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El barrio del Mundial

SAO PAULO (Enviado especial) -- Hinchas de Brasil, Colombia, Argentina, Holanda, México, Australia, Estados Unidos, Alemania y más. Eso es lo que uno se puede encontrar en las calles de cada una de las sedes mundialistas. Todos juntos, compartiendo tragos, charlas y vivencias que los unen durante un mes. Porque vivir un Mundial en el lugar de los hechos es algo que se puede dar pocas veces en la vida y disfrutarlo con otros visitantes es aún más placentero.

En Vila Madalena esta unión se puede ver mejor que ningún otro sitio. Este "barrio noble" de Sao Paulo se ha vestido de fútbol durante la Copa del Mundo. Situado en el distrito de Pinheiros, en la región oeste, es reconocido por ser el reducto bohemio de la capital paulista y también por recibir a muchos de los estudiantes que asisten a la Universidade de São Paulo y a la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo.

En la rua Aspicuelta se encuentra la gran mayoría de los bares del barrio. Allí, todos los fines concurren miles de jóvenes en busca de diversión. Los fines de semana se cierra el tránsito, los establecimientos sacan las sillas a las veredas y la vía pública se llena literalmente de gente. Además, puestos ambulantes de bebidas alcohólicas copan el paisaje. Durante el Mundial, el ritual se repite todos los días. Por eso, Vila Madelena es conocido como "el barrio de los torcedores".

El día después del histórico partido que la Selección Colombia le ganó a Uruguay, se pudieron ver muchos hinchas cafeteros celebrando en Sao Paulo. Aunque el encuentro se disputó en Río de Janeiro, algunos simpatizantes cafeteros no pudieron viajar y se quedaron en la ciudad que ya se convirtió en hogar del fútbol colombiano. En Vila Madalena disfrutaron de la victoria.

"Colombia le demostró al mundo que somos grandes. El partido contra Uruguay fue espectacular y ahora vamos a ir a ganarle a Brasil. Los respetamos, claro, pero tenemos equipo para ganar de nuevo". José Luis, bogotano que viajó a la Copa junto a sus amigos, habla mientras toma una cerveza. Sus compañeros asienten con la cabeza mientras visten con orgullo la camiseta tricolor.

Desde que se pone el sol, a las seis de la tarde, hasta la madrugada, las calles de Vila Madelena dejan sus apariencia bucólica y se transforman en una especie de discoteca gigante al aire libre. La música llega desde los bares pero también hay bandas que amenizan la velada con ritmos típicos de Brasil. De hecho, el barrio tiene una escola do samba propia: el Grêmio Recreativo Social Cultural Escola de Samba Pérola Negra.

La Copa del Mundo forma parte de la vida social y cultura de todo el país desde antes del comienzo del juego. Brasil es una de las naciones más futboleras del planeta y, como tal, ha cambiado sus rutinas durante el gran torneo. En estos días, lo que era una zona bohemia, de artistas, se convirtió en un hervidero de sentimientos mundialistas, con hinchas por todos lados.

ESPNFC.com estuvo en Vila Madalena el día del partido entre Costa Rica y Grecia. En la definición por penales, todos tenían un favorito y los goles se festejaron como si fueran propios. No había demasiados costarricenses y griegos entre la concurrencia, pero nadie estuvo indiferente. Cuando triunfó el conjunto tico, todos dejaron un rato sus bebidas y aplaudieron a los clasificados para cuartos de final. Es decir, que primero está en el Mundial y luego todo lo demás.

A días del gran duelo entre Brasil y Colombia, este era un sitio perfecto para comenzar a vivir lo que será uno de los partidos más emocionantes del torneo. Entre los hinchas de ambas Selecciones sólo hubo respeto, pero también mucha confianza en las propias fuerzas. Por el lado de la Tricolor, vencer a los dueños de casa sería una verdadera hazaña. En Vila Madelana, como en todo Colombia, ya se sueña con eso.