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Barcelona, un Aquiles que sufre del talón

LOS ÁNGELES -- Sport, diario español, desenmascara la intimidad del Barcelona. Le quita el maquillaje y muestra las verrugas en su rostro.

Asegura Sport que Luis Enrique duda, como media Barcelona debe hacerlo, que la gastroenteritis de Lionel Messi era una farsa. Y la súbita recuperación de semejante ataque digestivo, le confirmó las sospechas.

Y el técnico quiso abrir un expediente laboral a Messi, para montar el antecedente de abandono de trabajo sin causas justificadas. Nadie puede mostrarse rozagante, fuerte, chapeteado, entero, luego de 24 horas de evacuaciones, fiebre, vómitos y deshidratación. Claro, a menos que Messi sea un titán, un coloso.

Recordemos, aplicándolo al Barcelona, que hasta Aquiles era tan fuerte como lo era su propio talón, citando a Frank Underwood (House of Cards).

Pero cuando Luis Enrique pensaba elaborar el memorándum, tres personajes lo detuvieron: Iniesta, Xavi y Busquets.

Obviamente el entrenador consultó con tres de los líderes naturales de su vestidor. Cuando cuestionó su propia autoridad y su propia conciencia, en vestíbulos ajenos, Luis Enrique empezó a perder ambas herramientas, la autoridad y la libertad de decidir.

La duda es si Luis Enrique consultó a Xavi, Iniesta y Busquets, para que le dijeran que sí, o para que le dijeran que no. Y si consultó el DT del Barcelona para que lo apoyaran en lo que era una abierta, implacable y casi suicida declaración de guerra, o para que le detuvieran la tentativa de suicidio.

Por donde se vea, es una manifestación de la crisis que se vive el Barcelona en sus entrañas degenerativas.

1.- Si Luis Enrique quiso genuinamente y no se atrevió, menoscabó su autoridad. Si quiso y lo pararon en seco, condicionó su autoridad. Si lo pensó y nunca se atrevió a proceder, se adhirió a la nómina de los que viven bajo el Salario del Miedo.

2.- Si Xavi, Iniesta y Busquets impidieron el edicto laboral contra Messi, es malo, porque han entregado el vestuario a la impunidad e inmunidad del jugador. Si los tres lo hacen por proteger al grupo, lo que hacen es entregar a sus doncellas a las garras del dictador. Y si lo hicieron porque creen que es un capricho infantil de Messi, entonces se vuelven cómplices y solapadores, y son tan culpables como Leo.

3.- Si la directiva del Barcelona, al enterarse de esta versión de Sport, un medio que es visto como voz y conciencia del Barcelona, no aclara estas aseveraciones con todos los protagonistas, desde porqué se enferma Messi, pasando porqué duda Luis Enrique, y hasta llegar a porque interfieren Xavi, Iniesta y Busquets, lo que hace también es agachar la testuz ante el pequeño absolutista.

Lo explicábamos en la anterior entrega: tras el discurso de abdicación de Carles Puyol, era evidente que detrás de los rostros de querubines también habitan arpías, en todos los niveles y en todas las alcobas de la caza azulgrana.

Y al final, queda claro, Luis Enrique, protegido tal vez por Iniesta, Xavi y Busquets, terminó siendo abandonado por la plantilla, y dejado en manos de Messi y su evidente poder sobre el club.

Y visto así, de ser genuina semejante tiranía del otrora extraterrestre futbolista, el destino final, lo define mejor que nadie Francisco de Quevedo: "La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió".