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El Este de la Americana está para cualquiera

Ni siquiera el gerente general Brian Cashman puede decir con certeza qué adquisiciones son una prioridad para los Yankees de Nueva York de cara a la fecha límite de canje de verano del 31 de julio.

Eso no significa que el vicepresidente de los Yankees no esté trabajando incansablemente en mejorar, o mejor dicho, detener la hemorragia en la rotación neoyorquina, que ha perdido a cuatro de sus cinco abridores esta temporada.

Pero la realidad es que muchos de los movimientos que posiblemente negocie Cashman estarán atados a los resultados de los Yankees las próximas dos semanas.

Con la plétora de equipos defectuosos en el Este de la Liga Americana, Nueva York tiene las mismas posibilidades de estar cerca del sótano divisional como de estar en el liderato al finalizar el mes en curso.

Los Yankees (48-47) actualmente se ubican a cuatro juegos de los líderes divisionales Orioles de Baltimore (52-43), empatados en segundo lugar con los Azulejos de Toronto (49-48).

Los Azulejos han perdido terreno en la división después de tener un récord de 14 juegos por encima de la marca de .500 cuando gozaron de una ventaja de seis juegos en la cima del Este, propulsados por una increíble racha de 25-7 entre mayo y principios de junio, que al parecer fue más una aberración que un pronóstico de playoffs en Toronto en octubre.

No obstante, el liderato de los Orioles, al tope de la tabla a mediados de temporada por apenas segunda vez en las últimas dos décadas, se pondrá a prueba los próximos 12 partidos al contar con uno de los calendarios más complicados en Grandes Ligas.

Baltimore jugará sus 13 partidos después del receso del Juego de Estrellas contra tres de los mejores cuatro equipos en la Liga Americana, por lo cual esa ventaja de cuatro juegos podría resultar ser efímera.

Habiendo ya perdido el primero de tres juegos contra los Atléticos, los Orioles seguirán su complicada serie en Oakland disputando seis partidos de ida y vuelta contra los Angelinos de Los Ángeles, divididos por una serie de tres juegos contra los Marineros de Seattle.

De sobrevivir ese complicado tramo, los Orioles sin duda se cimentarían como verdaderos candidatos a la postemporada y como el mejor equipo de la deficiente división Este de la Liga Americana.

Los Azulejos también podrían darle una voltereta a la tabla, ya que de sus últimos 11 partidos en julio, 10 serán contra rivales divisionales, siete contra los Medias Rojas de Boston y tres en Nueva York. Los Yankees jugarán siete contra los diezmados Vigilantes de Texas, lo cual también podría impactar el Este.

Al parecer ya los Medias Rojas (44-52) y los Rays de Tampa Bay Rays (45-53), a ocho juegos y medio del tope de la tabla, podría estar cerca de una venta a quemarropa, pero hay remotas posibilidades de que una buena racha, en particular con sus múltiples enfrentamientos restantes contra rivales divisionales, pueda darles una voltereta a sus respectivas pobres temporadas.

Si a fines de julio los Yankees de ubican al tope de la división, no cabe duda que el dueño mayoritario Hal Steinbrenner, aunque reacio, trabajará en un canje que le traiga otro sólido brazo a la rotación, en particular proveniente de los Filis de Filadelfia.

El abridor Roberto Hernández (anteriormente Fausto Carmona) y Kyle Kendrick son los que actualmente llevan la ventaja como las posibles mejores adquisiciones que se ajustan a los términos económicos deseados por los bolsillos neoyorquinos.

No obstante, llegar al tope del Este por primera vez desde el 21 de mayo, quizás sería suficiente aliciente para la familia Steinbrenner para asumir monstruosos contratos como el de Cliff Lee o Cole Hamels, en particular ante la incertidumbre sobre la efectividad de CC Sabathia la próxima temporada después de la reparación quirúrgica de su rodilla derecha.

Tocar el fondo divisional, como sería posible si los Orioles y Azulejos mantienen el buen paso y los Rays y Medias Rojas ponen de su parte, no significaría que los Yankees estarían listos para tirar la toalla, pero sin duda aminoraría las posibilidades de asumir contratos de envergadura, por lo cual dependerían de lo que puedan hacer nombres como Shane Greene, Chase Whitley, David Phelps y Brendan McCarthy para un puesto en la postemporada.