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Una gran familia, una gran fiesta

En ese momento de la temporada, descubrí que Puerto Rico era un lugar muy pequeño. De muchas maneras, era eso lo que me encantaba de la isla, era una gran familia, una gran fiesta. Las personas se conocían entre sí y debías aceptar el hecho de que era muy difícil guardar un secreto.

Durante un viaje por carretera, un compañero y yo estábamos conduciendo hasta un juego cercano en la costa sur. Hay una parte de la carretera alrededor de Yauco donde es posible conducir a 194 km/h (120 millas/h). Era una parte recta y lisa, y en el horario en que conducíamos hasta los juegos no había nadie en la carretera.

Un día durante estos viajes por carretera, mi compañero, que estaba sentado en el asiento del pasajero, vio una mujer atractiva y decidió grabar con su videocámara. En la ventanilla trasera, había una calcomanía de cosméticos Mary Kay Cosmetics. La conductora se puso nerviosa ante la cámara, se adelantó y se alejó a toda velocidad. A mi compañero le preocupó que de alguna manera pudiéramos meterla en problemas, así que borró el video que había grabado. Entonces, dejamos de hablar acerca del tema.

Luego, tuvimos un juego en Caguas y después del juego la nueva novia de uno de nuestros compañeros estaba esperando. El nos la presentó y cuando empezamos a saber más cosas acerca de ella, nos enteramos de que trabajaba para Mary Kay Cosmetics. ¡Era la misma mujer!

Imagínense que eso sucediera en Nueva York. Imposible. Pero en Puerto Rico, todos se conocen entre sí.

Es por eso que sabía del chupacabras y por supuesto, acerca de Toño Bicicleta. Las leyendas y las historias podrían convertirse en hechos, ya que toda la isla compartía su versión de las mismas. Luego alguien haría una canción acerca de eso. "Mataron a Toño, lo mataron en Lares, murió de un escopetazo... debajo del cinturón..." me recordaba a Trinidad, el país natal de mi papá. En cuestión de días después de las noticias, tocarían en la radio una canción en ritmo de 'plena' acerca de eso.

Cuando alguien tenía una apariencia poco usual, se le llamaba el 'chupacabras'. Recuerdo que el entrenador de Ponce era un hombre alto y fornido. En una ocasión, uno de los lanzadores resultó lesionado en el campo, por lo que tuvo que correr a revisarlo. Estaba vestido de negro y era un juego nocturno. Así que desde nuestro punto de vista desde el dugout, parecía una cabeza flotante corriendo por el campo. De inmediato, nuestros fanáticos gritaron "¡Mira! ¡El chupacabras!"

Las historias hacían que los largos viajes desde Mayagüez hasta San Juan fueran mucho más llevaderos. Durante esos viajes uno llega a conocer algo acerca de todos. Fueron las mejores y las peores clases de español que podría haber tenido, ya que no tenía ningún otro lugar a donde ir. Me sabía todos los comerciales, todas las historias "calientes" y toda la música. ¿Juan González y Olga Tañón? Listo. Tito Rojas que no se dio cuenta que estaba en San Sebastián cuando gritó a la multitud "¡Hola Añasco!" Listo. ¿La India comiendo pollo en el escenario durante un concierto? Listo. ¿Carlos Vives asistiendo a un juego en Mayagüez? Listo. ¿Víctor Manuelle ganando otro concurso de la mejor y más rápida letra de una canción? Listo.

En una ocasión, cuando estábamos contando las historias, la camioneta todoterreno se descompuso prácticamente en la estación de peajes cerca de San Juan. Todavía nos faltaban dos horas de viaje para llegar a Mayagüez y era la 1:00 de la mañana. Mientras estábamos esperando, nuestro entrenador, Steve Melendez pasó conduciendo, así que agitamos frenéticamente los brazos para hacerle saber que la camioneta se había descompuesto. Él solo pudo saludarnos y encogerse de hombros. Porque su auto estaba repleto y no podría ayudarnos aunque quisiera. Así que esperamos.

Llamamos al papá de uno de nuestros compañeros (Josean Torres) para que nos recogiera. Llegó más o menos a las 3:30 de la mañana. Regresé a mi departamento a las 5:15 de la mañana. En las semanas siguientes, cuando viajamos a San Juan, su camioneta todavía estaba ahí a un costado del camino. Nadie se la llevó. Es posible que todavía se encuentre ahí.

El tráfico era caótico alrededor de San Juan. Recuerdo la canción "Tapón", la tocaban en la radio en ese tiempo. Deberíamos tratar de llegar temprano, ir al centro comercial y esperar ahí. La gente conducía por los carriles de emergencia solo para poder moverse.

Eso era lo bonito de Mayagüez. Era mucho más silencioso en los alrededores. Conducía desde el estadio, por la Ruta 2 y me detenía en Pon Wei, uno de mis restaurantes favoritos de comida china. Luego iba a la playa. Era tan relajante. Es cierto que el centro tenía sus desafíos, pero como en cualquier otra ciudad, solo debías saber a qué lugares acudir, y tenía muchos amigos que me ayudaban a saber cuáles eran los lugares seguros y cuáles no lo eran. ¡Gracias Ricky! (policía de Mayagüez).

Por supuesto, me dijeron que debido a que me encantaba el 'coquito', debía probar 'pitorro'. Cuando me lo describieron, se parecía a Moonshine, por lo que entendí la idea. En Puerto Rico, estaba dispuesto a probar de todo, así que ¿por qué no? Solo tardé un segundo en darme cuenta de que era lo que obtienes cuando mezclas vino, vodka, fluido para frenos, líquido lavaplatos, ácido clorhídrico, y jugo de manzana. Sé que hay un pleito en los tribunales acerca de si la bebida debería ser legal y cuándo puedes tomarlo. Todo lo que puedo decir es que deben asegurarse de estar sentados cuando vayan a tomar un sorbo.

Siempre valoré que todos los amigos que hacía en las fiestas de fin de año, el centro comercial, los restaurantes, el club y la estación de servicios fueran a los juegos. A decir verdad, fueron a muchos de los juegos. Nos apoyaban tanto a mí como al equipo. Solo debía pedirles una vez, esa clase de lealtad es algo que hace que cualquiera se sienta increíble.

Las fiestas de fin de año se acercaban y el equipo (Juan López) organizaría una fiesta de Navidad en Combate, una playa de Cabo Rojo, municipio al sur de Mayaguez. Fui con una chica y cuando mi dirigente, Tom Gamboa, trató de hablar con ella en inglés, ella solo se quedó mirándolo. Entonces él dijo, "Vaya, ¿así que no hablas inglés?" Y ella respondió, "No". Luego él me miró y preguntó "¿Qué has estado haciendo todo este tiempo Puerto Rico?" Y le respondí, "Vivir la vida. Vivir la vida".

Era el motivo por el cual casi no volví a Nueva Jersey en Navidad, pero luego decidí ir a visitar a mi familia, y de camino al aeropuerto, presencié seis accidentes de auto. Seis. Fui uno de esos accidentes, ya que estando en la cabina de peajes, alguien no me vio y chocó contra mi auto. No hubo problemas. Todavía pude alcanzar mi vuelo y a pesar de lo mucho que me divertiría en casa, esperaba con ansias regresar a Puerto Rico.