos al reemplazo obvio en ese mes de diciembre: Michael Weiner. Todavía no había conocido a Michael. Mi agente, Rob Martin, se había reunido con él en par de ocasiones y lo había escuchado hablar par de veces, así que le pregunté cómo era. "El hombre es una computadora humana", me dijo. "Probableemente te podría recitar de memoria el convenio colectivo".
En el tiempo que llevó conociendo a Michael en varios eventos de la union o incluso a través de llamadas telefónicas casuales, puedo decir con honestidad que no he visto algo que cambie la impresión de mi agente. Sin embargo, también puedo decir con honestidad que aunque es vasto su conocimiento del convenio colectivo y de las leyes en general, ese ni siquiera es su mejor cualidad.
Puedo asegurar que, por mucho, su mejor cualidad es cómo es él como persona. Es un hombre dedicado a su familia. Habla en muchas ocasiones de su espera, Diane, y de sus tres hijas adorables, y les puedo asegurar que vive para ellas. Por otra parte, genuinamente está interesado en cada pelotero de Grandes Ligas. Nunca ha iniciado una conversación conmigo en la que su primer tema no sea como está mi familia y como van mis cosas. Y me imagino que es así con todos los peloteros. Aquellos que se han tomado la molestia de conocerlo saben exactamente de lo que hablo.
Junto con su profesionalismo, hay una cosa que realmente me sorprede: Genuinamente se preocupa por mejorar en general el deporte. No me malinterpreten, él quiere que las cosas sean lo mejor posible para los jugadores. Y se puede molestar en serio y ser implacable cuando siente que los dueños están intentando inmiscuirse en los principios que, como sindicato, hemos defensido desde nuestros inicios. Pero además tiene la capacidad de ver el escenario completo: ¿Qué es lo mejor para el deporte a largo plazo?
En mi opinión, esto nunca ha sido más evidente que cuando trabajamos con nuestro Acuerdo Conjunto anti dopaje. Michael ha escuchado a los jugadores. Quiere limpiar el deporte. Cero uso de PEDs. Punto. Queremos convertirnos en los protagonistas de la era que, a lo largo del camino, se vea grandemente como el grupo de jugadores que limpió el béisbol. Ciertamente queremos castigar a aquellos que están atrapados con algo ilegal en su sistema, incluso si no es ingerido de forma intencional con la mentalidad de conseguir ventajas adicionales en el terreno.
¿Y qué de aquellos que hicieron trampa de forma intencional? Sáquenlos del deporte por un año. O sáquenlos para siempre. En cuanto a cancelar sus contratos, bueno, es posible que haya llegado ese momento. Los jugadores están cansados de que haya jugadores que traten de vencer al sistema, y en este punto, ya no tenemos tolerancia alguna con ellos. Estamos cansados de que este sea el enfoque en nuestro deporte, año tras año. El béisbol es un deporte increíble -- tan perfecto en tantas maneras -- y debemos mantener la atención en el terreno, donde debe estar.
Debe ser escabroso para Michael estar en el puesto que ocupa cuando se habla de este tema. Se supone que represente a todos los jugadores y que consiga el mejor resultado para ellos en cada situación, ¿cierto? No. La respuesta de Michael: "Si hicieron trampa, ellos deben ser castigados -- Yo solo estoy aquí para ayudarlos a que reciban un trato y un juicio justo."
Para mí, ese es alguien que genuinamente se preocupa por nuestro deporte y la manera en que es percibido publicamente, Todos dejamos un legado en la vida, y él quiere que el deporte sea mejor que cuando entró cuando termine su tiempo en el mismo.
Recientemente tuve una conversación casual con un gerente de un equipo de MLB. Discutimos la situación médica de Michael, y él me dijo algo que realmente se me quedó grabado en la mente: "Este tipo es increíble. Es lo mejor que le ha pasado al deporte".
Y aunque lo haya dicho de pasada, no estoy seguro de que esté muy lejos de la verdad.
El legado de Michael en este deporte ya ha quedado establecido. Y aunque siga contribuyendo al mismo por los próximos 40 años, o si se nos va de esta vida pronto, él seguirá dejando una huella en este deporte -- y en la vida de las personas -- que no será olvidado jamás. Es un privilegio absoluto el trabajar junto a ti, Michael. Y es un placer mayor el llamarte mi amigo.