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Solskjaer y la revolución en el banquillo

AP

La evolución en el futbol europeo pasa por el cambio generacional en los banquillos. Empezó Pep Guardiola, hace ya cinco años, cuando se hizo cargo del Barcelona, y hoy Ole Gunnar Solskjaer tiene su primera oportunidad al frente de un equipo de la Premier League para revolucionar el juego.

El año empezó para el ex artillero del Manchester United con una nueva aventura por delante. El noruego, quien saltara a la fama por anotar el gol con que el Manchester United se coronó en la Champions League de 1999, es el último de los técnicos jóvenes en hacer su incursión en una de las ligas más competitivas del continente.

Solskaer, a un mes de cumplir los 41 años, tomó el mando del Cardiff City luego de tres exitosas temporadas al frente del Molde noruego. El fichaje del 'asesino con cara de bebé', integrante del exitoso equipo que conquistara seis Ligas con el Manchester United a finales de los 90, ha generado gran expectación en Inglaterra, pues hay quien lo ve como una de las grandes promesas. Sin embargo, hay quien le mira con escepticismo, pues carece de la experiencia para una Liga tan competitiva como la Premier.

Una decisión arriesgada, según Phil McNulty, columnista de la BBC, quien opina que el noruego "pone en riesgo su reputación" al llegar a un club pequeño que se juega la permanencia sin muchas más armas que el deseo de triunfar, luego de haber dado, por primera vez en su historia, dos Ligas al Molde en su debut como técnico.

Y no es para menos, pues Solskjaer está acostumbrado a ganarlo todo. Pero como buen 'soldado' de Alex Ferguson, el ex atacante, que desembarcara en el Manchester United en 1995 como máximo goleador de la Liga noruega, se ha preparado a conciencia para la misión. Tras su retiro en 2007, Solskjaer pasó a formar parte del cuerpo técnico de su mentor en Old Trafford, dedicando los tres años siguientes a aprender del más grande para después volver a su Noruega natal y hacerse cargo del club que le vio nacer.

Su designación como técnico del cuadro galés fue, de menos, controversial. Ha llegado a reemplazar al esocés Malky Mackay -apenas un año mayor que el noruego y quien en dos años se ganó el corazón de la afición del Cardiff al llevar al equipo a la Premier League por primera vez en su historia. Sin embargo, las dificultades que conlleva el status de 'Cenicienta' del torneo, dejaron al cuadro galés a las puertas del descenso, lo que orilló a la directiva a buscar en Solskjaer una alternativa.

El noruego, quien reconoció haber fichado por el Cardiff a expresa recomendación de su mentor, ha intentado por todos los medios dar garantías a la afición, pese a su falta de experiencia en la Premier. El técnico ha empezado por intentar reforzarse, primordialmente con viejos conocidos del Molde y el Manchester United, para cumplir con su objetivo de salvar la categoría. Pero ya no está en Old Trafford y tendrá que ganar adeptos desde cero.

La mayoría de sus ex compañeros han saltado en su defensa; primero el noruego Jan Aage Fjortoft, quien dijo que "no tendrá problemas en adaptar su juego a la Premier League" y después Gary Neville, con quien compartiera vestuario a las órdenes de Ferguson, que lo describió como un hombre "inteligente, trabajador y con un cerebro hecho para el estudio del futbol".

Por mucha suspicacia con que se mire su fichaje, hay algo en la férrea defensa de sus ex compañeros y su extenso bagaje que dan cierta esperanza hacia el futuro. Hay quien incluso se aventura a asegurar que, como ellos, Solskjaer ha encontrado ya un estilo definido de juego en su táctica. Según Fjortoft, "le gustan los jugadores jóvenes, los equipos rápidos y efectivos. No es de los que tienen la posesión como prioridad". Ataques letales. Como él.

Aunque es un niño, comparado con Jupp Heynckes; con un camino largo que recorrer antes de encontrar la estabilidad que incluso gente como Michael Laudrup y Jurgen Klopp han logrado en la última década, la incursión de Solskjaer en los banquillos parecen reflejarse en los inicios de Pep Guardiola y Diego Simeone, dos de los entrenadores más exitosos de Europa y quienes apenas pasan de los 40 años de edad.

Como Solskjaer, Guardiola empezó en casa. Tras su retiro, Guardiola se hizo cargo en 2007, a los 36 años, del filial del Barcelona. En un año, llevó al Barça B a ascender de Tercera a Segunda B, ganándose la confianza para dirigir al primer equipo. Fue un gran salto en la carrera del catalán, que con poca experiencia y sin haber cumplido los 40 se hacía con el control de uno de los equipos más grandes, y por tanto exigentes, del continente. Cuatro exitosos años después, Guardiola había sumado a su palmarés tres Campeonatos de Liga, dos Copas de Rey, dos Campeonatos en la Champions League, dos Supercopas de la UEFA y dos Títulos en el Mundial de clubes. Tras un año sabático, en seis meses ha cosechado ya dos títulos con el Bayern Munich en las últimas ediciones de la Supercopa de la UEFA y el Mundial de Clubes.

Pero más allá de los 14 títulos obtenidos como técnico del Barcelona, Guardiola definió un estilo de juego: empezó por utilizar, en varias ocasiones, una línea de tres en el fondo, algo impensable en el Viejo Continente, e impuso el uso del 'falso 9', tan en boga en estos días. Claro, Guardiola tenía un Lionel Messi alrededor de quien construyó al equipo, y aún con el cambio de mando, su legado parece vigente, pues Barcelona continúa siendo un equipo disciplinado y agresivo, particularmente en la presión.

En el mismo camino se encuentra el técnico del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, que a su manera también está imponiendo un estilo y filosofía de juego 'marca de la casa'. En apenas dos años, el argentino ha convertido al cuadro colchonero en uno de los más aguerridos y efectivos de Europa. Un equipo con un espíritu que parece calca del Simeone jugador, misma tónica que ha utilizado en cuanto equipo ha dirigido desde que cambiara las botas por el área técnica en 2006.

El tercer mejor entrenador de 2013 según la IFFHS, suma ya cinco títulos en su carrera como técnico, dos Ligas argentinas con Estudiantes y River Plate, además de una Copa del Rey, un título de Europa League y una Supercopa Europea al mando del Atlético de Madrid. Simeone, que no cuenta con el potencial humano en términos de calidad que en su momento tuvo Guardiola en sus manos, ha convertido un equipo mediocre y sin estrellas en el más peligroso de Europa. Potenciando las carreras de todos sus jugadores, desde Diego Costa, que hoy opta por la titularidad en el Mundial, hasta Thibaut Courtois, uno de los mejores porteros de Europa, pasando por David Villa y Raúl García, quienes se han revalorizado gracias a la tremenda campaña colchonera.

Son varios los contemporáneos de estas leyendas de finales del siglo XX los que han iniciado sus carreras en los banquillos y aunque con menos lustre, no carecen de interés. Entre ellos, Roberto Martínez, actual técnico del Everton, quien a los 40 años tiene ya varios logros en su haber, llevando al Wigan Athletic a ganar la FA Cup la campaña pasada y en 2007-2008 lograr el ascenso a la Championship con el Swansea que hoy dirige Michael Laudrup, quien, dicho sea de paso, se ha convertido de igual manera en uno de los técnicos sensación de Europa, aunque con mucha más experiencia que sus colegas más jóvenes. Martínez, que como jugador tuvo una carrera más bien discreta, intenta seguir los pasos de sus exitosos colegas al mando del Everton, que actualmente compite por una plaza europea en la Premier League.

Con sendos portentos al mando de los equipos europeos, hay esperanza en una evolución definitiva en el juego. Y los que vienen, pues más de uno se prepara a conciencia para, algún día, tomar el mando de un grande. Zinedine Zidane, por ejemplo, que con su acostumbrado sigilo aprende de Carlo Ancelotti en el Real Madrid. O Gennaro Gattuso, mucho más joven, pero con la misma intención. El italiano ha tenido ya sus primeros intentos como director técnico al frente del Sion y el Palermo, y aunque no le fue nada bien -ni siquiera pasó la barrera de los seis meses- difícilmente se dará por vencido. Si logra salir limpio de la investigación por amaño de partidos en Italia en la que actualmente está involucrado, Gattuso continuará su preparación para, algún día, dejar huella desde el banquillo. Al fin y al cabo, sólo tiene 36 años.