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Vale la pena

BUENOS AIRES -- Creo que fue en el año 1997. Fui a jugar la Copa Tailhade, me tocó jugar bien el primer día y terminé con 67 golpes. Ese score hizo que en la segunda jornada me pusieran a jugar con un sudafricano muy jovencito llamado Trevor Immelman. Luegó de 36 hoyos seguíamos empatados en 141 y el sábado volví a jugar con él. Hasta allí llegué, pero siempre me acordaré con quién jugué esas dos rondas.

El torneo que cada año organiza la gente de Los Lagartos pasa desapercibido para el gran mundo del golf y les puedo asegurar que vale la pena darse una vuelta por el club. Los equipos más importantes del mundo mandan a sus mejores jugadores a Argentina y consideran a la Tailhade como una de las citas importantes del año. A partir del año 2009 se juntó el Campeonato Argentino de Aficionados, lo que hizo que los demás países se interesen aún más en estas dos semanas de golf amateur en nuestro país.

Es cierto que los torneos de golf han perdido espectadores porque la gente se acostumbró a ver golf por televisión, y solo el Abierto de la República o la venida de una super figura convocan algo de público, pero ver a estos chicos jugar al golf es un buen espectáculo. Los nombres no atraen porque todavía no son famosos y probablemente de la mayoría de ellos nunca más se sepa nada.

Esta semana que terminó el team canadiense dio cátedra de golf y el score del ganador de la individual no es algo que se vea muy a menudo, como tampoco el hecho de haber ganado por tanta diferencia. Curiosamente los que fueron a Los Lagartos desde el primer día tenían los ojos puestos en el compañero del que ganó, ya que había sido finalista del US Amateur hace solo un par de meses, aunque al final se fueron aplaudiendo más a su compañero.

Algo similar pasó hace casi 20 años cuando un equipo británico llegó para jugar en Mar del Plata y todos nos maravillamos con Gordon Sherry, un grandote que la tiraba tan lejos que asustaba. Pocos se deslumbraron con su compañero, un tal Padraig Harrington que por aquellos días solo mostraba que era incansable a la hora de practicar.

Si a alguno se le ocurre que organizar este tipo de campeonatos es sencillo porque se trata solo de jugadores amateurs se equivoca, porque hay que entender que la Tailhade es el esfuerzo de un grupo grande de gente que organiza, a los que se suma un club que apoya. Son 30 jugadores a los que hay que traerlos, los pasajes los paga el torneo, hay que hospedarlos en las casas de las familias que los atienden durante el torneo, hay que darles de comer, presentar una cancha competitiva y estar atento a todas las cosas que un grupo de chicos muy jóvenes puede necesitar.

Hay que esperar un año para la próxima Tailhade, pero esta semana pueden ver a estos jugadores en el Campeonato Argentino de Aficionados en Highland. Vale la pena.