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La decisión que cambió el béisbol

El pasado 23 de diciembre se cumplió un aniversario que pocos celebran en las Grandes Ligas, pero cuyas consecuencias repercuten hasta nuestros días, y que cambiaron la faz del béisbol para siempre.

Muy pocas personas conocen a Peter Seitz y es hasta lógico. Seitz no era toletero, dueño de equipo, gerente o umpire y aún así su decisión, tomada en 1975, transformó el curso de las Grandes Ligas.

La cláusula de reserva en los contratos de Grandes Ligas evitaba que los jugadores se declararan agentes libres. Durante muchas décadas peloteros trataron de atacar esa forma de esclavitud contractual sin éxito.

En 1975, los lanzadores Andy Messersmith y Dave McNally usaron la novedosa vía del arbitraje, incorporada en el Convenio Laboral en 1970 con el fin de resolver disputas contractuales, para retar la manera como los dueños de equipos habían interpretado y utilizado la cláusula de reserva. El árbitro en esa disputa fue Peter Seitz quien, el 23 de diciembre de 1975, le dio la razón a Messersmith y McNally impulsando la desaparición de la cláusula de reserva y, por ende, la aparición de la figura de agente libre en las Grandes Ligas. Seitz fue despedido por los dueños de equipos solo unos días después del anuncio de su decisión.

Lo interesante de la decisión de Seitz es que, sin quererlo, cambió por completo la estructura fundamental en la que estaba basada el negocio de las Grandes Ligas incluso llegando afectar a la pelota invernal. Veamos algunas de las consecuencias, si se quiere inesperadas, de su sentencia arbitral:

Contratos multianuales: Hasta 1975 los contratos en las Grandes Ligas eran por un año. Equipos, al tener control absoluto sobre los peloteros, no corrían el riesgo de firmarlos por varias temporadas y usaban la relación anual para ajustar salarios. Una actuación mala implicaba un peor salario para el año siguiente pero un buen rendimiento no necesariamente significaba un mejor sueldo. Con la aparición de la agencia libre también surgen las relaciones contractuales por más de una temporada y con dinero garantizado gracias a la labor de la MLBPA.

Lealtad: Hay un concepto romántico grabado en piedra y muy utilizado que habla de la lealtad de los peloteros en el pasado. Para algunos, es admirable como muchos jugadores pasaban toda su carrera con un mismo equipo en un claro signo de amor por la divisa. La realidad es que antes no tenían otra opción al estar amarrados a perpetuidad por la cláusula de reserva. Luego de la aparición de los agentes libres es lógico que exista una mayor movilidad y solo muy pocos terminan jugando toda su carrera con un solo equipo, estilo Derek Jeter o Mariano Rivera, pero eso no debe quitarle méritos ni prestarse para acusaciones de deslealtad ya que la comparación con el pasado no es justa.

Lista de lesionados: Cuando la relación contractual era solo un por año, una lesión implicaba automáticamente un sueldo más bajo para la siguiente temporada, en el mejor de los casos, o verse sin contrato, en el peor de los escenarios. En su libro Hardball, Bowie Kuhn destaca como en 1974 los peloteros de Grandes Ligas pasaron 489 días en la lista de incapacitados. Esa estadística en 2013, en plena era de los agentes libres y contratos multianuales, fue de 29.504 días o un promedio de casi 1.000 días por equipo. Otros dos factores responsables de muchas lesiones recientes según algunos estudios son la grama artificial y el uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

Agentes: Antes de 1976 no había necesidad de contratar a un agente para la negociación de los contratos ya que eso era un decisión unilateral de los dueños de equipo: o lo tomas o lo impongo vía cláusula de reserva. De hecho, los agentes no se convierten en una pieza importante en el mundo del beisbol sino año más tarde de la aparición de la agencia libre. Era muy común ver a peloteros en los 70s y 80s negociar sus propios contratos hasta que se dieron cuenta que era una mala estrategia.

Relación manager-jugador: El manager por muchos años era una figura dictatorial con pleno control dentro y fuera del terreno de juego. Los jugadores entendían esa realidad y actuaban cual soldado recibiendo ordenes de su superior. Hoy en día eso no es así. La cantidad de dinero que reciben los peloteros y la seguridad de los contratos multianuales también han transformado la figura del manager. Ahora el dirigente es un mediador que debe conocer las personalidades y hacer lo posible para evitar conflictos y sacarle el mayor provecho posible al talento disponible. Terry Francona en su libro "The Red Sox Years", explica un poco las dificultades que implica ser manager en esta época.

Sabermetría: Uno de los aspectos de la sabermetría es poder identificar talento que no es apreciado adecuadamente por el mercado y que puede ser adquirido por un buen precio. Eso solo tiene cabida en el mundo de la agencia libre ya que antes no había la misma disponibilidad de jugadores en el mercado. Claro que la sabermetría tiene otros usos.

Firma de peloteros latinos: Con la agencia libre y el costo que eso implicaba, empieza a surgir la necesidad de buscar otras fuentes de peloteros más baratos que pudieran balancear un poco los libros. Es por ello que justo luego de la incorporación de la figura de agentes libres en el Acuerdo Laboral de 1976 también comienza la búsqueda de jugadores en países como República Dominicana y Venezuela. El poder firmar talento a muy bajo costo fue una ayuda muy necesaria en ese momento de incertidumbre post-desaparición de la cláusula de reserva.

Ligas del Caribe: El aumento de los sueldos y la aparición de los contratos multianuales terminan afectando también la motivación de jugadores que recurrían a las ligas del Caribe para reforzar sus ingresos. Esa merma de talento disponible ha terminado afectando la calidad de nuestras ligas del Caribe, aunado al hecho que los mismo peloteros latinos tampoco pueden participar libremente debido a las restricciones del Acuerdo Invernal.

Huelga y paros laborales: La gran mayoría de los paros laborales y huelgas en las Grandes Ligas, incluyendo el conflicto más grande de todos que terminó cancelando la Serie Mundial de 1994, son consecuencia de la aparición de los agentes libres. Por ejemplo, en 1994 los dueños de equipos alegaban que sin un tope salarial, parecido al que existía ya en ese momento en el resto de las ligas profesionales como la NFL y la NBA, era imposible continuar con el negocio y la MLBPA, dirigida magistralmente por Marvin Miller, se opuso a ello.

Aspectos económicos en el Convenio Laboral: Como la vía de huelgas y paros laborales estaba causando daños irreparables al beisbol en su relación con el fanático, los dueños de equipos entendieron que la mejor manera de combatir a la figura del 'agente libre' era poner algunas restricciones económicas en el Acuerdo Laboral con la excusa y meta de preservar el balance competitivo. Es decir, en un mundo en donde equipos como los Yankees de Nueva York y los Dodgers de los Ángeles pudieran contratar a todos los mejores agentes libres año tras año era importante crear algunas políticas para permitir que otras divisas como los Piratas de Pittsburgh o Reales de Kansas City también puedan competir y tener posibilidades de ganar. Una de esas medidas es el famoso impuesto al lujo que no es un tope salarial pero funciona como tal.

Compensación por pérdida de agentes libres: Mucho se ha hablado recientemente de las llamadas 'ofertas calificadas'. Esa figura nace originalmente en el Convenio Laboral de 1976, con otra forma y características. El fin era compensar a aquellos equipos que perdían jugadores en el mercado de agentes libres para que de alguna manera recuperaran algo por el dinero invertido en su desarrollo.

Arbitraje salarial: el arbitraje salarial realmente fue incorporado en el Convenio Laboral de 1974 pero toma una dimensión absolutamente superior con la aparición de los agentes libres y el aumento de los salarios. Una manera de medir el impacto del arbitraje salarial en el negocio de las Grandes Ligas es ver la cantidad de jugadores non-tender que ahora se ven año tras año. La figura del non-tender significa que son jugadores elegibles para el arbitraje salarial que los equipos deciden no darle contratos y convertirlos en agentes libres ya que su valor en el mercado es inferior al que puede determinarse vía arbitraje salarial. Pero esa figura tan complicada la dejamos para otro día.

En conclusión, pensar que la aparición de la figura de agente libre solo tendría un impacto en el sueldo de algunos peloteros era ignorar que todo el negocio de las Grandes Ligas estaba fundamentado en la llamada cláusula de reserva y que una vez eliminada los dueños de equipos no tendrían otra opción que cambiar las bases y transformar absolutamente el juego.

Todo eso, gracias a una decisión de Peter Seitz.