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Todo igual, todo diferente

BUENOS AIRES -- Tras una semana y dos fechas, aparentemente todo sigue igual en el Calcio: Juventus conserva las tres unidades de ventaja sobre Roma, Sampdoria es el sorprendente tercero pero la lucha por el último escalón del podio es tremenda y hasta el actual décimo, Fiorentina, no puede descartarse para esa batalla.

¿Todo igual, entonces? Para nada, porque en estas dos fechas muchas cosas han ocurrido y el panorama parece sustancialmente diferente. Por lo pronto, la lucha por la punta: es cierto que Juventus sigue con tres puntos de ventaja, pero el empate en Sassuolo, la caída en casa de Genoa y la dificultad para ganarle a Empoli a domicilio, con una magia de Pirlo luego de una hora de sustancial aburrimiento, nos muestran ahora a una Vecchia Signora que ya no entrega las garantías de solidez de hace unas semanas.

Por su parte Roma puede decir que, más allá de los tres puntos de distancia, fruto de un enfrentamiento en Turín que el marcador no reflejó fielmente, se saco de encima las visitas ante el rival directo, ante esta sorprendente Sampdoria y ante Nápoli, donde Juventus había caído por última vez, en marzo, antes de la derrota de Marassi, todo eso asimilando en el medio el terrible golpe sufrido, en lo anímico antes que en lo deportivo, contra Bayern.

Además todo cambió porque, si antes hablábamos de una carrera a dos por el título, la nueva fragilidad de Juventus y las distancias reales no permiten descartar en esa pelea, por lo menos por ahora, ni a Samp, ni a Lazio y ni siquiera a Nápoli, como veremos más adelante.

Ese es el otro gran cambio: al cabo de esta semana, Sampdoria se recibió de equipo con ambiciones, más allá de la caída (inmerecida, por cierto) en casa de Inter, y aún más este discurso puede hacerse por Lazio, que metió una serie de cinco triunfos, cortados por el empate en casa de Hellas Verona, demostrando autoridad y solidez y un cambio de mentalidad, sin dudas mérito de Pioli, que le abre nuevos horizontes.

Decíamos de Nápoli: reencontró los goles de Higuaín (5 en tres partidos, y pudieron ser siete por un tanto injustamente anulado y un penal marrado) pero, aún más importante, recuperó a Hamsik a nivel de juego y de goles. Sigue teniendo una defensa demasiado frágil, pero de todas maneras, a esta altura del torneo, es imposible descartarlo totalmente.

La otra gran novedad fue el derrumbe de los equipos milaneses. En la fecha entre semana, con el triunfo mentiroso de Inter y el empate de Milan en Cagliari, tampoco merecido por cierto, ambos se ganaron unos días de prórroga, pero ninguno de los dos supo aprovecharlos. De hecho, Inter cayó sin atenuantes en casa del colero del torneo, Parma, un 2-0 inapelable, así como fue rotundo y terminante el mismo marcador sufrido por Milan en casa ante Palermo.

En ambos casos, parece estar viviéndose una paradoja: cuando estos equipos, que en algún momento supieron dominar Europa, juegan como "pequeños", ahí logran sacar buenos resultados, pero cuando pretenden vestir su acostumbrada ropa de "grandes", en ese caso la mentira se descubre y los resultados desenmascaran la pobreza de ambos clubes.

Porque Milan e Inter no tienen peor plantel que Sampdoria, Lazio o Genoa, para nombrar a tres equipos que los preceden en la tabla, pero no saben demostrar ni la humildad ni ese espíritu de sacrificio que los planteles "menores" saben necesarios para sacar el bote adelante.

Inzaghi, recién llegado e ídolo indiscutido de la hinchada, parece tener un "bonus" de tiempo y de paciencia por parte de su público, pero en fútbol es imposible pronosticar cuanto ese paraguas podrá aguantar, máxime si el equipo vuelve a jugar de manera tan pobre y sin siquiera una pizca de personalidad.

El caso de Mazzarri, único técnico de la Serie A a no haber sufrido nunca un despido en su larga carrera (bueno, junto a Inzaghi, obviamente, pero el camino del rossonero recién comienza), parece bastante más grave, porque el pueblo nerazzurro no lo banca, su presidente sabe tan poco de fútbol que sólo puede manejarse por esos resultados que siguen faltando, así como falta una idea de juego, algo más grave considerando que el sargento Walter vive su segunda temporada al frente del equipo, sin más cuartadas posibles.

En suma, fue una semana movida, que trajo muchos cambios y que, sobre todo, demolió varias certazas que parecían consolidadas. La próxima fecha, la 11, parece favorable para los dos de arriba y al mismo tiempo apasionante en la lucha para meterse o mantenerse en el lote de arriba. En el "torneo más difícil del mundo", oportunidades o sorpresas pueden estar detrás de cada esquina.