Dice un refrán que a río revuelto, ganancia de pescadores.
Esta vez, el pescador fue el derecho dominicano Ervin Santana, quien acaba de firmar un pacto por un año y 14.1 millones con los Bravos de Atlanta.
Los Bravos habían entrado en pánico por las lesiones y dudas de tres de sus principales abridores, Kris Medlen, Brandon Beachy y Mike Minor.
Lo que se proyectaba como una rotación sólida, con el colombiano Julio Teherán además y el veterano venezolano Freddy García como candidato al quinto puesto, se desinfló repentinamente.
Es entonces que llega Santana a salvar con su brazo de hierro un barco que se hundía antes de zarpar.
El quisqueyano de 31 años ganará con los Bravos la misma cifra de la oferta calificatoria que le hicieron los Reales de Kansas City al declararse agente libre.
Sin embargo, para el derecho dominicano su firma con los Bravos representa ganancia, aunque el monto sea el mismo, pues una buena faena en el 2014 le garantizaría desde ya al menos otros 15 millones para el 2015.
No, no es que eso sea parte del actual contrato. Pero al Santana ser elegible nuevamente para la agencia libre en el 2015, es de esperar que si sobresale este año, Atlanta le extienda una nueva oferta calificatoria al terminar la campaña, que rondaría los 15 millones.
Y después de pasarse el invierno esperando por una llamada que no llegaba, no creo que el derecho la deje pasar.
Santana tiene en los Bravos la oportunidad de relanzar su carrera en una liga menos ofensiva como es la Nacional, donde el pitcher batea y eso le regala prácticamente tres outs por juego o lo que es lo mismo, el equivalente a un inning completo de paz.
Los Azulejos de Toronto también le habían ofrecido $14.1 millones a Santana, pero el gerente general de la franquicia canadiense, Alex Anthopoulos, al ser rechazado, manifestó que el dominicano no quería lanzar más en la Liga Americana.
En efecto. Así lo confirmó el propio pitcher tras pactar con Atlanta en una movida sumamente inteligente de su parte.
Ahora, en medio de tanta incertidumbre, los Bravos acaban de conseguir a un hombre capaz de devorar más de 200 innings, lo cual le trae algo de paz al atribulado manager Fredi González.
Y para Santana, aparte de la oportunidad de reoxigenar su carrera con buenas estadísticas en un circuito menos agresivo para con los lanzadores, se le presenta incluso la posibilidad de ganarlo todo, pues llega a uno de esos equipos que siempre están en la pelea por la corona.