BRISTOL -- Por primera ocasión en la temporada veo a los Dallas Cowboys hacer las cosas en equipo. No hay un mejor ejemplo de labor en conjunto como la de ayer en Dallas.
TODOS JUGARON MAL. No busquemos un culpable, porque todos los son. Y podemos empezar por donde quieran.
JASON GARRETT
Su tibia presencia en la banca fue uno de los factores para no tomar la última palabra, para cambiar una decisión, para tomar, de manera tajante, la determinación de correr el balón; por mucho que Tony Romo tenga la libertad de cambiar las jugadas en la línea. Bajo la situación que estaban los Cowboys (ganaban 36-31) con 2:58, no había otra orden. SE TIENE, SE DEBE CORRER EL BALÓN. En ese punto, Dallas tenía el 88 por ciento de posibilidades de ganar el partido.
La selección de jugadas fue otro factor que deja mal parado a Garrett. Después de ir arriba en la primera mitad 26-3, con récord de franquicia en yardas totales conseguidas (332), Dallas tenía sólo cuidar esa ventaja. Ahora bien, sabiendo la debilidad de la defensiva, la ofensiva tenía que cambiar su plan de juego, pues ahora se tenía una ventaja de 23 puntos con dos cuartos por jugar.
DeMarco Murray había corrido para 93 yardas y un touchdown en 11 intentos después de dos cuartos. Terminó el partido con 18 acarreos para 134 yardas y una anotación. Había sumado al menos 4 yardas en 14 de sus 19 intentos y tuvo cuatro carreras de 10 yardas o más.
Pero las malas decisiones del staff de los Cowboys; Bill Callahan, Garrett, Romo y compañía, iban a aparecer:
Dallas lanzó más pases en la segunda mitad que Green Bay, a pesar de que los Cowboys sólo estuvieron abajo en el marcador cuando quedaban 1:17 en el partido.
Lanzaron el balón en 48 ocasiones hasta antes de perder la ventaja.
Sólo tres jugadas por tierra en el último cuarto cuando tenían ventaja en el marcador.
Desde que quedaban 1:04 del tercer cuarto, hasta 2:58 del último cuarto (primera intercepción a Romo), mandaron pase en 14 de las 15 jugadas que tuvieron a pesar de que tenían ventaja de al menos cinco puntos.
Si el entrenador en jefe sabe que su defensiva no tiene la capacidad de frenar, entonces se deben tomar acciones del otro lado del balón. La ofensiva debe mantener el mayor tiempo posible el balón en su poder y eso se logra con el juego terrestre.
TONY ROMO
Una vez más vuelve a fallar en los momentos claves, una vez más en diciembre, una vez más se culpa a Romo. En estos momentos se ha quedado guardado en un cajón la buena temporada que ha tenido Romo y lo mucho que ha movido la ofensiva ante la inoperancia de su defensiva. Las decisiones que tomó este domingo influyeron en el marcador (como ocurrió en el partido contra Denver, donde dio un gran encuentro).
El error más grave de Tony Romo no fue en la segunda intercepción, pues Cole Beasley se detiene en su trayectoria o ruta. El error imperdonable para Romo fue en la primera intercepción, pues se había mandado desde el palco (de Callahan a Garrett) que corrieran el balón, pero Romo tiene la libertad de cambiar la jugada en caso de que vea ocho o más hombres en la caja (para proteger la carrera); sin embargo, bajo la situación que se jugaba --segunda oportunidad y 6 por avanzar con 2:58 en el último cuarto y Green Bay con un solo tiempo fuera-- lo que menos importaban eran las yardas, sino consumir el reloj de juego con una jugada por tierra y dejar sin tiempos fuera a los Packers. Pero Romo cambia la jugada; y no sólo eso, al sentir la presión de Clay Matthews, toma una mala decisión, expone el balón y es interceptado.
Romo al final aceptó la responsabilidad en ambas intercepciones sin culpar a alguien más. Ni tampoco las decisiones del staff en el llamado de las jugadas.
DEFENSIVA
Este ha sido el punto más criticado durante toda la temporada. Porque no han sabido mantener ventajas. Green Bay anotó touchdown en cinco de sus seis posesiones (la última la cuento, pero sólo entraron a poner la rodilla en tierra). Permitieron tres series ofensivas de 80 yardas y dos de 10 jugadas o más. En los últimos dos partidos (Chicago y Green Bay) la defensiva de Dallas ha enfrentado 20 series ofensivas (no cuento dos que entraron solo a poner rodilla en tierra). De esas 20 en 14 han permitido puntos (10 touchdowns y cuatro goles de campo).
Dallas ha logrado anotar en tres partidos 35 puntos o más y tiene marca de un ganado y dos perdidos en esos juegos. El resto de los equipos de la liga que ha anotado esa cantidad de puntos en un partido, está 52-2.
DEZ BRYANT
La actitud que tomó al final del partido, al abandonar el campo antes de que terminara el juego es un acto reprobable. Se fue del campo y dejó a su equipo. Le dio la espalda al equipo. TODOS PERDIERON, TODOS TIENEN CULPA, incluido él.
Dallas tiene aún dos partidos por jugar y de ganarlos se mete a los playoffs. De lo contario, Jason Garrett se debe ir del equipo.