SANTO DOMINGO --- Los Marineros de Seattle sorprendieron a medio mundo al llegar a un acuerdo por US$240 millones y 10 temporadas con el principal agente libre de este año, el intermedista dominicano Robinson Canó, según reportó en exclusiva Enrique Rojas para ESPNdeportes.com.
Cuando terminó la temporada del 2013, pocos se podrían haber imaginado que el equipo de la División Oeste de la Liga Americana fuera a pujar tan duro en la agencia libre como acaba de hacer.
Pasaron pocos minutos desde que explotó la bomba de información para que en las redes sociales y también en casi todos los medios neoyorquinos comenzaran a llover críticas sobre el nativo de San Pedro de Macorís.
Muchos alegan que Canó solo buscó el dinero y no la lealtad que suponen debió tener para con el equipo que lo convirtió en un pelotero profesional y que, hay que reconocer, lo hizo muy pero muy rico.
Pero ahí es donde muchos se pierden, incluyendo muchos jugadores como es el caso de Dustin Pedroia que firmó por poco más de US$100 millones y un período de tiempo similar con los Medias Rojas de Boston.
El béisbol de las Grandes Ligas es despiadado al momento de hacer negocios y Canó lo sabe perfectamente bien, y para hacerlo solo tiene que preguntarle a su compañero de equipo Alex Rodríguez.
Los Yankees no titubearon en firmar a Jacoby Ellsbury, un pelotero que no ha promediado más de 120 partidos jugados en las últimas cuatro temporadas, y lo hicieron por US$153 millones y siete temporadas.
A Canó le ofrecieron siete años y US$175 millones como máxima propuesta para tratar de retener a quien había sido su principal jugador en los últimos tres años.
Aunque en promedio, la oferta de los Yankees le habría representado un millón de dólares más por año a Canó, la diferencia neta era demasiado abismal: US$65 millones.
Canó estaba en el mejor y único momento restante de su carrera para poder exigir el máximo de dinero posible por sus servicios y lo aprovechó, como debe de ser.
Cuando un pelotero baja en su producción, no es muy probable que la organización decida retenerlo a sueldo alto por ser una gloria si su contrato expira, ¿por qué dar descuento de la casa entonces?
Canó tenía 240 millones de razones para irse a Seattle y aprovechó y tomó cada una de ellas. Ahora le toca a los Yankees ver cuál será la figura que atraerá público al Yankee Stadium a partir de la próxima temporada.