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Gamboa: del crepúsculo al amanecer

Terence Crawford ha peleado tres ocasiones en el último año Chris Farina/Top Rank

Alguien escribió que "la historia es un incesante volver a empezar". Esa frase sigue una lógica elemental para el cubano Yuriorkis Gamboa (23-0-0, 16 KO) quien parece haberla subrayado y asumido como patrón por su inminente regreso a los encordados después de una inactividad de poco más de un año.

La cita que marca su nuevo despertar será este 28 de junio. La oposición la pondrá el estadounidense Terence Crawford (23-0-0, 16 KOs), quien expone su recién estrenada corona ligera (135 libras), versión de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), ante sus parciales en el Centurylink Center de Omaha, Nebraska.

Para la ocasión el caribeño, apodado 'El Ciclón de Guantánamo', deberá hacerle honor a su sobrenombre para arrasar con los obstáculos, a todas luces enraizados, que se le avecinan en su sexta batalla titular absoluta y la octava al considerar dos pleitos por interinatos.

En la esquina opuesta encontrará un púgil que lo aventaja ampliamente en estatura y alcance (5'8" por 5' 5½"), está en su peso natural -- aunque algunos consideran que por su anatomía es inminente su ascenso a la división ligero junior (140 libras) -- y estará peleando en su patio, algo que le asegura el respaldo del público y cierta influencia sobre los jueces.

Crawford, de 26 años, también tiene a su favor que durante el tiempo que Gamboa estuvo inactivo (1 año y 20 días) efectuó tres combates, el último de ellos en marzo del presente año ante el británico Ricky Burns (36-3-1, 11 KOs), al cual le arrebató la faja ligera en la escocesa ciudad de Glasgow. Entonces mereció la decisión unánime (116-112, 116-112 y 117-111).

Acerca de este último inconveniente el campeón olímpico de Atenas, Grecia (2004) explicó a los medios que "la inactividad no será problema. Yo nunca me alejo del gimnasio y estoy siempre trabajando. Me siento bien y estoy listo para enfrentar este reto".

El ex monarca pluma de la AMB y la FIB cuenta con las herramientas para revertir cualquier adversidad. De los campeones olímpicos cubanos que dieron el salto al profesionalismo (Guillermo Rigondeaux, Odlanier Solís y Yan Barthelemy) es el más agresivo y espectacular. Esas virtudes lo convirtieron en el peleador más atractivo para la televisión del grupo, pero no le garantizan salir con el brazo en alto el próximo sábado.

Velocidad y técnica son sus armas fundamentales. Pero su pegada, recia en la división pluma (126 lbs), se devalúa ante un rival más grande, que por cierto, es reconocido por su virtudes técnicas sobre todo a la hora de contragolpear.

Es vox populi que el principal adversario de Gamboa es él mismo. Si descuida la defensa, como es su costumbre, podría sufrir las consecuencias. Es una incógnita saber cuanto poder de fuego será capaz de asimilar un hombre que solo ha efectuado un pleito en los ligeros.

En apariencia la diferencia física no preocupa al Ciclón que declaró: "estamos trabajando duro para esta pelea. La preparación ha sido muy buena y estamos haciendo las cosas que tenemos que hacer para esta pelea. Durante mis años en Cuba boxeé contra boxeadores altos de buena técnica y aprendí a ganarles".

Sus palabras son claras: va a ganar. Pero la lógica indica que no habrá turbulencia. De cualquier manera con Gamboa nunca se sabe. Le sobra el talento y el deseo de enrumbar su carrera a los 32 años -- cuando el almanaque empieza a pesar -- puede ser la motivación que necesitaba para salir del crespúsculo y vivir un nuevo amanecer.