¡Los Yankees están de vuelta, tan gloriosos y maléficos como siempre! Aquí les presentamos lo que los periodistas están escribiendo sobre la firma de Jacoby Ellsbury con los Yankees lejos de los Medias Rojas:
Así que los Yankees hicieron dos acuerdos monstruosos, y faltan algunos más, luego de haber asustado a su base de fanáticos con las expresiones de que recortarían su nómina en esta temporada baja. "La gente se olvida", dijo la fuente, "que $189 millones sería la segunda nómina más alta en el béisbol".
Es bueno ser fanático de los Yankees, incluso en malos momentos. Ellos fallaron en llegar a la postemporada la campaña pasada por apenas la segunda ocasión desde la huelga de jugadores en 1994, y las asistencias y los ratings de TV sufrieron golpes ante las ausencias de A-Rod y Derek Jeter. Peor aún, los Medias Rojas lo ganaron todo por tercera vez desde que humillaron a sus acérrimos rivales con su barrida diferida en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el 2004, lo que coloca el marcador de desfiles 3-1 a favor de Boston desde esa histórica serie.
Los Yankees respondieron de la única manera en que ellos saben hacerlo: la manera Steinbrenner. Con la ausencia de George, su hijo Hal tenía que demostrar que tiene algo del fuego de su padre en su cuerpo.
¿Podrá un acuerdo desconcertante engendrar otro?
O puesto de otra manera: Mucha gente en el béisbol comenzó el mes de noviembre pensando que Robinson Canó se mantendría como un Yankee y que Jacoby Ellsbury terminaría siendo un Marinero. ¿Acaso los cablesse cruzaron en algún momento en el camino?
Ante la llegada de Ellsbury a Nueva York luego de haber desconcertado a los Medias Rojas por haber aceptado su sorprendente acuerdo por siete años y $153 millones con los Yankees, la partida de Canó del Bronx para irse a la zona del noroeste del país parece más posible ahora que hace 24 horas atrás.
Después de todo, sí hay un tema en el que seguramente los Yankees no están bromeando, es su intento de mantener su nómina por debajo de los $189 millones para el 2014. Y ahora con Ellsbury pautado a recibir un gran cheque y ante la necesidad de dos lanzadores abridores más para los Yankees su amenaza de mantener su oferta a Canó en siete años y alrededor de $170 millones parece más real que nunca.
Los Medias Rojas, de acuerdo a fuentes cercanas a las negociaciones, estaban dispuestos a ofrecerle a Ellsbury un acuerdo de seis años, y una cantidad de dinero cercana a los $120 millones. En un punto de las negociaciones, ellos propusieron un contrato de cinco años y $100 millones.
Ambas propuestas se quedaron cortas de lo que finalmente Ellsbury consiguió con los Yankees, un acuerdo de siete temporadas por $153 millones, que podría elevarse a $169 millones al contener una opción para un octavo año. Pero los Medias se mantuvieron firmes en que habían aprendido su lección con los acuerdos hechos con Carl Crawford y Adrián González y se apegaron a sus límites, tanto en dinero como en años.
Ellos han sabido desde hace tiempo que el mercado por Ellsbury llegaría hasta más allá de donde ellos estaban dispuestos a llegar, y estaban preparados para enfrentar las consecuencias. Ellos solo querían que esas consecuencias aterrizaran más lejos de unas 200 millas al sur de su estadio, donde los Yankees, en adición a Ellsbury, tienen un nuevo receptor en Brian McCann ($85 millones garantizados) y todavía tienen esperanzas de quedarse con el intermedista Robinson Canó y el lanzador Hiroki Kuroda. De alguna manera, ¿se supone que ellos encajen todas esas piezas dentro de una nómina que no sobrepase el límite del impuesto de lujo de $189 millones? En Yawkey Way, los escépticos esperaran a ver qué tipo de truco puede lograr esa meta.
Joe Sheehan, en su boletín:
Pero las conclusions son consistentes con lo que hemos observado: los mejores jugadores en el béisbol solían llegar a la agencia libre en su mejor momento de forma más frecuente que lo que lo hacen ahora. ...
Uno ve los efectos de las estrategias de las oficinas centrales modernas comenzando con la cría de jugadores nacidos en 1981. De los mejores jugadores de ese año, solo Carl Crawford llegó a la agencia libre. Jugadores como Curtis Granderson, Ben Zobrist y Carlos Zambrano fueron firmados con contratos a largo plazo antes de que llegaran al mercado. Para los del 1982, solo tenemos a Robinson Canó. David Wright, Ian Kinsler, Adrián González y Jered Weaver nunca han sido agentes libres, ni lo van a ser en su mejor época. Ninguno de los mejores jugadores nacidos en 1983 –un grupo monstruoso que incluye a Braun, Miguel Cabrera, Joe Mauer y Justin Verlander -- serán agentes libres en su mejor momento. Los mejores bebés de 1984 -- Ryan Zimmermann, Troy Tulowitzki y Jon Lester -- ya tienen contratos.
Vamos a analizar esto desde una última dirección. Ochenta y tres jugadores han logrado un valor de al menos 15 victorias desde 2009 al 13. De esos, apenas 22 han llegado a la agencia libre en su mejor momento, con otros 11 – incluyendo a Kershaw, Heyward, Trout, Max Scherzer y otros – posiblemente haciendo lo mismo en los próximos años. Eso es cerca de cuatro a cinco jugadores por temporadas, y muchos de ellos no son superestrellas. Eleven la vara a 20 bWAR, y obtendrán 33 jugadores, de los cuales apenas nueve fueron agentes libres élites, además de dos (Kershaw y Trout) que podrían serlo. No se puede construir un equipo de esta manera ya – no hay acceso a todos los materiales que se necesitan. (Voy a reiterar mi punto sobre los Medias Rojas del 2013: Su éxito se basó más en los que ya estaban que en los que recién llegaron.)
La producción de Carl Crawford no es un hecho consumado por parte de Jacoby Ellsbury; es una de los posibles caminos. El futuro de cada jugador es una distribución de probabilidad, de tocar fondo hasta llegar a ser total y absolutament inútil. Cada jugador se puede convertir en un estorbo de la noche a la mañana. Y cada jugador puede jugar mejor en el futuro que en el pasado. No hay un solo ejemplo que represente el futuro esperado para otro jugador, a pesar de lo similar que ambos puedan ser.
Así que, tenemos dos opciones. Podemos lanzar nuestras manos al aire y decir "quién sabe lo que nos traerá el future, firmemos a cualquiera que querramos por la cantidad que sea y esperemos que salga lo mejor posible" o podemos tratar de hacer selecciones bien pensadas, basados en la información disponible. Esas informaciones nos sugieren que jugadores como Ellsbury envejecen bien, a pesar que a Carl Crawford no le pasó eso. Esa información no apoya la idea de que jugadores con velocidad y defensive se desmoronan luego de cumplir 30 años. En todo caso, la información sugiere lo contrario, y nos dice que esos inicialistas de huesos grandes son los que realmente hay que temer.
Michael Eder de It's About the Money hace un examen detallado de la nómina de los Yankees y la probabilidad de que el equipo logre su meta de mantenerse por debajo del impuesto de lujo de $189 millones:
Cantidad adeudada a jugadores en la actualidad: $151.964MM
Cantidad restante en la nómina: $37.036MM
Así que los Yankees tienen disponibles $37 millones para contratar un intermedista, un antesalista y varios lanzadores más. Y obviamente eso no incluye a Rodríguez. No creo que logren la meta de los $189 millones.
Ben Lindbergh, Baseball Prospectus:
Cuando se acabe el contrato de Ellsbury, no va lucir bien en términos de dólares y centavos. Vamos a dejar eso en claro desde ahora, aceptarlo, y seguir adelante, porque pueden apostar que eso es lo que Brian Cashman ya hizo.
Cuando evaluamos a los gerentes por la forma en que mueven sus dólares, el gerente de los Yankees se ubica de forma consistente entre los peores. Pero incluso si a Cashman le importara que su "Rating de Eficiencia de Nómina (Payroll Efficiency Rating o PER por sus siglas en inglés)" lo coloca entre otros notables fallos en oficinas centrales como Bill Bavasi y Steve Phillips, el observar sus cinco anillos de Serie Mundial (cuatro como gerente) probablemente alivie su pena. Por lo que sabemos, el suele fantasear con dejarlo todo para irse a un equipo que tenga una nómina de ocho cifras para hacer movimientos astutos, que provoque que la gente escriba libros sobre ellos, pero a él le gusta la vista la vida como un Yankee lo suficiente como para haberse mantenido en dicha organización por casi 30 años. En Nueva York, no hay necesidad de firmar, digamos, a un jugador de 38 años como José Molina para ser receptor porque ofrece el mejor valor por su dinero, o conseguir en cambio a Craig Gentry porque es más valioso que lo que sugieren sus estadísticas tradicionales, y quizás podría ser regular algún día. Cashman sabe esas cosas, pero no tiene que aceptar jugadores como esos. Él puede lanzarle dinero a jugadores que hacen todas las cosas positivas que hacen jugadores como esos, pero que además tienen rostros perfectos.
De nuevo, los Yankees se fueron para su casa y vieron a los Medias Rojas vencer de alguna manera a los Tigres, y luego superar a los Cardenales para conseguir su tercer campeonato de Serie Mundial en una década. Ellos ganaron 85 partidos, la menor cantidad en una temporada completa desde 1992, o desde que George Herbert Walker Bush era presidente. Estuvieron en medio de la novela policiaca de ARod, y, con o sin impuesto de lujo por su nómina de $189M, ellos se dieron que no es de eso que se trata ser la mejor franquicia en los deportes, no cuando usted es un Steinbrenner, no cuando sus fanáticos que pagan asientos de $2500 y su audiencia de TV está acostunbrada a algo mejor que Jayson Nix, Luis Cruz y Chris Nelson.