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Rigondeaux: ¿Novio apetecible?

El estilo depurado de Guillermo Rigondeaux no le ha ganado muchos seguidores Getty Images

Guillermo 'El Chacal' Rigondeaux (13-0-0, 8 KO) es un boxeador súper dotado. Sus destrezas deportivas le han permitido reinar sin sobresalto en la división súper gallo (122 libras), pero han sido insuficientes para alcanzar el estrellato que disfrutó cuando dominaba en el pugilismo amateur.

Su estilo elusivo y depurado, que respeta la máxima de que el boxeo es el arte de pegar y no recibir, desagrada a las masas y al mandamás de Top Rank, Bob Arum, quien ha hecho público, en varias ocasiones y sin la más mínima ética profesional, su inconformidad por el accionar de su apoderado.

Sobre esas aguas turbias navega 'El Chacal', cuyas ataduras contractuales deben soltarse el 17 de junio cuando efectué el último pleito bajo el amparo del irrespetuoso Arum.

A manera de despedida, y para no perder la costumbre, el septuagenario empresario apenas ha prestado interés al combate donde estarán en juego los cinturones absolutos de las 122 libras en las versiones de la Asociación y la Organización Mundial de Boxeo (AMB y OMB), ambos en poder de Rigondeaux.

Tal es así que ese pleito, a efectuarse en el Cotai Arena de Macao, sería inicialmente contra el invicto dominicano Jonathan Guzmán (16-0-0, 16 KOs), pero la situación cambió y ahora se especula que el rival del caribeño será un tailandés de nombre impronunciable.

El cubano está enfocado en ganar aunque no oculta su enfado por el tratamiento de los que supuestamente debieron velar por su carrera: "ya ni pienso en rivales. Es un relajo lo que tienen conmigo. Que me den un nombre y punto para ponerle rostro a mi objetivo. A todos les digo que sí. Nadie quiere mis títulos. Se van a poner viejos en mi casa'', expresó recientemente al diario El Nuevo Herald.

El doble monarca olímpico tiene fe en que su carrera renazca después de acabar la relación con Top Rank: "va a mejorar. Mi carrera va a ser mucho mejor". De cualquier manera mucho tendrá que cambiar si quiere que el deseo se convierta en realidad.

Al menos ya dio un paso positivo al volver a ponerse bajo el mandato de Jorge Rubio, un entrenador que no tiene el resume de su predecesor el Dr. Pedro Luis Díaz, pero que suele exigirle a sus pupilos que sean más agresivos sobre el encerado.

¡Agresividad! Esa es la clave para que Rigondeaux se convierta en éxito de taquilla y negocio rentable para las televisoras. "Novias" no le van a faltar después de la contienda en Macao... pero tiene la necesidad imperiosa de cambiar. Él no va a vender por su carisma -- no se le puede pedir peras al olmo -- y si por sus destrezas, solo que debe adecuarlas al gusto de la mayoría.

Si logra interiorizar que el boxeo de paga nada tiene que ver con el aficionado, entonces habrá ganado la pelea más importante de su carrera y podrá alcanzar el status de estrella. Solo así las televisoras lo verán como lo que es... un novio apetecible y no un solterón sin remedio.