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Dimitrov: "El talento no gana partidos"

El primer festejo de Grigor Dimitrov Getty

NUEVA YORK -- El verdadero temple y mentalidad de los tenistas muchas veces sale a relucir con mayor claridad en situaciones de crisis o de incertidumbre, antes que en un contexto de victoria y festejo. Al menos, ese es el caso de Grigor Dimitrov, quien este domingo conquistó en Estocolmo el primer título ATP de su carrera y saltó al 22º puesto del ranking mundial, su mejor ubicación en 6 temporadas como profesional.

Hace 55 días, en Nueva York, el búlgaro pareció haber tocado fondo. En aquel ardiente martes 27 de agosto, el muchacho de 22 años puso todo lo que tenía para sortear la primera ronda del US Open 2013. Pero no le alcanzó. Un guerrero portugués, de nombre Joao Sousa (hoy 53º del ranking), terminó venciéndolo por agotamiento en 5 sets. Grigor, el dotado al que muchos señalan desde hace un lustro como futuro jugador top, lleva 15 torneos de Grand Slam sin alcanzar la segunda semana de competencia.

"Me quedé sin gas. Necesito dedicarle mucho más tiempo a la preparación física. Soy rápido, pero jugadores como Rafa aguantan seis horas. El talento solo no gana partidos", me dijo Dimitrov en una salita de Flushing Meadows, horas después de aquel partido. Fue una charla breve, de no más de diez minutos. Pero allí, cara a cara, el novio de Maria Sharapova pareció hacer un "mea culpa" sentido sobre todo lo que le falta para acercarse a la elite. Remera gris, pelo prolijamente despeinado, brazos cruzados que por momentos dejaba libres para hablar con sus manos, Dimitrov dejó escapar su manera de pensar y sentir con respecto a su tenis.

Y quizás en sus palabras encontremos explicaciones a su posterior cambio de coach (dejó de pertenecer al equipo Good To Great y pasó a manos de Roger Rasheed), a su repunte tenístico en Suecia (donde vino de un set abajo tanto en semifinales contra Paire como en la final ante Ferrer), y a ese fantasma del "Baby Federer" contra el cual lucha, pero del que aún no se puede librar.

Aquel Dimitrov golpeado, dolido, quebrado, ilumina a este Grigor vencedor por primera vez en el gran circo del tenis.

-Ser autocrítico, en situaciones de derrota, no es fácil.
-Nunca es fácil ser honesto. Nunca es fácil aceptar cosas que no están bien. Pero yo siempre fui así, desde que era pequeño. Lo heredé de mis padres. Y nunca cambié por nada ni por nadie, ni por la derrotas que sufro o por las victorias que consigo.

-¿Qué significa entonces el tenis para ti?
-El tenis es algo que amo. Y al final del día uno debe aceptar muchas cosas. No es fácil. No es fácil perder. No es fácil que haya expectativas sobre ti de parte de tu equipo, de parte de gente cercana. Pero después de todo la vida continúa. Somos humanos. Y aceptar los errores es parte de la vida.

-¿Cuán difícil es manejar esas expectativas que generas por tu talento?
-Como te digo: el talento no gana partidos. Y la presión externa no me interesa. Si quieren decir esto, si quieren pensar lo otro, está bien. Es solo para mantener una discusión. Pero en lo que respecta a mí mismo y mis expectativas, aún no las he alcanzado. Por eso creo que ni siquiera puedo hablar sobre ello, porque no logré aún nada de lo que busco. Quiero decir: todavía.

-¿Por qué crees que aún no lo has logrado?
-No he encontrado la manera correcta, obviamente. Yo creo que me voy a quedar para mí esto de decir cuales son mis expectativas. Pero lo que los demás piensen no es mi "business".

-¿Cuán lejos sientes que estás de lograr esos objetivos?
-Bueno, también estoy 30º del mundo. No está mal. Pero para mí, yo sé que puedo hacerlo mejor. Sé que puedo ser mejor que eso. Y es por eso que aceptar que habrá derrotas es lo más doloroso para mí. El camino para lograr esas expectativas no es largo, pero es lo suficientemente largo para no ver el final. Ojalá pueda cambiar esa sensación que tengo.

-¿Y de qué manera las comparaciones han tenido un impacto en ti?
-Han estado allí por un largo tiempo. Y yo no sé qué más decir.

-¿Pero es algo que ya está superado o te sigue persiguiendo?
-Mira, es gracioso porque la gente ve cierto parecido en mi juego con el de Roger (Federer) y me compara con Roger. Definitivamente eso es algo que me gustaría cambiar. Y yo sé que si no ocurre ahora, en el futuro la gente dejará de decirlo. Primero, porque de alguna manera él envejecerá. Segundo, porque yo tendré mi propio estilo de juego que reconocerán. O tercero, porque yo tendré éxito. ¿Pero qué más puedo hacer?

-No puedes hacer mucho...
-No puedo. Trato de decirlo, trato de mencionarlo en cada entrevista, pero nada más.

Sí puede hacer algo Grigor Dimitrov. Comenzar a ganar. Y a poner su nombre en los libros, como lo hizo la semana pasada en Estocolmo. Su tenis, sus virtudes con la raqueta, superan cuestiones de apodos y noviazgos. Al público le gusta verlo en acción, porque hay algo artístico en su juego. El circuito mismo espera que él siga escalando, porque lo necesita a futuro. Y el muchacho Haskovo lo tiene claro: no se gana solo con talento. Parte del camino a la cima, ya está recorrido.