MÉXICO -- De vez en cuando el deporte, cualquier deporte, nos regala una fecha extraordinaria. Se conjuntan múltiples factores que escapan a la esfera de la normalidad, la lógica se toma un descanso, y lo ordinario da paso --como dijimos arriba-- a lo extraordinario.
La sexta jornada de la temporada 2014 en la FBS fue una de esas ocasiones especiales.
Todo comenzó desde el jueves por la noche, cuando (N° 2) Oregon se vio sorprendido en casa ante Arizona. Marcus Mariota, el mariscal de campo estelar de los Ducks y un firma candidato para ser elegido primero global en el próximo draft de la NFL, entró al partido sin entregas de balón para la temporada, pero disminuido después de ser capturado en siete ocasiones por Washington State en la fecha previa. Ante los Wildcats, Mariota perdió dos balones sueltos en capturas y la segunda entrega --con poco menos de tres minutos por jugar, abajo 31 a 24, y con 65 yardas por avanzar para empatar el marcador-- fue la jugada que decidió el marcador. Arizona sólo debó encargarse de exprimir los últimos segundos al reloj de juego para asegurar su segundo triunfo consecutivo sobre Oregon, y la tercera ocasión que los Wildcats sin ranquear le pegan a unos Ducks metidos en el Top-5 desde el 2007. No fue una paliza como el 42-16 del año pasado en Tucson, pero igualmente nos dejó con la boca abierta.
La tendencia continuó por la noche del viernes. Utah State viajó a Provo donde dio la campanada ante un equipo de (N° 18) Brigham Young que soñaba en grande. El escenario parecía ideal para los Cougars. BYU retiró el jersey N° 9 de Jim McMahon y planeaba continuar con su paso invicto guidaos por el mariscal de campo Taysom Hill, considerado por algunos como un caballo negro para el Heisman. Los Cougars no solamente perdieron ante los Aggies, 35-20, sino también se quedaron sin Hill para el resto de la temporada. El pasador sufrió una fractura en la pierna izquierda al ser derribado por el profundo Brian Suite de Utah State.
Lo de Oregon y BYU fueron apenas aperitivos para el platillo fuerte que nos tenía reservada la jornada sabatina. Además, Mariota y Hill no fueron los únicos candidatos al Heisman en ver sus posibilidades de hacerse con el trofeo individual más codiciado del juego universitario perjudicadas seriamente.
En Starksville, (N° 12) Mississippi State recibió a uno de los equipos sensación del inicio de temporada, (N° 6) Texas A&M, y al espectacular mariscal de campo Kenny Hill. Sin embargo, fue el pasador de los Bulldogs el que se robó los reflectores. Dak Prescott --bautizado por algunos como Tim Tebow 2.0-- lanzó dos pases de anotación y corrió para otros tres, y los Bulldogs sacaron a los Aggies de las filas de los invictos, al tiempo que mejoraron su marca a 5-0 y se pararon en el centro de la discusión por saber quién es el mejor equipo de la SEC, al menos por el momento. Mississippi State le pegó a LSU hace un par de semanas, y con el triunfo sobre Texas A&M, van dos victorias sobre programas del Top-10 en el mismo año, una hazaña que nunca habían conseguido los Bulldogs. Mississippi State cuenta con solamente un título de la SEC en su historia, que se remonta a 1941, y no han aparecido en el Top-10 de The Associated Press desde 1999, pero seguramente volverán a encontrarse entre los 10 mejores programas de la nación en cuanto salga la nueva encuesta este lunes.
En Fort Worth, (N° 25) Texas Christian también puso su granito de arena a la jornada de sorpresas. Recibiendo a uno de los favoritos para el título, (N° 4) Oklahoma, los Horned Frogs ganaron su partido más importante como miembros de la Big-12, donde radican desde el 2012. Vencer a un programa de los Sooners ranqueado alto no es una hazaña nueva para los pupilos de Gary Patterson. En el 2005, TCU abrió la temporada con un triunfo sobre un cuadro de Oklahoma que entonces estaba ranqueado como N° 5. Sin embargo, después de un primer par de campañas decepcionantes como miembro de una conferencia de poder tras años de dominio en la Mountan West, los Horned Frogs levantan la mano para ser tomados en cuenta en esta liga. El mariscal de campo Trevone Boykin fue el jugador clave en la victoria de TCU con 318 yardas por aire y 75 por tierra, pero el marcador final de 37-33 quedó asegurado cuando la defensiva hizo una detención clave en cuarta oportunidad y 1 por avanzar con tres minutos por jugar. El pasador de los Sooners, Trevor Knight, tuvo una posibilidad final con un pase "Ave María", pero el intento fue incompleto.
Aunque la distancia podría no parecer mucha entre el equipo ranqueado N° 3 y el N° 11 de la nación, esa probable que el juego en Oxford constituyera la mayor sorpresa de la campaña. Alabama no había perdido contra Ole Miss desde que Eli Manning dirigiera los controles de los Rebels hace más de una década, y el Tide se encontraba arriba 14-3 al medio tiempo, ventaja que parecía suficiente para un equipo que cuenta con una defensiva dominante y un ataque terrestre sólido capaz de comerse el reloj. Bo Wallace tenía otros planes. El mariscal de campo de Mississippi completó 18 de 31 envíos para 251 yardas y tres pases de touchdown, todos en la segunda mitad, para orquestar la remontada de los Rebels. La anotación del triunfo llegó en un pase de Wallace a Jaylen Walton de 10 yardas con menos de 3 minutos por jugar, para cerrar un cuarto periodo en el que Alabama no consiguió un solo punto. Una intercepción de Senquez Golson a pase de Blake Sims en las diagonales con 37 segundos por jugar aseguró el sorpresivo triunfo. La victoria de los Rebels significa que Mississippi, Mississippi State y (N° 5) Auburn --quienes aplastaron a (N° 15) LSU por 41-7-- son los únicos tres programas que se mantienen invictos en la SEC; y los tres pertenecen a la SEC West. Mientras tanto, Amari Cooper, el explosivo receptor abierto del Tide, obtuvo 91 yardas por aire pero cero touchdowns, también lastimando sus aspiraciones al Heisman.
Nadie puede quejarse del partido que dio Melvin Gordon en Evanston. El corredor de (N° 17) impuso marca personal con 259 yardas terrestres en el juego, incluyendo un touchdown, pero sus esfuerzos fueron insuficientes para evitar que los Badgers también cayeran presas de una campanada. El esquinero Godwin Igwebuike interceptó tres de los cuatro pases que Northwestern robó a Wisconsin, y los Wildcats se impusieron a condiciones de lluvia y viento en casa para pegarle a sus rivales de la Big Ten por 20-14. Aunque el resultado debe afectar menos a Gordon que a otros estelares en la jornada, pensando en el Heisman, definitivamente no es el partido que esperaba el corredor.
Allí no acabó todo. En la costa oeste, Arizona viajó a Los Ángeles para encontrarse a (N° 16) Southern Cal en el Coliseo, donde Mike Bercovici hizo méritos suficientes para convertirse en el jugador de la jornada. El pasador de los Sun Devils completó 27 de 45 intentos de pase para 512 yardas y cinco pases de touchdown, incluyendo uno de 46 yardas a Jaelen Strong sin tiempo en el reloj, para que los visitantes consiguieran un triunfo de 38-34 sobre los Trojans. Lo del propio Strong tampoco se quedó atrás: 10 recepciones para 212 yardas y tres touchdowns --incluyendo el de "Ave María" del triunfo-- ante un equipo que no había permitido anotación por aire en el año.
Finalmente, el otro equipo angelino no se quedó atrás. En Pasadena, (N° 8) UCLA recibió la visita de Utah en un juego tardío de la Pac-12. Los Utes pegaron temprano y con una ventaja de 14-0 en a principios del segundo cuarto, ya avisaban que las sorpresas en la jornada no se habían acabado. La obligación de los Bruins de jugar desde atrás durante todo el encuentro pagó sus dividendos, y el mariscal de campo Brett Hundley fue capturado en 10 ocasiones, e interceptado una vez. Con todo y eso, fue capaz de poner a UCLA en posición de remontar el déficit. Hundley tiró dos pases de anotación, ambos en el cuarto periodo, y los Bruins se colocaron en posición de arrebatarle el juego a los Utes en la jugada final. Sin tiempo por jugar, Ka'imi Fairbairn erró su intento de gol de campo --uno que se repitió por un castigo-- desde 50 yardas y Utah le puso punto final a una jornada sorpresiva.
En total, perdieron 11 de los equipos ranqueados en el Top-25. De ellos, cuatro se encontraban en el Top-6, apenas la segunda vez que ocurre en la historia de la NCAA, y primera desde 1990. Lo raro es que de esos 11 equipos, ocho cayeron ante equipos ranqueados por debajo de ellos o no ranqueados, y solamente tres cayeron ante equipos con mejor ranking. Del resto del Top-25, 13 equipos triunfaron, pero solamente (N° 5) Auburn, (N° 9) Notre Dame y (N° 10) Michigan State lo hicieron ante equipos ranqueados. Solamente (N° 24) Missouri descansó entre los equipos colocados dentro del Top-25.