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¿Sorpresas o candidatos?

Matthew Stafford y Ryan Tannehill se enfrentan a defensivas de mucho nivel este domingo USA TODAY Sports

MIAMI -- La semana de descanso llegó en un momento ideal para los Detroit Lions.

Van a recuperar a varias de sus principales figuras justo a tiempo para la estocada final de cara a unos potenciales playoffs.

El receptor abierto Calvin Johnson y el corredor Reggie Bush serán de la partida, y sus tres alas cerradas --Eric Ebron, Brandon Pettigrew y Joseph Fauria-- están casi al 100 por ciento.

En otras palabras, llegan refuerzos para Matthew Stafford y Golden Tate, que hasta el momento había cargado el peso de esta ofensiva en sus hombros.

Sin embargo, aún con el regreso de algunas piezas claves, será un duro reto para la ofensiva de Detroit.

Digo esto porque la defensiva de Miami está jugando en un nivel superlativo.

Está ranqueada tercera en general y es la segunda mejor unidad contra el ataque aéreo.

Todo inicia con una gran línea defensiva que tiene a Cameron Wake como principal estandarte, al ascendente Olivier Vernon, al subestimado Jared Odrick y al ancla Randy Starks que conforman una gran unidad que no recibe la prensa que se merece.

Cuando ellos logran ejercer presión, y esto será fundamental considerando la tendencia a cometer errores que tiene Matthew Stafford --7 intercepciones--, facilitan el trabajo de la secundaria.

Los del fondo tienen seis intercepciones en los últimos tres juegos, liderados por Brent Grimes, que está teniendo una temporada digna de Pro Bowl. Será un lindo duelo entre Megatrón y Optimus Grimes este domingo.

Aquí es dónde el ataque terrestre de Detroit podría ser importante. No hay mejor manera de mantener a los jugadores de carga honestos que corriendo el ovoide. El problema es que el ataque por tierra de los Lions está ranqueado 31.

Por esa razón yo creo que aprovecharán la presencia de Bush para implementar más pases de pantalla de que costubre, y de esta manera contrarrestar la presión.

Otro que ha levantado considerablemente su nivel es el mariscal de los Dolphins, Ryan Tannehill, que luego de un inicio erratico, ha tenido el segundo mejor índice de pasador en la NFL en las últimas cinco semanas; la ofensiva de Miami ha promediado 30.6 tantos por juego en esos partidos.

Desde que el coordinador ofensivo Bill Lazor, le ha dado rienda suelta a Tannehill para usar sus piezas, el libreto ofensivo se ha abierto considerablemente.

Eso sí, será difícil mantener esa racha esta semana ante una defensiva de los Lions que sólo está permitiendo un promedio de 15.8 puntos por partido; es la mejor unidad de la liga en ese sentido.

Ndamukong Suh está jugando como un hombre poseido, y seguramente demandará mucho dinero al final de la temporada, aunque esta semana no podrá contar con el lesionado Nick Fairley; Ezequiel Anzah no está al 100 por ciento, pero jugará.

Otro de los duelos interesantes de este domingo ante la línea ofensiva de Miami, que ha hecho un buen trabajo, pero no ha enfrentado a ninguna línea defensiva como la de Detroit ha excepción de la de Buffalo, que los dominó de principio a fin.

Un encuentro plagado de pareos interesantes y de pronóstico incierto.

Tanto los Lions como los Dolphins han ganado tres partidos consecutivos. Tanto Detroit como Miami no tenían grandes expectativas, al menos en cuanto al grueso de la prensa se refiere, de cara a esta temporada.

Hoy son dos de las grandes sorpresas de esta campaña, y muy probablemente ambos estén jugando partidos relevantes en diciembre.

No es un duelo entre rivales de conferencia, pero hoy cada victoria vale un mundo, sobre todo para los Dolphins considerando que hay 11 equipos en la AFC con récord superior a .500 contra los "apenas" 6 en la NFC.

¿Quién estará listo para terminará de irrumpir en la escena nacional?

La respuesta la tendremos el domingo en uno de los tres encuentros entre rivales con récord ganador en esta jornada 10.

A noviembre lo llaman "Moving Month", porque es la época del año donde los equipos se colocan en posición de pelear o se terminan de bajar de la pelea.

Algo tendrá que ceder.