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Gwynn: grande dentro y fuera del terreno

Ha muerto Tony Gwynn, miembro del Salón de la Fama y uno de los bateadores más finos que han pasado por el béisbol en todos los tiempos.

Gwynn falleció este lunes, víctima de un cáncer que venía padeciendo desde el 2010 y que finalmente logro vencerlo, a los 54 años de edad.

Posiblemente no haya habido en la ciudad de San Diego un deportista más querido y emblemático.

Las 20 temporadas que jugó en Grandes Ligas lo hizo para los Padres, con los que ganó ocho coronas de bateo, cifra sólo superada por el también legendario Ty Cobb.

En 9,288 turnos al bate disparó 3,141 imparables, para un average de por vida de .338.

Estuvo 15 veces en Juegos de las Estrellas, ganó siete Bates de Plata y a pesar de un físico que lo favorecía poco, fue capaz de capturar cuatro Guantes de Oro en el jardín derecho.

Gwynn, de constitución gruesa y obeso en los finales de su carrera, fue la esperanza para miles de niños que batallan contra el sobrepeso, pues les demostró que el béisbol también estaba hecho para ellos, a pesar de que la modernidad del mundo prefiere atléticos Adonis.

El gordito de San Diego, el 'Señor Padre', con su sonrisa permanente, fue además ejemplo de sencillez entre tantas "divas" que se pavonean por los terrenos de las Grandes Ligas.

En 1998, cuando los Marlins de la Florida desmantelaron el equipo que acababa de ganar la Serie Mundial un año antes y llenaron la plantilla con jugadores de Doble A, fue llamado a filas un entonces imberbe Mark Kotsay, nacido en la ciudad californiana de Whittier, admirador desde niño de Gwynn y al igual que su ídolo, defensor de la pradera derecha.

La primera vez que Padres y Marlins se enfrentaron y Kotsay se vio con Gwynn en un mismo terreno, se le acercó con timidez a expresarle su admiración y respeto.

Contaba el joven de los Marlins, sin salir de su asombro, la sorpresa que se llevó cuando Gwynn lo saludo por su nombre y le señaló ciertos defectos en su swing que debería corregir para mejorar su ofensiva.

¡Resulta que Gwynn, un grande del béisbol, conocía y sabía quién era un novato desconocido para la casi totalidad del béisbol! Y encima, tuvo la amabilidad de compartir sus vastos conocimientos con un pelotero rival.

Pero, las cosas del destino: cuando Gwynn se retiró tras la temporada del 2001, fue Kotsay quien ocupó su lugar en el jardín derecho de los Padres, equipo con el cual pasó tres campañas hasta el 2003 y al cual regresó para terminar su carrera en el 2012 y 2013.