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No minimizar la derrota en Ecuador

BUENOS AIRES -- Hay veces en la cuales el exceso de preparación de los partidos termina siendo contraproducente. Que se entienda bien, la idea de este concepto no es poner en discusión que se estudien a los rivales, que se miren videos, que se busquen mecanismos para vulnerar al oponente por medio de sus costados más flacos. En absoluto, al contrario, esa debería ser la esencia de toda programación.

El tema es que River, tras ese análisis, pareció sobreestimar las calidades de la Liga de Loja, un equipo voluntarioso, consciente de sus limitaciones, pero inferior técnicamente y en nombres que el de Ramón Díaz. Y acá no está en discusión si el Millo va a pasar o no la fase. Todo parece indicar que sí lo hará, y cuando esto suceda enseguida se intentará poner, por sobre el rendimiento del cotejo de ida, a la planificación. Se dirá que es un partido de 180 minutos y que el objetivo de superar la fase se cumplió, pero como el análisis hay que hacerlo día a día es imposible soslayar que River dejó pasar una oportunidad de liquidar ya la serie. Que se cuidó demasiado de un oponente notoriamente más débil.

Pero no todo hay que cargarlo en Ramón, también es cierto que los jugadores, como suele suceder en casi todas las presentaciones, necesitan de cuarenta y cinco minutos para arrancar, para exhibir superioridad sobre su rival de turno. En Ecuador fue notorio lo que hizo en la primera parte (mala) y lo que fue en la segunda (mucho mejor). Algunos podrán decir que se limitaron a cumplir lo que el técnico planificó, pero hay veces que un poco de rebeldía es necesaria, inclusive el propio entrenador suele pregonar eso. Lo mismo que tampoco se cansa de hablar sobre la historia de River, sobre su fútbol, sobre su grandeza, etc, etc, todas premisas reales pero en la práctica no se termina refrendando con los planteos. Se arenga una idea y se juega de otra forma.

Muchos coincidirán con que el equipo va a revertir con relativa tranquilidad la historia en el estadio Monumental, y lo más factible es que eso sucederá, pero no se puede perder de vista que River perdió en Loja. El resto, hoy, son hipótesis. ¿Con alto grado de que se transformen en concretas? No se lo puede negar, pero en este choque de ciento ochenta minutos el resultado favorece a los ecuatorianos por 2 a 1. Independientemente de lo que vaya a suceder, el Millo perdió.

Para un equipo con pretensiones de volver a ser lo que fue, alcanzar el objetivo desde los triunfos y desde el buen juego se observa como lo más saludable. Coartarse contra equipos tan inferiores (en el planteo y sus intérpretes) termina siendo una innecesaria sobreestimación de las cualidades de quien se tiene enfrente. Al menos esta idea le cabe a la Liga de Loja. Ramón cuanta con espaldas y pericia como para volverse con una derrota y que no haya secuelas, y está bien, es una prebenda que se ganó en base a triunfos y títulos. Porque está claro que si la persona que estuviese sentada en el banco fuese otra, hoy la visión del traspié estaría instalada por sobre la que está, la de la segura clasificación que se viene...