DETROIT -- El caminar de Victor Martínez desde el círculo de espera al plato es deliberado, es amable y constante, sin prisas. Termina la música con el l incremento en el volumen, el lanzador, el receptor, y el ampáyer esperan, pero Martínez no se apresura. Nunca. Se dirige a la caja de bateo cuando está listo, cuando está preparado para que comience el turno al bate. Si el lanzador le presiona, Martínez simplemente se saldrá de la caja.
El manager de los Tigres, Brad Ausmus dice que nunca ha visto a un jugador con la mayor concentración entre cada lanzamiento durante el turno al bate -- y este no siempre ha sido el caso. Martínez señala que al principio de su carrera con los Indios, llegó a odiar la sensación que tenía cuando se encaminaba en su turno al bate, no había estado tan preparado como debería haberlo estado.
Como receptor, tiene una sensación de cómo trabajan los lanzadores, por su ritmo, y tal vez después de haber visto a Ichiro Suzuki preparar cada turno al bate, estirando, flexionando, deteniéndose y saliendo de la caja para practicar el swing. Martínez quedó impresionado en cómo Ichiro preparaba todas esas condiciones. Martínez decidió que quería ser mejor.
Con excepción de esta temporada y la otra, Martínez reflexionó el sábado, que por lo general tiene inicios lentos. "Puedes desesperarte un poco, y estás tratando de salir de un estado de depresión, y comienzas a batear todo porque estás tratando de tener hits", dijo Martínez. "Entendí que cuando estás en problemas, caminar ayuda, y creo que es cómo todo empieza. Creo que todo el mundo pasa por eso y se enojan cuando les dan turnos al bate inapropiados".
No le gusta exagerar el trabajo con los videos, pero cuando es colocado como bateador designado, Martínez se retira al club house entre sus apariciones al plato para confirmar algunas veces lo que él cree acaba de ver. El otro día, recordó, tuvo un turno al bate en el que se anticipó a la manera en que el lanzador lo trabajó, y cuando el lanzamiento fue hacia adentro, conectó un elevado que lo puso fuera. Martínez revisó el video y vio que el receptor había mandado la señal para una bola rápida y el lanzador se había olvidado de la indicación. La anticipación de Martínez, su proceso de análisis, estaba en el blanco; su ejecución no.
El control de Martínez en sus turnos al bate se alarga a dos strikes en su conteo, cuando la mayoría de los bateadores pierden el control y la ventaja usualmente les hace un swing pesado en favor del lanzador.
Esta temporada, Martínez ha bateado extremadamente bien en los conteos con dos strikes:
0-2: 2 de 14, dos jonrones, solamente tres ponches.
1-2: 9 de 24, dos jonrones, dos dobletes, tres ponches.
2-2: 19 de 50, cinco jonrones, dos dobletes, seis ponches.
3-2: 10 de 26, cuatro dobletes, tres ponches.
En las apariciones en el plato que han empezado con 0-2 en la cuenta, sus números son notables: 10 de 36, tres cuadrangulares, cinco ponches. Además es el cuarto mejor en promedio de bateo en las mayores hasta la mañana del domingo.
Martínez probablemente estará teniendo un peso en el rango de las 215 libras, una gran diferencia de cuando fue firmado como amateur en 1996 a los 17 años de edad, cuando era un campocorto de 140 libras. Martínez recordó que no podía manejar la bola o pegarle con poder. "Pero", señala sonriendo, "siempre pude poner la bola en juego".
Una habilidad que Martínez ha mantenido, y refinado, mientras aprendió sobre el control en sus turnos al bate.
Muy probablemente Martínez esté en la alineación de esta noche, cuando él y los Tigres reciban a los Medias Rojas a las 8 p.m. ET en el "Domingo por la Noche de Béisbol" de ESPN.