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En revés de Pulido, no gana nadie, ni Tigres

LOS ÁNGELES -- A Alan Pulido le cortan las alas y le cortan las piernas. El TAS falla a favor de Tigres, y el delantero mexicano debe volver a la jungla, donde le esperan nuevas emboscadas.

Seducido por el canto de las sirenas de su promotor, Pulido se declaró en rebeldía. Quiso ser el paladín de su propia libertad. El héroe de su propia cruzada. Termina siendo el mártir de su propia ambición.

El intento era loable. Los próceres de sus propios sueños merecen todo el respeto. En tiempos de esclavitud funcional, estos libertadores son ejemplares.

Pero, Pulido, sólo habría cometido un error: firmó un contrato, aunque él reitere que el garabato que honra o deshonra ese pacto notariado, no es de su puño y letra, sino de una argucia de los Tigres falsificando la signatura.

Recordemos que ya alguna vez en este club se falsificó un contrato con el delantero brasileño Osmar Donizete. Ya saben como.

El TAS, una especie de versión deportiva y moderna del Rey Salomón, jugó en la difícil ruleta de decidir destinos. Y falló a favor de Tigres por las fallas de Pulido y su representante exprés, quien le mando a vivir en el mundo de Alicia en el País de las Maravillas.

Ahora Pulido sólo puede declararse en rebeldía, parar de jugar y esperar hasta junio de 2016 para recuperar su carta bajo el amparo de esas leyes que oscilan entre artilugios y justicia, bajo la visión enrarecida de FIFA.

Lamentable por el jugador. Casi un año ha tenido las piernas, la adrenalina, la concentración, el hambre, la inquietud, y la competitividad en estado de coma. En el limbo, sólo se vive con angustia y ansiedad, y ahí, y así, ha vivido el delantero desde que concluyó el Mundial de Brasil.

El regreso a Tigres es una personificación del tango: "volver, con la frente marchita". Perdió la batalla.

Y sabe que no le aguardan amigos, ni socios, ni piedad, ni comprensión, ni generosidad, ni perdón, ni clemencia.

Más allá de que Tigres se pueda solazar y regocijar de haber recuperado al Hijo Pródigo, lo cierto, es que las rencillas prevalecerán.

¿Alguien puede garantizar que Pulido, tras los azotes cibernéticos y tuiteros contra los Tigres, regresará plenamente convencido, satisfecho, reconciliado, pacificador y abnegado? Lo deseable sería que así fuera. Que aceptara que su regreso es una segunda oportunidad y no un Juicio Final con la sentencia y el veredicto ya determinados.

Pero más allá del entorno agreste que le espera a nivel administrativo, el reencuentro con el Tuca Ferretti estará revestido de mala sangre. Y mutua.

"A fuerza, ni los zapatos. A fuerza nada", dijo una vez el técnico brasileño a sabiendas que esta telenovela tendría que vivir muchos capítulos de mucha amargura y poca felicidad. Por eso, el desenlace sólo provoca alegría en las pasiones más mezquinas, que seguramente las tiene, la organización de Tigres.

Recordemos que el Tuca criticó a Pulido por su afición desmedida para arreglarse el orgulloso copete que ha mostrado en videos y fotos, desde los camellones de bellas ciudades de Europa. Ferretti lamentó en su momento que tuviera más voluntad con el gel y el peine, ante el espejo, que con el balón y en la cancha.

Si Pulido debió bregar para que el Tuca lo mirara de reojo siquiera, ahora sabe que deberá saltar del jacalón de los desprecios, donde el técnico brasileño lo ha colocado. No olvidemos que el entrenador sólo uso a Pulido cuando el Tito Villa se lesionó y se enteró que sólo podía y debía, sin querer, echar mano del mexicano.

Esta es una victoria de Tigres en la que no gana nadie. Acaso, sólo, gana la promiscua ambición del equipo, y el mezquino sentimiento de someter al rebelde y orgulloso y soberbio jugador.

No cerremos los ojos: Pulido no tiene la madurez para aceptar que su segunda oportunidad se le presenta marcada por la atrocidad de la revancha y de la sumisión.

Y por antecedentes, desde su primera época en Pumas, no hay una pureza pedagógica ni absolutoria por parte de Ferretti. Es obvio que no habrá amnistía para Pulido.

La fortuna, cuando regrese, si regresa a Tigres, será que Pulido sea bien orientado y decida comenzar desde cero. A tratar de escalar la cumbre de su propio Himalaya de la que él mismo se tiró cuesta abajo.

Y si Pulido recupera su nivel y el puesto, tal vez los felinos lo negocien a Europa, pero no ocurrirá antes del 2016.

Aunque, claro, podría ser moneda de cambio en junio de 2015, si todas las partes, como insisto, aceptan que en este triángulo desamoroso Pulido-Tuca-Tigres, la separación inmediata es lo mejor.