MIAMI -- Las repercusiones del triunfo de los Cowboys ante los Lions siguen estando a la orden del día.
Tristemente poco se está hablando de lo deportivo, y más de una polémica llamada de los referís.
Con Detroit en ventaja por tres puntos, las cebras lanzaron un pañuelo amarillo por una aparente interferencia defensiva de Anthony Hitchens sobre Brandon Pettigrew.
El referí Pete Morelli anunció vía su micrófono a todo el estadio la interferencia defensiva, sólo para unos minutos después simplemente anunciar que "no hubo penalidad" sin una explicación a los presentes en el AT&T Stadium.
Es normal que los referís se junten a discutir luego de lanzar un pañuelo para asegurarse tener la llamada correcta, pero es muy inusual que se anuncie una penalidad y luego se dé marcha atrás.
Esa es la principal razón por la cual los fanáticos de Detroit y los neutrales también, están poniendo el grito en el cielo esta mañana.
El protocolo utilizado no fue el ideal y ese proceso fallido levanta sospechas de aquellos que tienen teorías conspirativas.
Antes de seguir ahondando en el tema, quiero aclarar que no creo en teorías conspirativas, y que el día que lo haga dejaré de ver el deporte. Sí creo que los referís se equivocan, y de hecho sucede demasiado a menudo.
En esta particular jugada de la cual estamos hablando, primero hubo un agarrón claro de Hitchens, y luego clara interferencia cuando hubo contacto prematuro y nunca se dio vuelta a buscar el ovoide.
En tiempo real no lo vi, pero varios fans de Dallas me enviaron fotos de un supuesto agarrón de mascarilla de Pettigrew a Hitchens.
La evidencia parecía indicar que sí lo hubo, pero insisto el proceso fallido es lo que despierta más ira en algunos.
A la vez debo aclarar que sí dije durante plena transmisión que Dez Bryant debió ser penalizado con 15 yardas en esa misma jugada porque entró a protestar al emparrillado sin su casco puesto, y debió haber sido penalizado.
Si están viendo una tendencia es porque la hay: fue un muy mal partido de los árbitros.
En todos los encuentros hay al menos una llamada que nos deja rascando la cabeza, y la NFL debería enfocarse que sus referís mejoren.
Pero de allí a pensar que esta llamada debe negar todo lo hecho por los Cowboys hay un largo trecho.
Más allá de haber admitido que para mí las cebras cometieron un error, no voy a dejar que eso me nuble de darle el crédito que se merece el equipo de Dallas.
La realidad es que los Cowboys dominaron en la segunda mitad. Tony Romo jugó otro gran partido y por suerte ya empieza a callar a todos sus críticos, que igualmente se las ingeniarán para que esta llamada controversial borre lo bueno hecho por él.
Dallas ejecutó cuando más importaba este domingo, y lo hizo bajo intensa presión.
Detroit decidió no arriesgarse en cuarto intento y una yarda por recorrer, y Dallas optó por sí hacerlo en cuarto intento y seis yardas por obtener.
Un equipo jugó a ganar y el otro a no perder.
Dallas fue agresivo, y cuando más lo necesitó su línea ofensiva tomó control del juego, Romo se agrandó cuando más importaba y apareció Terrance Williams con un partido de ensueño.
La llamada fue mala, pero lo de los Cowboys fue mejor.
Hoy Detroit es el equipo que Dallas solía ser. Aquel que no puede ganar los partidos importantes.