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Descontento popular

SAO PAULO (Enviado especial) -- "Hey, Dilma, vai tomar no cu". En el Arena de Sao Paulo más de 60.000 torcedores disfrutaron de una verdadera fiesta popular en el comienzo de la Copa del Mundo, sin embargo no se olvidaron de expresar su descontento ante la gesión de la presidenta Dilma Rousseff.

Desde antes de la Copa Confederaciones 2013, buena parte de la sociedad brasileña ha demostrado estar en desacuerdo con el desembolso de dinero que significó la organización del Mundial. Unos 15 mil millones de dólares fueron destinado a obras que la FIFA requería y eso ha causado una gran discusión en el país. Las protestas populares fueron muy fuertes durante la Confederaciones y, aunque disminuyeron, formaron parte del primer día mundialista.

Hubo seis heridos en Sao Paulo este jueves y, aunque en el estadio se vivió un día festivo, en la ciudad de Sao Paulo no
hubo nada que celebrar. De hecho, varias horas antes del inicio del partido, las fuerzas públicas dispersaron una protesta
pacífica en las tribunas mismas. Fuera, la policía reprimió a manifestantes y se generaron serios disturbios. Esto no se
sintió para nada en las inmediaciones del campo de juego, donde sí hubo críticas a Dilma.

Las entradas al partido inaugural eran muy caras y por eso quienes asistieron eran ciudadanos de ingresos medios o altos.
Estos sectores fueron críticos con la gestión de Dilma desde siempre, pero no son los únicos. Durante el gobierno de Lula
unos 40 millones de brasileños salieron de la pobreza y ellos son los que hoy forman parte del colectivo que se manifiesta
contra los gastos del Mundial.

Además de los abucheos a la presidenta, quien asistió al triunfo sobre Croacia junto a parte de su gabinete, el día previo
al inicio de la Copa estuvo marcado por la amenaza de huelga en el transporte público. Finalmente todo funcionó con
normalidad, pero la incertidumbre fue grande hasta último momento. El día hubiera sido caótico si el metro y el tren no
habría prestado servicios.

Para muchos, Dilma se juega la presidencia en este Mundial. No sólo por la mejora del ánimo social si la Verdeamarela
consigue el título, sino también por todo lo que apostó el estado al organizar este campeonato. Aunque su imagen sigue
siendo buena y encabeza las encuestas, la aceptación no es la misma de otros tiempos. Hoy, obtendría 38 por ciento en los
comicios, cuando alguna vez alcanzó el 50 por cincuenta.

En medio de este contexto problemático, dentro de la cancha empezó el Mundial. La Selección de Brasil ganó porque tuvo en Neymar y Óscar dos individualidades decisivas y porque el árbitro se equivocó demasiado en contra del combinado croata. El primer encuentro de Brasil 2014 fue entretenido e intenso, tuvo goles y buenas ocasiones de gol y dejó la esperanza de ver
el mejor Mundial de los últimos años.