<
>

El adiós anunciado del Capitán América

Las Grandes Ligas deberán a buscar una cara nueva a partir del 2015.

Derek Jeter, el Capitán América, la figura más emblemática de la franquicia más emblemática, ha anunciado su retiro para cuando concluya la temporada del 2014.

Se veía venir. Arrancará esta campaña con 39 años y cumplirá 40 cuando el calendario vaya a la mitad.

Pero más que la edad en sí misma, tiene que ver con la lesión en el tobillo en el juego final de la postemporada del 2012, que limitó su acción el pasado año a apenas 17 partidos.

De hecho, muchos pensaban que debió retirarse en el 2013 y si no lo hizo, fue por una cuestión de mercadeo.

Jeter, el Yankee más Yankee desde Mickey Mantle, merece un tour de despedida similar al que recibió el panameño Mariano Rivera por todos los estadios de la Liga Americana y algunos de la Nacional.

No hubiera sido justo, ni para Mariano, ni para Jeter, colocarlos juntos en la serie de homenajes, pues la grandeza de ambos bien vale tributos separados.

Además, a todos los que conviene repetir con el Capitán lo ocurrido con Rivera y no me refiero sólo a los Yankees de Nueva York.

Ya me imagino la cantidad de dinero que recibirá el equipo por la venta de camisetas, gorras y cualquier tipo de artículos coleccionables alegóricos al legendario número 2, el cual, por cierto, pasará de inmediato a formar parte del pabellón del Monument Park.

Tal como ocurrió con la camisa número 42 de Mariano, la más vendida en el 2013, pasará con la de Jeter en el 2014. Pueden apostarlo.

Pero también la gira de despedida le conviene a los rivales, porque donde se presente Mr. Noviembre estará garantizado un lleno total para verlo por última vez.

Y es que estamos hablando de un jugador con una trayectoria intachable, lejos de escándalos, siempre con la respuesta políticamente correcta ante la prensa, entregado de lleno al béisbol y uno de los pocos cuyo nombre jamás se le relacionó con la peste de nuestros tiempos, los esteroides.

Sus cifras fueron estables, sin subidas sospechosamente extraordinarias, mientras que su físico tampoco sufrió cambios drásticos, como muchos que de una contextura delgada pasaron de la noche a la mañana a ser una suerte de Arnold Schwarzenegger con un bate en la mano.

Jeter es un pelotero de la vieja escuela, de los que todavía se preocupan por dejarle un legado ejemplar a la nueva generación, comprometido con una única franquicia, a pesar de que en ocasiones, la gerencia no lo trató con el respeto que se ganó.

Pero este muchacho sabía de toda la vida lo que significaba jugar para el equipo más grande del deporte estadounidense y así lo gritó siempre a los cuatro vientos.

No por gusto en el anuario de la escuela Central HS de Kalamazoo, en Michigan, aparece su foto con la leyenda "futuro campocorto de los Yankees de Nueva York". Visionario, premonitorio.

Encima de eso, ha sido un patriota y siempre fue el primero en montarse en el tren de los clásicos mundiales, cuando muchas otras figuras rechazaban de plano cualquier invitación.

Si no estuvo presente en el tercero, fue por la lesión, pero antes de que sucediera, ya le había anunciado al manager Joe Torre su compromiso para jugar en la selección de las barras y las estrellas.

Se va el Capitán América. Cooperstown lo espera en el 2020.