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"Semidioses"

La semana ha vuelto a encumbrar a dos grandes figuras del deporte de nuestra era y sin duda dos grandes futbolistas de todos los tiempos. Cristiano y Messi no solo aceptan la rivalidad de cada semana en la cancha, la llevan a otro nivel, a una trascendencia que les da el suficiente poder para sentarse en la misma mesa de otros grandes atletas de la era: Jordan, Phelps, Bolt, Federer, tanto el portugués como el argentino son iguales a ellos. No admitirlo es caer a un mundo dominado por las pasiones del que algún día nos podríamos arrepentir.

LOS ANGELES, CA.-- Jordan, Phelps, Bolt, Federer, Cristiano y Messi. No veo que ninguno de esos nombres desentone en la clase más pura, ganadora, contundente y mágica en la historia moderna del deporte.

Siento, sin embargo, alguna clase de obstáculo, de animadversión con respecto a la idea de aceptar a Cristiano y a Messi entre los mejores de todos los tiempos. Y entiendo que una de las estructuras más sólidas del deporte se refiere a la pasión y en el deporte, sobre todo en el futbol, lo que sobran son pasiones: pasión por el futbolista, pasión por el equipo y pasión por los colores que representa uno y el otro, pero no podemos permitir que esa pasión nos ciegue y nos impida ver lo que realmente tenemos antes nuestros ojos: dos futbolistas completos, devastadores en la cancha, llenos de clase e inspiración que terminarán pasando por meticuloso filtro que separa a los comunes de los especiales y luego a los especiales de los consagrados y más tarde a los consagrados de los semidioses del deporte.

No solo son los números, las estadísticas, los títulos y los hechos contundentes de cada semana en la cancha, también está la forma de hacerlo. Luego de ganar su tercer Balón de Oro, segundo consecutivo, Cristiano Ronaldo envió un mensaje claro muy acorde con su personalidad y sensibilidad: "Quiero seguir ganando, quiero seguir siendo el mejor. Voy a luchar para alcanzar a Lionel Messi", dijo volteando hacia el extremo izquierdo de la sala donde el jugador argentino del Barcelona lo veía con una tímida sonrisa.

Un poco más tarde, alguna de las muchas cámaras que existen hoy en día, logró captar una escena fascinante, cuando en las entrañas del auditorio en Zürich Messi coincide con Cristiano que le presenta a su pequeño hijo. Se alcanza a escuchar que el portugués afirma que el chico es un admirador de sus goles.

Messi y Cristiano entienden no solo la rivalidad, también la responsabilidad que tienen como futbolistas de todos los tiempos. Y aunque en realidad son diferentes en sus maneras de exponer su talento en la cancha y son distintos también al momento en que están lejos de ella, ambos tienen un sentido competitivo que les permite incendiar la cancha con récords y con talento.

Messi y Cristiano pertenecen a la clase más alta que el deporte pueda presumir... y los únicos beneficiados son, además de ellos, ustedes, yo, todos que podemos disfrutarlos en una época apegada a la tecnología y a las grandes comunicaciones... Jordan, Phelps, Bolt, Federer, tanto el portugués como el argentino son iguales a ellos. No admitirlo es caer a un mundo dominado por las pasiones del que algún día nos podríamos arrepentir.

@Faitelson_ESPN