En la NFL al igual que en todas las disciplinas, es más importante cómo terminas que cómo inicias.
De hecho, desde el 2005 hasta el día de hoy, cuatro comodines han terminado siendo campeones; se me vienen a la mente los títulos de los Steelers en el segundo año de Big Ben, los Giants sorprendiendo a los Patriots y arruinándole el sueño a New England, los Packers con Aaron Rodgers y la postemporada perfecta de Joe Flacco y los Ravens.
Todos esos equipos se volvieron dueños fuera de casa, y se terminaron alzando con el trofeo sobre el final.
A diferencia de esos conjuntos, los Carolina Panthers no serán visitantes ni son un equipo de comodín.
No obstante, sí tienen un denominador común con aquellos conjuntos, y es que terminaron la campaña al rojo vivo.
La temporada de los Panthers ha sido tan decepcionante que son apenas el segundo equipo en la historia en clasificar a los playoffs con un récord negativo.
Pero el pasado ahora es pisado, y sólo importa el presente.
El registro de 7-8-1 le alcanzó a los Panthers para ganar su división, y ahora sueñan igual que el resto, e incluso gozarán del beneficio de jugar frente a sus fanáticos este sábado cuando enfrenten a los Arizona Cardinals.
Carolina terminó la temporada con cuatro victorias consecutivas y con un Jonathan Stewart, que desde asumió un rol más protagónico, está arrasando con cuanto rival le pongan enfrente.
De hecho en las últimas cuatro semanas, desde que lo nombraron titular, está sólo detrás de Jeremy Hill y DeMarco Murray en toda la NFL.
A la vez una defensiva plagada de talento, pero que sintió demasiado la ausencia de Greg Hardy, parece haber despertado.
La unidad liderada por el apoyador Luke Kuechly, tuvo un comienzo de temporada para el olvido, pero parecen haber encontrado una solución.
Desde que la secundaria ha estado conformada por dos novatos como Bene Benwikere y Tre Boston, más Josh Norman y Roman Harper, los Panthers han permitido un promedio de menos de 11 puntos por partido en esos últimos cuatro partidos.
El mariscal Cam Newton parece no tener secuelas físicas tras su accidente y está utilizando sus piernas, que es cuando es más peligroso.
Si a eso le sumamos que al pensar en su próximo rival, creen que "se ganaron la lotería", el sueño está intacto en Charlotte.
Dicen esto porque los Cardinals estarán jugando con su tercer mariscal Ryan Lindley, y tienen varios lesionados importantes de cara a este duelo por Ronda de Comodín.
Aún así, el entrenador en jefe de Arizona, Bruce Arians, dice "estar seguro de que ganarán este partido".
En mis ojos no me quedan dudas de que será un encuentro cerrado y de pocos puntos, pero los Panthers piensan en grande.
¿Podrán ser el más reciente equipo en dar una sorpresa en esta postemporada?
"Tenemos el equipo ideal para hacerlo", sentenció el profundo Harper. "No me queda ninguna duda".
Si me preguntan a mí, es extremadamente difícil ganar un Super Bowl en esta Era a base de ataque terrestre y defensiva.
Algunos me dirán que los Seahawks lo hicieron el año pasado, pero esa ofensiva de Seattle era años luz superior a esta de los Panthers y esa defensiva también era muy superior a la de Carolina.
Sueñan en Charlotte, dónde terminaron de manera ideal la temporada.
Aunque esta vez, no veo una nueva historia de Cenicienta.