En el mundo del boxeo, lo correcto no sucede tan seguido como debería. Sí fuese así, en este momento nos estaríamos preparando para la pelea final de la trilogía entre Floyd Mayweather Jr.-y Manny Pacquiao.
Sin embargo, este jueves lo correcto sí sucedió cuando los promotores Top Rank, Lou DiBella y sus respectivos boxeadores finalizaron los detalles para la pelea por el título del peso mediano entre el argentino Sergio Martínez y el puertorriqueño Miguel Cotto.
Esta es una pelea grande y la contienda correcta en el momento ideal tanto para ambos pugilistas como para el boxeo en general.
El mítico Madison Square Garden de Nueva York será el huésped de una noche muy especial el 7 de junio. El lugar va a estar repleto y yo vaticino que el Pay-Per-View de HBO va a recaudar una suma de dinero saludable de entre 500 y 900 mil dólares.
No tengo duda alguna de que el ambiente eléctrico de esa noche va a ser comparable a cualquier noche memorable que yo haya cubierto en el Garden, incluyendo la atmósfera memorable que rodeaba a contiendas como las de rodeaba a Félix Trinidad-William Joppy y Cotto-Zab Judah, o cualquier pelea importante que yo jamás haya cubierto, en realidad.
Yo también espero poder ver una gran pelea entre estos dos pugilistas orgullosos y probables futuros miembros del Salón de Ia Fama que están llegando al final de sus carreras. Tampoco me cabe ninguna duda de que ambos de ellos entienden las consecuencias que esta pelea tendrá en la historia del boxeo y que los dos estarán desesperados por ganarla por ellos, por sus legados y por sus países. Los aficionados puertorriqueños que harán fuerza por Cotto estarán haciendo sentir su presencia, al igual que cada vez que él pelea en el Garden, pero Argentina también hará lo suyo en grandes números por Martínez.
Más allá del ambiente de la velada, esta pelea tiene el potencial de ser una contienda memorable debido a la cantidad de peleas emocionantes en las que tanto Cotto como Martínez han participado, y por lo habilidosos que ellos dos son.
Cotto noqueó a Delvin Rodríguez de forma espectacular en su primera pelea bajo la tutela de un entrenador que ya está en el Salón de la Fama como Freddie Roach, pero apenas terminó la pelea las preguntas no tardaron en llegar sobre la posibilidad de que él suba de peso para enfrentar a Martínez, el verdadero campeón de las 160 libras y no solamente un mero defensor del título. Yo ya podía ver que él estaba muy intrigado por esa posibilidad durante aquella noche de octubre en la ciudad de Orlando, Florida.
Cotto se mantuvo fiel a su manera de ser y mantuvo la calma en la conferencia de prensa, pero él sí mostró algo de entusiasmo cuando admitió que la posibilidad de convertirse en el primer boxeador boricua en la historia en ganar títulos mundiales en cuatro pesos distintos era algo muy atractivo para él.
En ese entonces, el gran dilema para Cotto era sí él preferiría aceptar lo que probablemente sería una oferta más jugosa para pelear con Canelo Álvarez, quien venía de perder convincentemente contra Mayweather por el título mediano junior, o sí él optaría por buscar el choque con Martínez, aun si esa segunda opción significaría millones de dólares menos en el aspecto financiero.
Estoy muy contento de que Cotto haya optado por Martínez. Él todavía va a ganar mucho dinero, y a la misma vez él puede obtener muchísima más gloria y agregarle un capítulo inolvidable a su legado al enfrentar a Martínez. Cotto lo sabe mejor que nadie.
El hecho de que Cotto haya dejado dinero en la mesa te demuestra el tipo de competidor que es. Pero él también sabe que el tener la oportunidad de pelear en su estadio durante el fin de semana del desfile del Día de Puerto Rico por el verdadero título del peso mediano -- en vez de ser visitante en la costa oeste contra Álvarez el mes que viene --- tiene un verdadero significado para él.
Ahora Cotto (38-4, 31 KOs) tiene la oportunidad de ser parte de los libros de historia al hacer algo que grandes compatriotas suyos como Wilfredo Gómez, Wilfred Benítez, Félix Trinidad y Carlos Ortíz jamás han logrado.
En el caso de Martínez, la pelea con Cotto era obvia. Martínez conoce a la cantidad de dinero que Cotto atrae y él también está al tanto del tipo de gloria que podría llegar a alcanzar al derrotar al oponente más famoso de su carrera. Martínez pudo haber derrotado a rivales como Julio Cesar Chávez Jr., Kelly Pavlik y Paul Williams, todos ellos pugilistas con muchos más logros en el peso mediano que un hombre que nunca ha peleado en esa división, pero ninguno de ellos poseen la fama ni el respeto a nivel mundial de Cotto.
Martínez (51-2-2, 28 KOs) no ha entrado al ring desde abril del año pasado debido a una segunda cirugía en su rodilla derecha lesionada, pero a esta altura de su Carrera no existe tal cosa como una pelea de preparación. Eso significó concretar a la pelea más grande que sea posible lo más pronto posible.
Eso significó que Cotto sería su rival, un oponente que no le cae nada bien desde que ellos se conocieron hace un par de años en un estudio de televisión en México. Según cuentan la historia, Martínez estaba entusiasmado por conocer a Cotto, pero Cotto lo ignoró y se rehusó a siquiera darle la mano. Martínez ha querido enfrentar a Cotto desde ese entonces, así que agréguenle una cuota de machismo y odio a una pelea que se vuelve todavía más interesante.
Historia. Legados. Drama. Estilos contrastantes. Un resultado abierto. Esta pelea posee absolutamente todo lo que uno querría ver en una pelea de alto calibre.
Es una pena que uno de los dos tenga que perder (con la excepción de un empate poco probable, por supuesto), pero al hacer lo correcto y haber concretado la pelea, tanto ellos como los aficionados del boxeo alrededor del mundo son ganadores en mi opinión.