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Punto de inflexión para Eli Manning

Eli Manning debe tener una buena campaña si quiere terminar su carrera con los Giants AP Photo/Seth Wenig

MIAMI -- Generalmente ganar dos Super Bowls significa que estarás libre de críticas por el resto de tu carrera.

Algo así le pasó a Joe Montana, John Elway, Tom Brady, Roger Staubach, Bart Starr, Terry Bradshaw y Troy Aikman por nombrar a algunos.

Pero no necesariamente será el caso de Eli Manning si vuelve a tener una mala temporada.

Manning viene de tener su peor temporada como profesional. Marcó un nuevo récord de franquicia con 27 intercepciones, los Giants iniciaron 0-6 y no clasificaron a los playoffs por cuarta vez en los últimos cinco años.

Siendo justos, no fue todo culpa de Eli, dado que la línea ofensiva fue un desastre (lo capturaron 39 veces), las llamadas dieron pena, Hakeem Nicks decidió desaparecer y el ataque terrestre fue inexistente.

Pero la rienda estará más corta que nunca para Eli Manning esta temporada.

Los Giants saben que Eli tiene el gen ganador --fue dos veces MVP del Super Bowl--, y no pretenden rendirse cuando tienen en sus ojos a un mariscal franquicia.

Por esa razón, le trajeron a un gurú de mariscales como nuevo coordinador ofensivo. Ahora ingresa Ben McAdoo a la ecuación y con él llega una ofensiva de costa oeste que tendrá como base pases más cortos y menos riesgosos.

Ese mismo cambio hizo milagros para Philip Rivers en San Diego, que resucitó su carrera el año pasado en San Diego, cuando muchos ya consideraban que sus mejores momentos estaban en el pasado.

Como si fuese poco, los Giants gastaron más de 115 millones de dólares para reforzar la línea ofensiva, los corredores y los receptores abiertos entre otras posiciones.

En otras palabras, no quedan más excusas para Eli.

Curiosamente, Rivers y Manning estarán eternamente conectados por aquel intercambio entre New York y San Diego luego de que Eli le dijera que no a los Chargers.

Ahora Manning espera repetir lo hecho por Rivers la temporada pasada, aunque claro está que el primero tuvo el éxito que nunca pudo tener en postemporada el segundo.

Los Giants saben que el talento está allí, pero también saben que estamos hablando de un mariscal de 33 años que tendrá que aprender un nuevo sistema y viene de operarse el tobillo.

La afición en New York es probablemente la más exigente de la NFL. Es la misma que abucheó a Phil Simms en 1991 luego de ya haber sido campeón.

Los fans esperan ver más a un equipo de los Giants que terminó 7-3 la temporada pasada, y menos al que inició 0-6.

Si eso sucede, ni Eli Manning se salvará de las críticas.

Cuando el tiempo pase, Manning será siempre recordado como uno de los grandes mariscales de la historia de los Giants, pero en el presente las dudas están a la orden del día.

El gerente general Jerry Reese tiene la esperanza de que la ofensiva de costa oeste sea justo lo que el doctor ordenó para Manning.

Pero si termina teniendo otra temporada errática cuando ya las piezas indicadas parecen estar a su alrededor, el futuro podría no ser tan próspero; al menos no con los Giants.

Manning está ingresando en el quinto año de su contrato de seis temporadas y 97.5 millones de dólares que firmó temporadas atrás.

Y la pregunta que se planteó con Rivers, ahora se plantea con Manning: ¿Será que ya vimos lo mejor de Eli?

Si tiene otra mala temporada, los Giants empezarán a mirar en otra dirección.