MIAMI -- ¿Comenzará una nueva era en Miami?
Más allá de la dominante victoria de los Dolphins ante los New England Patriots por 33-20, es imposible afirmarlo luego de par de décadas plagadas de decepciones. Sin embargo, hay varias señales que parecerían indicar que hay una luz al final del túnel.
Los Dolphins cometieron tres pérdidas de balón en la primera mitad, tuvieron cinco linieros ofensivos titulares nuevos, se quedaron sin sus dos mejores apoyadores en el primer cuarto por lesión, y aun así ganaron por dobles dígitos.
Vuélvanlo a leer, porque suena loco, pero no deja de ser verdad.
La realidad es que Miami dominó en las trincheras y es allí donde se ganan los juegos. La línea ofensiva hizo un gran trabajo, permitió apenas una captura y será aún mejor cuando regrese Mike Pouncey. La línea defensiva, por su parte, presionó constantemente a Tom Brady y lo capturó en cuatro ocasiones, dos de ellas por parte de Cam Wake, que es parte de la crema de la liga en cuanto a cazamariscales se refiere.
Pero si tenemos que explicar qué es diferente de esta versión 2014 de los Dolphins, tenemos que apuntar directo a dos de los nuevos nombres.
El primero de ellos es Knowshon Moreno, quien hoy corrió como un hombre para 134 yardas. El ataque terrestre de Miami fue inexistente la temporada pasada, y está claro a esta altura que Lamar Miller no es el indicado para correr entre los tackles. Moreno nunca ha sido el corredor más veloz, pero tiene una gran visión para encontrar el hueco y corre con intensidad.
El segundo nombre propio es el del coordinador ofensivo Bill Lazor, quien definitivamente tiene más creatividad que Mike Sherman.
No recuerdo la última vez que los Dolphins anotaron 30 puntos en un debut, y apenas anotaron más de 30 una vez en toda la temporada pasada.
Esta es la misma ofensiva que necesitaba una victoria en casa ante los Jets o de visitante ante los Bills para clasificar a playoffs, y anotaron apenas siete puntos combinados entre los dos partidos.
El mariscal Ryan Tannehill lanzó una intercepción fea y sigue siendo algo inconsistente, pero a pesar de ello y de haber cometido tres pérdidas, New England no pudo detener a esta ofensiva en toda la tarde.
Ya los receptores abiertos no ocupan un lugar estático, existe ahora la constante amenaza de que Tannehill utilice sus piernas y el ritmo es frenético por momentos.
Estamos todos claros que es apenas un partido, pero a la vez es un triunfo ante el claro favorito a ganar la división. Ese tipo de triunfos valen doble, y sobre todo sirven para ilusionar.
Tal como se enteraron los fans de los Dolphins el año pasado, las temporadas se hacen en diciembre y no en septiembre, aunque hay señales de esperanza.
Quizás ya hayan escuchado esto antes, pero los indicios son evidentes.
Si ustedes deciden subirse al autobús o no es otra historia.
En Miami ha comenzado una nueva era: la era de Bill Lazor. En esta NFL, o anotas o mueres.
Por primera vez en mucho tiempo, los Dolphins están utilizando su talento de la manera indicada.