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Una miope visión de Mark Cuban

A raíz de la lesión sufrida por el alero de los Indiana Pacers, Paul George, durante un partido de práctica con Team USA el pasado viernes, el dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban revivió lo que ha sido una de sus principales causas en los últimos años: impedir que los jugadores de la NBA que tengan más de 21 años participen con sus respectivos equipos nacionales en torneos de verano.

Según Cuban, los dueños de equipos de la NBA ponen en riesgo sus inversiones cuando participan en torneos internacionales y se debería adoptar un modelo similar al que la FIFA tiene para los torneos olímpicos, que son limitados a U-23 o que la NBA haga su propia versión de una Copa Mundial.

No es que el argumento de Cuban no tenga mérito. Lo tiene en el sentido de riesgo, pero donde el argumento de Cuban se pierde de perspectiva, sin embargo, es cuando dice que "nunca debemos poner a nuestros atletas en esa posición. Para algunos deportes, los Juegos Olímpicos son muy importantes. Para el básquetbol, no importa nada. No es que no sean buenos juegos. Al tener condiciones iguales, es divertido vernos jugar contra Argentina y España, pero sería igual de divertido si fueran jugadores de 21 años o menos".

El problema con la visión que esboza Cuban es que esa visión es bastante miope.

Afortunadamente para el deporte, el ahora comisionado retirado David Stern vio a finales de los años 80 la oportunidad de crear mayor salud fiscal a través de la globalización y la mejor forma de globalizar sin tener que invertir, era a través del foro que ya estaba provisto por la FIBA y por el Comité Olímpico Internacional.

Y esa visión es la que ha convertido a la NBA en el monstruo que es hoy. Los hechos son claros y es que gracias al baloncesto internacional y la exposición que los profesionales de la NBA han desde la creación del primer "Dream Team" en 1992, es que hoy día Cuban y el resto de la NBA gozan de ingresos de derechos de televisión internacional, ventas de artículos, entre muchas otras fuentes que están directamente relacionadas específicamente a que jugadores de la talla de Michael Jordan, Larry Bird, LeBron James, Kobe Bryant, Magic Johnson, Charles Barkley, Derrick Rose, entre muchos otros más, se han puesto el uniforme de Team USA en un momento dado.

Si hay un momento en el cual se puede especificar, que se le puede apuntar, en el cual el baloncesto se convirtió en un deporte global, ese momento está en los Juegos Olímpicos de Barcelona en los cuales los partidos de baloncesto acapararon los ratings globales por encima del atletismo, la natación, y en algunos casos, hasta del fútbol.

Haga la prueba, pregúntese a usted mismo si recuerda cuales países ganaron medallas en fútbol en Barcelona 1992. Pero sí recuerda el partido final entre Team USA y Croacia. Jordan vs. Kukoc.

No me malinterpreten. El baloncesto tenía una vasta fanaticada desde mucho antes, pero fue la atención que acaparó el "Dream Team" que elevó la audiencia del deporte a lo es hoy.

Si necesitamos una comparativa, la Serie Final de la NBA esta temporada se transmitió a 215 países en 47 idiomas a través de 90 repetidoras internacionales, incluyendo 14 países que lo hicieron por primera vez.

En los años 80, algunos partidos de postemporada se televisaban en Estados Unidos bajo el sistema de "tape delay" porque no existía un contrato de televisión.

Según la revista Forbes, esta temporada los 30 equipos de la NBA tuvieron ingresos combinados de $4,600 millones. En 1982-83, las entonces 23 franquicias se combinaron para ingresos de $118 millones.

En 1992, Chuck Daly, el legendario y fenecido primer dirigente del Dream Team, tuvo que lidiar con el primer enebeísta lesionado cuando John Stockton, en aquel entonces el armador del Utah Jazz, sufrió una hiper-extensión de su rodilla derecha en una práctica.

Sentado en un salón del Rose Garden de Portland, Oregon Daly quizás resumió todo este debate en unas palabras sencillas, pero muy elocuentes.

"Si el baloncesto va a sobrevivir a largo plazo, se tiene que globalizar. De que hay riesgos, los hay. Pero uno no se puede poner las gríngolas y pensar que esto se trata de un jugador o de un equipo. Esto se trata del bien del deporte", dijo Daly ante la prensa en esa ocasión.

Bird, quien fue miembro del Dream Team original y actualmente es presidente de los Pacers, reaccionó a la lesión de George con un escueto comunicado de prensa que, si se le da la interpretación correcto, parece reflejar las palabras de Daly, aun cuando son los Pacers los que se están lamentando la lesión, al son de un contrato de $92 millones, $91.5 millones de ellos garantizados, y cinco años que pactaron con el jugador hace apenas unos meses.

"Apoyamos a USA Basketball y creemos en los objetivos de la NBA para crecer la exposición de nuestro deporte, nuestros equipos y nuestros jugadores. Esto es una lesión desafortunada que ocurrió en un escenario muy visible, pero que pudo haber ocurrido en cualquier momento y en cualquier lugar", dijo Bird.

El punto de Cuban será un tema recurrente en los próximos meses, pero su tajante posición debe ser una que se debe tomar con granitos de sal. Desgraciadamente para Cuban, la salud financiera de la NBA y sus franquicias ya está simbióticamente conectada con el baloncesto internacional y la globalización del deporte.

El ponerle un límite a esa relación sería literalmente como cortar el bosque para salvar un árbol.