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Los Bravos apuestan en grande a su nucleo

LAKE BUENA VISTA, Fla. -- ¿Realmente fue hace dos semanas cuando echábamos una mirada a los Bravos de Atlanta y nos preguntábamos que les deparaba el futuro?

¿Realmente fue hace apenas dos semanas que parecía que los Bravos se encaminaban a una potencial audiencia de arbitraje con Freddie Freeman, Craig Kimbrel y cerca de la mitad de su roster?

¿Realmente fue hace dos semanas que la gran pregunta era: ¿Cuánto les duraría la ventana de ganar, con este grupo de jugadores, antes de que se pusieran demasiado caros?

Uhhhh, olvídense de eso.

Cuatro extensiones de contrato y $222.7 millones más tarde, ¿es seguro decir que ya tenemos la respuesta a nuestras preguntas?

"Creo que lo sabemos", dijo Kimbrel con una sonrisa el lunes, un día después de haber firmado un contrato de cuatro años y $42 millones.

Y la respuesta es: Esa ventana de los Bravos quedará abierta por varios años más.

En las pasadas dos semanas, ellos prácticamente han firmado extensiones a tutiplén -- una por dos años (Jason Heyward), una por cuatro años (Kimbrel), una por seis años (Julio Teherán) y una por ocho años (Freeman).

"Solamente hacemos números pares", dijo en broma el gerente Frank Wren, mientras contemplaba quien es su roster podría estar a punto de recibir las siguientes extensiones de 10, 12 o 14 años que sin duda estará a punto de dar. O no.

Pero para los Bravos, eso no es ninguna broma. Es una declaración seria. Y la declaración reza…

"Si vamos a ser competitivos", dijo Wren, "necesitamos mantener junto nuestro nucleo de jugadores".

Por supuesto, muchos gerentes suelen decir este tipo de cosas, luego de extenderle el contrato a uno o a varios jugadores. Pero para los Bravos, esto era algo más que simple habladuría. Era algo imperativo.

Era imperativo porque esta franquicia se encuentra en una posición más única que cualquier otro equipo en el béisbol. Y no solo en el béisbol, edición 2014, sino en el béisbol en la edición del siglo 21.

Una cosa es tener un equipo joven. Eso lo puede tener cualquiera.

Pero otra cosa muy diferente es tener un equipo joven que sea realmente bueno.

Y los Bravos, según recordamos, ganaron 96 juegos el año pasado con una de las plantillas más jóvenes en todo el béisbol.

Ellos tuvieron tres jugadores de posición de 23 años -- Freeman, Heyward y el torpedero Andrelton Simmons -- quienes tuvieron más de 400 apariciones en el plato. Deben saber que ningún equipo en la Liga Nacional había tenido tres jugadores regulares tan jóvenes con tanto tiempo de juego y que terminaran con record ganador en más de un cuarto de siglo (desde los Rojos de Pete Rose en 1987).

Y deberían saber especialmente que ningún equipo en ninguna liga lo había hecho y había tenido un porcentaje de victoria tan bueno desde los Medias Rojas de 1975 de Fred Lynn, Jim Rice y Dwight Evans. Eso fue hace casi 40 años.

Otro dato para archivar: De acuerdo con baseball-reference.com, los Bravos obtuvieron un incredible WAR (Victorias por encima del reemplazo) de 18.7 el año pasado de sus jugadores de 25 años o menos. El equipo más cercano en esa estadística en cualquiera de las ligas fue los Angelinos, con 11.3 -- excepto que el 81 por ciento de ese WAR de esos Angelinos vino de un solo jugador (un tipo ahí llamado Trout).

Así que a medida que acaba la temporada baja, los Bravos se encuentran a sí mismos potencialmente en un lugar especial. Ellos tuvieron una de las alineaciones más jóvenes y uno de los cuerpos de lanzadores más jóvenes en todo el béisbol -- pero además tuvieron uno de los mejores equipos en el béisbol.

Lo que significa que ellos tuvieron oportunidad de jugar juntos, crecer juntos y ganar juntos por mucho tiempo.

Pero solo si podían juntar el dinero suficiente para mantenerlos juntos.

Ahora sabemos que ellos pudieron, gracias a un nuevo estadio en los suburbios de Atlanta que llegará en el 2017. Eso explica de donde viene gran parte de los $222.7 millones.

Pero para lograr que esto funcione, los Bravos todavía tenían que encontrar la manera de conectar los puntos financieros con sus dos candidatos a extensión más retantes -- Freeman y Kimbrel. Tan recientemente como el pasado mes, parecía que no podrían firmar a ninguno de los dos, con o sin nuevo estadio.

Sin embargo, lograron amarrar un asombroso acuerdo de ocho años y $135 millones con Freeman que lo convirtió en el jugador mejor pagado en la historia de la franquicia, comprándole cinco años de su agencia libre (a un valor promedio anual de $21.2 millones) antes de su primer año de elegibilidad al arbitraje salarial.

Les debemos decir que no todo el mundo en el béisbol aplaudió ese acuerdo. Como lo puso un ejecutivo de la Liga Nacional, "Estamos hablando de un jugador de 23 años, con poco más de 3 años de servicio, y estás quitándole sus años de agencia libre por $21-22 millones, y él realmente ha tenido una sola buena temporada. ... Así que si eso es lo que obtuvo Freddie Freeman, ¿cuánto obtendría Manny Machado?"

Esa es una pregunta justa. Pero naturalmente los Bravos no lo ven de esa forma.

"Miramos muchos contratos comparables y lo que los jugadores están obteniendo", dijo Wren. "Miramos a los contratos que fueron firmados en este invierno por jugadores que no sentíamos que tenían el potencial de tener tanto impacto como Freddie en el futuro. Y nos dimos cuenta de que probablemente esta iba a ser la última oportunidad de conseguir un contrato con el que nos sintieramos cómodos.

"Él es probablemente uno de los mejores jugadores jóvenes en la Liga Nacional y sigue mejorando y mejorando. Pienso que su poder va a ser desarollándose. No se si va a ser un tipo que pueda conectar 40 jonrones, pero no veo ninguna razón para que Freddie no pueda conectar 30 y que siga bateando para un promedio alto, porque él tiene ese tipo de swing".

Sin importar en lo que se convierta Freeman como bateador y como jugador, él ya se ha convertido en la cara oficial de esta franquicia, en esta era post Chipper y post Brian McCann. Eso es algo que es seguro que se pueda decir ...

A menos que Kimbrel luche ese honor con él, ahora que sabemos que él va a estar por algún tiempo por aquí.

Pero tan recientemente como hace un par de semanas, incluso él pensaba que sus días como Bravo de Atlanta podrían estar contados.

Al serle preguntado el lunes si hubo un tiempo en el que él pensó que su falta de acuerdo para un contrato le llevaría a una audiencia de arbitraje, él respondió: "Claro. Practicamente toda la temporada baja".

Wren admite que no se sentió particularmente optimista hasta "la última semana o semana y media, cuando nos quedó claro que Craig realmente se quería quedar aquí... y eso fue algo grande".

De hecho, lo suficientemente grande como para materializar este acuerdo extremadamente rápido.

Si Kimbrel hubiese ido al arbitraje y ganaba su caso, habría ganado $9 millones este año y, posiblemente otros $25 millones en sus años finales de arbitraje. Y casi con toda seguridad los Bravos se habrían visto forzados a cambiarlo.

En cambio, él aceptó un acuerdo que es posible que le haya traído menos dinero que sí estuviese dispuesto a irse año a año pero es un acuerdo que lo mantendrá en Atlanta y lo coloca con la quinta mayor cantidad de dinero garantizado para un cerrador, con el potencial de llegar al No. 1 en esa lista.

Así que mientras este acuerdo ha levantado cejas a lo largo y ancho del deporte, también se puede decir que hizo sentido para todos. Lo que, por supuesto, era la idea completa.

Wren reconoce que es un contrato que viene en un momento en el que los contratos para cerradores se han ido reduciendo -- "pero ninguno de esos contratos", dijo, "eran para Craig Kimbrel. Nadie más ha logrado ser el mejor cerrador del deporte a los 26 años. Así que sentimos que su perspectiva era muy diferente a la de los demás".

El gerente sabe que hay personas allá afuera diciendo que este dinero pudo ser invertido de mejor forma y que los cerradores son reemplazables y sobrevalorados. Pero eso es fácil de decir para ellos. Lo que él cree, según nos dijo, es esto:

"Si tu cerrador es malo, tu equipo es malo".

Buen punto. Wren además escucha el coro de escépticos que piensan que los Bravos debieron haber sido más agresivos en gastar dinero este invierno en jugadores que no firmaron y desarrollaron. Pero en honor a la verdad, según dijo, "No vemos muchos jugadores allá afuera que nos ayudarían a ser mejores". Así que ellos invirtieron su dinero en lo que ellos conocían y confiaban más:

En sus propios jugadores.

Si este fue un mensaje para el mundo allá afuera, también fue un mensaje que fue recibido, claro y fuerte, en el camerino. Los jugadores ahora entienden que el futuro de su equipo puede ser encontrado en su propio camerino.

"Toda la temporada baja", dijo Kimbrel, "la gente se mantuvo hablando de que no habíamos hecho grandes movidas o cambios o cosas así. Pero en realidad, no tuvimos que hacerlo. Tenemos todo lo que necesitamos aquí".

Ahora que se ha disipado el polvo de los nuevos contratos, sabemos que este nucleo no va a estar aquí solo por hoy. Va a estar aquí mañana. Y por muchos mañanas más.