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El 0-0 sirve...si levantan el nivel

BUENOS AIRES -- Antes de jugarse el partido, el empate sin goles era una opción observada con muy buenos ojos. Sin embargo, el bajo nivel de juego no le permite a Boca disfrutar de este resultado. Distinta hubiera sido la historia si en el 0-0 se hubiera destacado Marcelo Barovero, pero lejos estuvo de subirse al escenario de los puntos altos. Y no precisamente por no haberlo hecho bien. Simplemente porque el local no significó un peligro constante en el área de River.

El Vasco Arruabarrena comenzó a preparar este partido basándose en dos premisas. Al elegir a Juan Manuel Martínez por sobre José Pedro Fuenzalida se inclinó a atacar definitivamente al rival con tres delanteros netos. Y la otra, antes de pensar en el arco de enfrente, el entrenador le recalcó a su equipo que lo más importante era que River no les convierta.

Y como el deseo de Arruabarrena se hizo realidad, la confianza y tranquilidad debería dominar la escena. Pero no es así. La escena es dominada por la preocupación debido a la pobre imagen que ofreció el xeneize. Los nervios lógicos y el miedo al error que los deje como únicos responsables de una probable eliminación, han convertido este partido en un cúmulo de voluntades que lejos estuvo de cristalizarse.

Si a este plano parcial del análisis, le agregamos la decisión de River de apostar por un juego brusco con mucha fricción y roce, se gesta lo que finalmente nos ofrecieron los primeros noventa minutos de la serie: un clásico que lejos estuvo de jugarse como tal. Es más, el ingrediente de jugar sobre un campo seco ha hecho presumir que estaríamos en presencia de un mejor espectáculo del ofrecido en El Monumental bajo un diluvio en el Torneo local. Sin embargo, aquel 1-1 fue mucho más atractivo que este 0-0 con condiciones climáticas ideales.

A partir de este momento será el turno de descansar, recobrar fuerzas y trabajar mucho para saltar al Monumental con alguna modificación seguramente desde lo táctico, en algún que otro apellido y por sobre todas las cosas con un cambio fundamental en el nivel futbolítistco.

El último capítulo se acerca y Boca debe estar satisfecho con el resultado, ya que de visitante con solo mejorar la imagen puede llegar a ser suficiente si tenemos en cuenta que este plantel se siente más cómodo cuando la presión se posa sobre el rival.

Con lluvia o sin lluvia, con viento o sin viento, lo más importante para el próximo jueves es que los 22 que protagonistas del desenlace de esta serie dejen de lado el miedo. Solo se trata de un partido de fútbol, quizás el más atractivo del mundo. Claro que por hora la atracción solo llega desde las tribunas.