No se bailará más salsa en MetLife esta temporada.
La pesadilla de todos los fans de los New York Giants se hizo realidad la noche del domingo, cuando el receptor abierto Víctor Cruz sufrió un desgarre del tendón de la rótula derecha al intentar atrapar un pase del quarterback Eli Manning en la zona de anotación durante el tercer cuarto del partido.
En ese momento no importó que los Giants estuviesen destinados a una humillante derrota 27-0 a manos de sus archirrivales Philadelphia Eagles, ni que hubiesen perdido credibilidad de convertirse en verdaderos contendientes en el Este de la NFC.
Cruz cayó al suelo agarrándose la rodilla y fue sacado del campo en camilla, cubriéndose las lágrimas con las manos, al saber que significaba el fin de su temporada, la cual inició con tanta esperanza de recobrarse de un decepcionante 2013.
La ofensiva estilo "costa oeste" del nuevo coordinador Ben McAdoo parecía estar hecha a la medida para el receptor de ascendencia puertorriqueña, que a pesar de sufrir varias lesiones, terminó la temporada pasada con 73 recepciones y 998 yardas, aunque sumó apenas cuatro touchdowns, siendo el jugador ofensivo más constante en una miserable campaña para los Giants.
La pérdida de Cruz no sólo afecta a la ofensiva de los Giants, sino es también un duro golpe en el camerino neoyorquino, donde el receptor es considerado un líder y un gran compañero de equipo.
Y no cabe duda que Cruz tendrá una larga recuperación por delante. La rehabilitación para ese tipo de desgarre requiere generalmente más de seis meses antes de poder siquiera volver a correr.
Pero todos sabemos el corazón que tiene el boricua, que por malas calificaciones se tuvo que dar de baja de la Universidad de Massachusetts, trabajar en una tienda de ropa y tomar clases en un colegio comunitario en Nueva Jersey antes de la muerte de su padre. Contra todos los pronósticos, Cruz regresó a brillar en el equipo de fútbol americano de UMASS y eventualmente fue reclutado por los Giants.
Cruz vino de ser un don nadie a anotar nueve touchdowns en 2011 y conseguir 1,536 yardas, rompiendo el récord de Amani Toomer, y coronándose eventualmente campeón del Super Bowl.
La lesión de Cruz es desmoralizante para Nueva York, pero es simplemente la naturaleza del juego en la NFL que el próximo jugador sepa dar la cara por el equipo, pero como bien dijo Mathias Kiwanuka, no siempre es tan fácil como se ve en televisión.
"Lo triste de este juego es casi todas las semanas la temporada de alguien termina. Muchas veces ves a alguien derribado en el campo y en televisión simplemente se va a un comercial, pero para nosotros es un miembro de nuestro equipo que se ha ido", destacó el veterano ala defensivo. "Ya sea un agente libre no reclutado que estaba devolviendo la primera patada del partido, o un capitán de un equipo, es algo que nos afecta".
Pero la realidad es que los problemas de los Giants van mucho más allá de Cruz, y ahora no tendrán más remedio que seguir adelante.
"No tenemos otra opción", dijo Manning tras la humillante derrota en Filadelfia. "Nos faltará un capitán pero tenemos algunos jugadores que van a tener que cumplir y encontraremos una manera de seguir adelante y jugar mejor de lo que hemos hecho hoy".
Ahora caerá en las manos, literalmente, de Odell Beckham Jr.y Rueben Randle reemplazar la figura de Cruz y buscar algún tipo coherencia en el ataque aéreo. Si eso no sucede, "Big Blue" estará en serios problemas.
La carrera de Víctor Cruz cambió en unos pocos segundos, queda de los Giants decidir lo mismo de su temporada.