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Cinco titulares en Nueva Orleáns

La última vez que New Orleans recibió a las estrellas de la NBA, Dwight Howard se transformó en Superman, LeBron James ganó su segundo MVP del desafío, y David Stern todavía estaba firme en su silla de comisionado, cumpliendo su 24to año en la posición.

La Conferencia del Este ganó aquel encuentro 134-128, un resultado que casi nadie recuerda.

Seis años después, Howard no ha brincado tan alto como ese día, LeBron es campeón y rey, y la silla de Stern la ocupa un nuevo comisionado. Y el Este celebraría un resultado similar que no solo frenaría una racha de tres derrotas en el evento, sino que ayudaría un poco a eliminar el mal sabor en general que dejó la primera mitad de la temporada para la maltrecha conferencia, pisoteada constantemente por un Oeste más poderoso.

Claro está, el Juego de Estrellas de la NBA no es sobre el resultado final; jamás lo ha sido. Es una vitrina para la liga montar un show en un escenario que priorizaría las habilidades atléticas y destrezas de sus jugadores, y cuyos momentos inolvidables marcan generaciones.

Esta edición del clásico de mitad de temporada presenta una serie de cambios de formatos para los eventos principales -- la competencia de tres puntos y el concurso de mates -- en busca de alterar el ´status quo´. Tienen sus notas positivas y negativas, interesantes y ridículas, pero nada que vaya a impedir que los jugadores como embajadores del deporte, y acompañados por leyendas, canasteras (¡Elena Delle Donne!) y celebridades, cumplan con la tarea de entretener y darle vida a esos momentos para la eternidad.

Veamos cinco titulares a estar pendientes, cruzando los dedos que un marcador cerrado en la pizarra nos deje con LeBron vs. Kevin Durant uno contra uno con el partido en juego para coronar el fin de semana. Eso sí sería especial.

Oeste vs. Este

Más que nunca, la riña entre conferencias será el motor que impulse las actividades y le añada sazón a la acción.

El nuevo formato le roba individualidad a las competencias de tres puntos y clavadas, pero brinda un sentido de uniformidad al evento en general que no existía anteriormente, enfocado en la competencia grupal y el trabajo en conjunto, irónicamente, como un equipo.

Además, le permite al Este tener la oportunidad de reivindicarse un poco -- o por lo menos apuntarse una -- ante su más competitiva homóloga, la cual dominó la primera mitad de la temporada con nueve equipos entre los primeros 11 en términos de ganados y perdidos.

Damian Lillard

Será difícil perder de vista al dinámico base de los Trail Blazers Portland, quien estamparía su sello en las festividades con una cargada agenda que apunta a aprovechar al máximo su primera invitación como miembro de la plantilla del Oeste.
Lillard participaría en cinco eventos durante el fin de semana, comenzando el viernes en el partido entre jugadores de primer y segundo año, y cerrando el domingo como parte del plato principal. Entre medio, demostrará sus destrezas con el balón en mano, afinará su puntería del área de tres, y pondrá a prueba su salto y creatividad entre volcada y volcada.
Quizás no levante ningún trofeo cuando todo este dicho y hecho, pero será el MVP de las festividades.

Stephen Curry, de tres

El desequilibrante base de los Warriors es considerado por la mayoría como el francotirador por excelencia en la NBA, pero no ha traducido esa puntería a un título en la competencia de tiros de tres, fallando en dos previas ocasiones en alzar el trofeo.

Curry, quien lidera la NBA con ocho intentos de tres y 3.4 aciertos por juego para un increíble por ciento de .409 en sus disparos, es el favorito en un profundo campo que incluye a los dos pasados campeones (Kyrie Irving y Kevin Love) y tres canasteros que lo superan en porcentaje detrás de la línea de tres, Marco Belinelli (.446), Bradley Beal (.431) y Arron Afflalo (.426). Sin contar a Lillard, quien marcha tercero en la NBA con 146 tripletas encestadas.

Cambios en las clavadas

Ante la imposibilidad de obligar a sus canasteros principales (te miro LeBron) a participar en la competencia de las volcadas, la NBA busca resucitar lo que fue en una ocasión el punto culminante del fin de semana de las estrellas con un cambio de formato que enfatiza la creatividad y coreografía en conjunto sobre la individualidad.

El plan incluye la separación de los canasteros en dos bandos representando a sus respectivas conferencias, con un equipo ganador y el título del mejor donqueador como el desenlace, aunque una no necesariamente va de mano de la otra. Dejaría un mal sabor si por ejemplo, el mejor donqueador no está en el equipo ganador.
Por lo menos la NBA tendrá brincando a su mejor grupo de competidores en mucho tiempo, encabezado por el candidato al MVP Paul George, el All Star John Wall, y claro esta Lillard, quien llenaría de orgullo a Clyde 'The Glide' Drexler (0-5 en la competencia) si se convierte en el primer miembro de los Trail Blazers en ganar el concurso.

El campeón defensor Terrence Ross en el Este, y Harrison Barnes y Ben McLemore en el Oeste, completan las plantillas de equipos de tres.

Adam Silver entra en cancha

El nuevo comisionado de la NBA ya lleva unas semanas en el cargo, pero el sábado dará su primera conferencia de prensa como mandamás sobre la situación de la liga, su primera gran oportunidad para dejar su marca como sustituto de Stern.

Silver trabajó durante 22 años mano a mano con Stern para ayudar en el crecimiento del deporte, y ahora tiene la encomienda de no solo mantener el standard establecido por su predecesor, sino añadirle su toque a una industria billonaria que todavía tiene espacio para crecer, tanto a nivel internacional como local; una vez tomó cargo, habló de como quería que la NBA rivalice con la NFL como el deporte número uno en los Estados Unidos, sucio difícil, pero la actitud correcta.

Las zapatillas de Stern son difíciles de llenar, pero Silver parece tener la medida exacta.